La verdad es que esto de volar no me gusta nada.
Ya sé que voy en clase preferente, rodeada de lujo, pero
sigo teniendo un nudo en el estómago.
Mientras despegábamos he contado muy despacio con los
ojos cerrados, y ha servido. Pero me he quedado sin aire en el trescientos
cincuenta. Así que aquí estoy, tomando champán y leyendo un artículo de Cosmo
titulado: «Treinta cosas que hacer antes de cumplir treinta años.» Intento con
todas mis fuerzas dar la impresión de que soy una relajada ejecutiva de
marketing que viaja en clase preferente, pero cualquier ruidillo me sobresalta
y la menor vibración me deja sin aliento. Revestida con una falsa calma, saco
las instrucciones de seguridad y les echo un vistazo. Salidas de emergencia,
posición de seguridad... Si fuese necesario utilizar los chalecos salvavidas,
ayude primero a los ancianos y a los niños. ¡Ay, Dios mío!
¿Por qué leo estas cosas? ¿Cómo va a tranquilizarme mirar
fotografías de gente que salta al océano mientras el avión explota a su
espalda? Vuelvo a poner el impreso en su sitio y tomo un trago de champán.
—Perdone, señora —me dice una azafata pelirroja de
cabello rizado— ¿Viaja por negocios?
-Lali: Sí—contesto con naturalidad, y me aliso el pelo
con un cierto orgullo.
Ella me entrega un folleto sobre servicios para
ejecutivos en el que hay una foto de profesionales charlando animadamente ante
un portafolios que muestra un ondulante gráfico.
—Es información sobre nuestro nuevo salón en el
aeropuerto de Gatwick para pasajeros de clase preferente. Disponemos de
instalaciones para conferencias y salas de reuniones. ¿Le interesa?
Soy una alta ejecutiva que vuela en clase preferente.
-Lali: Es posible —respondo mirando el papel con
indiferencia— Sí, quizá me vendría bien una de esas salas para... organizar a
mi equipo. Es muy numeroso y, claro, necesita mucha... organización. En
cuestiones de negocios —especifico aclarándome la voz— Sobre todo en...
logística.
—¿Quiere hacer una reserva? —pregunta con amabilidad.
-Lali: Esto... no, gracias. Es que se han ido todos a
casa. Les he dado el día libre.
—De acuerdo —dice un tanto perpleja.
-Lali: Puede que en otro momento —añado enseguida— Por
cierto, ¿ese ruido es normal?
—¿Qué ruido? —pregunta ladeando la cabeza.
-Lali: Ése. Esa especie de chirrido que procede del ala.
—Yo no oigo nada —asegura con mirada comprensiva— ¿La
pone nerviosa volar?
-Lali: No —contesto de inmediato soltando una risita— En
absoluto. Es... pura curiosidad. Era sólo por saberlo.
—Voy a ver si me entero —dice con delicadeza— Aquí tiene,
señor. Es información sobre nuestros servicios para ejecutivos en Gatwick.
El norteamericano coge el papel sin decir una palabra y
lo guarda sin mirarlo. La azafata continúa avanzando; el avión hace un
movimiento brusco y ella se tambalea un poco.
¿Por qué ha dado una sacudida? ¡Cielo santo! De repente
me invade el pánico. Esto es una locura. Estoy sentada en una caja grande y
pesada de la que no hay escapatoria, a cientos y cientos de metros del suelo. Sola
no lo conseguiré. Tengo la imperiosa necesidad de hablar con alguien. Alguien
que me tranquilice. Alguien fiable.
Pablo.
Instintivamente, saco el móvil, pero la azafata aparece
al ,instante.
—Me temo que no está permitido utilizarlo a bordo —me
explica con una radiante sonrisa— ¿Le importa apagarlo, por favor?
-Lali: ¡Ah! , perdone.
Pues claro que no puedo usarlo. Sólo me lo han dicho unas
tropecientas mil veces. Seré tonta. Da igual. Estoy bien. Guardo el teléfono en
el bolso e intento concentrarme en el episodio de Fawlty Towers que nos han
puesto.
Quizá debería seguir contando: trescientos cuarenta y
nueve, trescientos cincuenta, trescientos cincuenta y..
¡Rayos! Doy un respingo. ¿Qué ha sido eso? ¿Hemos chocado
con algo? Vale, que no cunda el pánico. Ha sido un simple bandazo. Seguramente
le habremos dado a una paloma o algo así. ¿Por dónde iba?
Trescientos cincuenta y uno, trescientos cincuenta y dos,
trescientos cincuenta y... Ya está. Ahora sí.
Todo parece hacerse añicos.
Antes de que me dé cuenta de lo que está pasando, oigo un
fuerte griterío. ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Oh, no! ¡No, no! Estamos
cayendo.
Caemos en picado. El avión desciende como si fuese una
piedra. No tengo tiempo para pensar. No puedo... Las maletas comienzan a volar
a nuestro alrededor, las bebidas se derraman, una asistente de vuelo se ha caído
y se agarra a una butaca... ¡Madre mía! Bueno, parece que la cosa se calma un
poco. Así está mucho mejor.
Miro al norteamericano y veo que aprieta el reposabrazos
tanto como yo.
Me estoy mareando. Creo que voy a vomitar.
—Señoras y señores, les habla el capitán —se oye por los
altavoces, y todo el mundo se agita en su asiento.
El corazón me late con violencia. No puedo escuchar, ni
pensar.
—Estamos atravesando una zona de turbulencias y hemos
perdido momentáneamente la estabilidad. Por favor, pónganse el cinturón de
seguridad y regresen a sus...
Hay otra terrible sacudida y la voz queda ahogada por los
gritos de los pasajeros.
Es como un mal sueño. Una pesadilla en una montaña rusa.
Los miembros de la tripulación se abrochan los cinturones
de sus butacas. Una de las azafatas se limpia la sangre de la cara. Hace un
momento nos servían cacahuetes alegremente. Esto le sucede a otra gente en
otros vuelos. A los de los vídeos de las instrucciones de emergencia. No a mí.
—Por favor, mantengan la calma —nos pide el capitán—. En
cuanto tengamos más información...
¿Mantener la calma? No puedo ni respirar, como para estar
tranquila... ¿Qué vamos a hacer? ¿Quedarnos aquí sentados mientras el avión da
saltos como un caballo desbocado? A mi espalda alguien susurra: «Dios te salve,
María, llena eres de gracia...», y me invade de nuevo un pánico asfixiante. La
gente está rezando. Esto está sucediendo de verdad.
¡¡¡Vamos a morir!!!
—¿Perdone? —El norteamericano que va a mi lado me observa
con cara tensa y lívida.
¿He hablado en voz alta?
-Lali: Vamos a morir —aseguro.
Lo miro fijamente. Podría ser la última persona que vea.
Me fijo en las facciones de su rostro, tiene los ojos verdes más profundos que
he visto, la nariz pequeña, un lunar en la mejilla y en su poderosa mandíbula,
sombreada una barba de dos días. El avión comienza a descender de súbito, y doy
un grito involuntario.
—No creo —me tranquiliza él, pero veo que se sujeta con
fuerza al apoyabrazos— Según han informado, no es más que una turbulencia.
-Lali: Pues claro que dijeron eso. No van a decir:
«Bueno, chicos, se terminó»— suelto con voz histérica. El avión da otro
terrorífico bandazo y estrujo la mano de mi vecino— No saldremos de ésta. Sé
qué es el final. Se acabó. Tengo veinticinco años, ¡por el amor de Dios! No
estoy preparada. Todavía no he hecho nada. No he tenido hijos, no he salvado la
vida de nadie. —Mis ojos se posan por casualidad en el ni título cosas que hacer
antes de cumplir treinta años»—. Jamás he escalado una montaña, no me he hecho
un tatuaje, ni siquiera sé si tengo punto G...
—¡¿Cómo?! —exclama el hombre; parece desconcertado, pero
casi ni lo oigo.
-Lali: Mi carrera profesional es de risa. No soy una alta
ejecutiva —confieso señalando mi traje, a punto de llorar. No tengo un equipo.
Soy una simple auxiliar; hoy he estado en mi primera reunión importante y ha
sido un completo desastre. La mitad de las veces no tengo ni idea de lo que me
hablan, no sé lo que quiere decir logística, jamás me ascenderán, le debo
cuatro mil libras a mi padre y nunca he estado realmente enamorada. —Enmudezco—
Perdone, seguro que no quiere oír todas estas cosas.
—No pasa nada —afirma él.
Dios, estoy perdiendo los papeles. Da igual. Además, todo
lo que he dicho no es verdad, porque estoy enamorada de Pablo. Debe de ser la
altura o algo así lo que me está confundiendo.
Aturdida, me aparto el pelo de la cara e intento mantener
la compostura. Creo que empezaré a contar otra vez. Trescientos cincuenta y...
seis. Trescientos...
¡Dios mío! ¡No, por favor! El avión empieza a bambolearse
de nuevo. Nos precipitamos al vacío.
-Lali: Nunca he hecho nada por lo que mis padres puedan
estar orgullosos —comienzo a decir. Las palabras salen a borbotones sin que
pueda contenerlas— Nunca.
—Estoy convencido de que eso no es verdad —replica el
norteamericano con gentileza.
-Lali: Es cierto. Quizá en un tiempo lo estuvieran. Pero
luego vino a vivir con nosotros mi prima Paula y, de pronto, era como si no me
viesen. Sólo le prestaban atención a ella. Mi prima tenía catorce años y yo,
diez; pensé que iba a ser fantástico. Ya sabe, como tener una hermana mayor o
algo similar. Pero las cosas no fueron del todo así...
No puedo estar callada, no puedo.
Cada vez que el avión se mueve o se agita, dejo escapar
un torrente de frases, como agua por una catarata. Sólo soy capaz de hablar, o
de gritar.
—Ella era campeona de natación, campeona en todo, y yo no
era nada a su lado...
»... un curso de fotografía, y creí que realmente mi vida
iba a cambiar...
»... Cuarenta y seis, pero tenía pensado ponerme a
dieta...
»... solicité todo tipo de trabajos. Estaba tan
desesperada que incluso pedí...
»... horrible chica que se llama Eugenia. El otro día
llegó un escritorio nuevo y se quedó con él, a pesar de que el mío es cutre y
pequeño...
»... a veces riego su maldita planta, una cinta, con zumo
de naranja, para que aprenda...
»... encantadora Rocío, que trabaja en el departamento de
Personal. Tenemos una contraseña; cuando se acerca y me pregunta: "¿Te
importaría repasar unas cuentas conmigo?" quiere decir que nos vayamos a
Starbucks...
»... horribles regalos y he de fingir que me gustan...
»... el café de la oficina es la cosa más repugnante que
he bebido en mi vida, un auténtico veneno...
»... en mi currículum puse que mi nota de Matemáticas en
la selectividad era sobresaliente, cuando en realidad sólo había aprobado. Sé
que es una gran mentira, que no debería haberlo hecho, pero deseaba tanto que me
dieran el puesto...
¿Qué me ocurre? Normalmente tengo una especie de filtro
que me frena y me impide contar de buenas a primeras lo que se me pasa por la
cabeza. Pero ha dejado de funcionar. Todos mis pensamientos salen en avalancha,
como en una enorme y caprichosa corriente que soy incapaz de detener.
-Lali: A veces pienso que creo en Dios porque, si no,
¿cómo hemos llegado aquí? Pero luego me digo que qué sucede con las guerras y
cosas así...
»... llevar tangas porque no se notan, pero son muy
incómodos...
»... talla treinta y ocho y no sabía qué hacer, así que
dije: "¡Vaya!, es fantástico.
»... mi comida favorita son los pimientos asados...
»... me apunté a un club de lectura, pero no conseguí
acabar Grandes Esperanzas. Así que le eché un vistazo a la contracubierta y
actué como si lo hubiera leído...
»... le di un montón de comida para peces y, la verdad,
no sé qué pasó...
»... en cuanto oigo la canción Close to You de los
Carpenters me pongo a llorar...
»... me gustaría tener los pechos más grandes. Es decir,
no como las de las revistas, sino, ya sabe, un poco más grandes. Para saber lo
que se siente...
»... mi cita perfecta empezaría con una botella de
champán que apareciera en la mesa como por arte de magia...
»... compré un bote enorme de Háagen—Dazs, me lo zampé
todo y no le dije nada a Cande..
No me entero de nada de lo que ocurre a nuestro
alrededor. El mundo se reduce a este hombre, a mí y a mi boca, que no deja de
vomitar mis más íntimos pensamientos y mis secretos. Ya casi no sé ni lo que
digo. Lo único que sé es que me sienta bien. ¿Serán así las terapias?
»... se llamaba Henry Nussbaum. Mis padres estaban en el
piso de abajo viendo las noticias, y recuerdo que pensé que si aquello era lo
que entusiasmaba tanto a la gente, el mundo estaba loco...
»... me pongo de lado porque así el escote parece
mayor...
»... trabaja en estudios de mercado. La primera vez que
lo vi me pareció muy guapo. Es muy alto y lindo, y tiene unos preciosos ojos
azules. Así que me invitó a salir con él y...
»... siempre me tomo una copita de jerez dulce antes de
una cita, para calmar los nervios...
»... es maravilloso. Pablo es absolutamente fantástico.
Tengo mucha suerte. Todos me dicen lo estupendo que es. Es cariñoso y bueno, y
ha triunfado en la vida. Todo el mundo asegura que somos la pareja perfecta...
»... nunca se lo confesaría a nadie, pero a veces pienso
que es demasiado guapo. Casi como un muñeco. Como Ken, el de Barbie.
Ahora he sacado el tema de mi novio y le estoy diciendo
cosas que no le he contado a nadie. Cosas que ni siquiera sabía que pensaba.
-Lali: En Navidad le regalé un bonito reloj con correa de
cuero, pero usa uno digital de color naranja porque da la temperatura de
Polonia o algo así...
»... me llevaba a un montón de conciertos de jazz, y yo
fingía pasarlo bien sólo por ser amable. Ahora cree que me gusta ese tipo de
música...
»... se sabe de memoria los diálogos de todas las
películas de Woody Allen. Recita las frases antes que los personajes y me saca
de mis casillas...
»... me mira como si le hablara en chino...
»... empeñado en encontrarme el punto G, así que nos
pasamos el fin de semana haciéndolo en distintas posturas. Al final estaba
destrozada; lo único que me apetecía era una pizza y ver Friends...
»... no dejaba de repetir: "¿Qué te ha
parecido?" Tuve que inventar una historia; le aseguré que había sido
fabuloso, que había sentido que todo mi cuerpo se abría como una flor. Me
preguntó qué tipo de flor y le contesté que una begonia...
»... no puedo esperar que la pasión inicial dure siempre.
Pero ¿cómo saber si nuestra relación ha ido perdiendo intensidad para
convertirse en un agradable y duradero compromiso o en un asqueroso: "Ya
no tenemos ganas de vernos"...?
»... un príncipe con brillante armadura no es una opción
muy realista, pero una parte de mí anhela un amor desbordante y romántico.
Quiero pasión, que me conquisten. Deseo sentir un terremoto o... no sé, un gran
torbellino... algo realmente excitante. A veces pienso que una vida nueva y
emocionante me espera en algún sitio, y si pudiera...
—Perdone, señora.
-Lali: ¿Qué? —contesto aturdida—. ¿Qué pasa?
La azafata de la trenza de raíz me mira sonriente.
—Hemos aterrizado.
-Lali: ¿Que hemos qué?
Esto no tiene sentido. ¿Cómo es posible? Miro a mi
alrededor y, sí, el avión está parado. Estamos en tierra.
Me siento como Dorothy. Hace un momento estaba dando una
vuelta por Oz y ahora he despertado, alicaída, reservada y normal otra vez.
-Lali: Ya no damos sacudidas —digo como una tonta.
—Hace mucho que han terminado —replica el norteamericano.
-Lali: No vamos a morir.
—Cierto.
Lo miro como si fuera la primera vez que lo viera y
entonces caigo en la cuenta: he estado parloteando sin parar durante una hora
con alguien que no conozco. Sabe Dios lo que le habré contado.
Tengo que salir de este avión ahora mismo.
-Lali: Lo siento —me disculpo— Usted... debería haberme
detenido.
—No habría sido fácil —asegura con una hermosa sonrisa
dibujada en los labios— Habla como un loro.
-Lali: Me da tanta vergüenza...
Intento sonreír, pero ni siquiera consigo mirarlo a los
ojos. ¡Le he hablado de mis bragas y de mi punto G!
—No se preocupe, todos estábamos nerviosos. Ha sido un
viaje movidito —dice cogiendo su mochila y levantándose— ¿Podrá llegar a casa?
-Lali: Sí, claro. Gracias, y que disfrute de su visita —le
digo cuando se aleja, pero no creo que me haya oído.
Recojo mis cosas despacio y salgo del avión. Me noto
sudada, tengo el pelo revuelto y la cabeza me va a estallar…
El aeropuerto me parece inopinadamente brillante,
silencioso y tranquilo después del intenso viaje. El suelo no se mueve. Sin
decir palabra, me desplomo en una silla de plástico y trato de poner mis
pensamientos en orden, pero al levantarme todavía sigo aturdida. Camino
envuelta en una especie de sensación borrosa y me resulta difícil asimilar que
estoy aquí, viva. Para ser sincera, estaba convencida de que no conseguiríamos
aterrizar.
—¡Lali! —grita alguien cuando asomo por la puerta de
llegadas, pero ni siquiera levanto la cabeza. En el mundo hay un montón de
chicas que se llaman así.
—¡Aquí, Lali!
Miro hacia el lugar de donde procede la voz sin acabar de
creer que se dirija a mí.
No es posible.
Es Pablo.
Está tremendamente guapo. Su piel luce ese precioso tono
escandinavo, sus ojos son más azules que nunca y se acerca corriendo. Esto no
tiene sentido. ¿Qué hace aquí? Cuando llega donde estoy, me abraza con fuerza.
-Pablo: Gracias a Dios —suspira con voz ronca— ¿Te
encuentras bien?
-Lali: ¿Cómo es que has venido?
-Pablo: He llamado a la compañía aérea para preguntar a
qué hora aterrizabais y me han dicho que el avión había atravesado una zona con
muchas turbulencias. Tenía que venir —confiesa mirándome a los ojos— He visto
cómo tomabais tierra, incluso han enviado una ambulancia hacia allí. Después no
te veía salir y he pensado... —Traga saliva— No sé lo que he pensado.
-Lali: Estoy bien. Estaba intentando sosegarme un poco.
Ha sido horrible. —De repente he puesto un tono de voz agudo y tembloroso, lo
que no deja de ser ridículo porque ahora estoy a salvo— Ha habido un momento en
el que realmente creía que nos matábamos.
-Pablo: Cuando he visto que no aparecías por la puerta...
—Se calla y me mira en silencio durante unos segundos—. Me he dado cuenta por
primera vez de cuánto te quiero.
-Lali: ¿En serio? —pregunto con voz entrecortada.
El corazón me late con fuerza. Me voy a caer en cualquier
instante.
-Pablo: Lali, creo que deberíamos...
¿Casarnos? Siento una sacudida en mi interior. ¡Santo
cielo! Me está pidiendo que me case con él, aquí, en el aeropuerto. ¿Y qué le
respondo? Todavía no estoy preparada. Pero si le digo que no, se irá
despechado. ¡Rayos! Bueno, le contestaré que necesito tiempo para...
-Pablo: ... irnos a vivir juntos —acaba.
Seré tonta... Evidentemente no me estaba pidiendo matrimonio.
-Pablo: ¿Qué opinas? —me pregunta mientras me acaricia el
pelo con cariño.
-Lali: Esto...
Me froto la cara para ganar tiempo, incapaz de pensar con
claridad. Vivir con Pablo... No parece descabellado. No hay razón para no
hacerlo. Estoy un poco confundida. Algo intenta penetrar en mi cerebro para
enviarme un mensaje.
De pronto recuerdo algunas de las cosas que he dicho en
el avión. Lo de no estar enamorada de verdad, lo de que Pablo nunca me ha
entendido...
Pero bueno, eran tonterías, ¿no? Es decir, creía que iba
a morir. No estaba precisamente en mi momento más lúcido.
-Lali: Pablo, ¿qué ha pasado con tu importante reunión? —pregunto
al recordarla de golpe.
-Pablo: La he aplazado.
-Lali: ¿Sí? ¿Por mí?
Ahora sí que estoy temblando, las piernas apenas me
sostienen. No sé si es por las secuelas del viaje o por amor.
¡Míralo! Es alto y guapo y ha cancelado un asunto
importante para venir a salvarte.
No cabe duda, es amor.
-Lali: Me encantaría vivir contigo, Pablo —susurro, y,
para mi sorpresa, me deshago en lágrimas.
Continuará...
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Bueno acá esta otro cap, spero que les guste QUE LOCA LALI!! jjaja
Ya tengo tw chicas!!!
es @Fics_Laliter hurraa!! gracias a Vagomi que me lo creo,
y ahora es la co-administradora oficial del blog! :P
y ahora es la co-administradora oficial del blog! :P
jjajjajajajaj muy bueno le confeso todo eso al presidente de su empresa ya quiero leer cuando lo vea en persona muy buena LA NOVE
ResponderEliminarMAS NOVEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
ResponderEliminarJajajajaj pobre Lali! Debió de estar muerta de los nervios y del susto! jajajaja
ResponderEliminarMe divirtió mucho!
Me encanto el capitulo!
Que lindo que es Pablo! Pero que mal que Lali se deje llevar por lo espectacular que es él viendo que no lo ama!
Besos
@vagomi
Me encantoooooooo
ResponderEliminary muero por ver la reaccion de la lali cuando lo vea en la empresa y se de cuenta de quien se trataaa
quiero saber que penso peter sobre laliiii
subiiii mas :D
@lali_peterlove
Jajajajajajajajaa no pare de reir, muy bueno el capitulo!
ResponderEliminarUna confesion en toda regla, d todas sus verdades,ni siquiera se las invento. Sin darle tregua al pobre d su acompañante,a poder replicarle d una sola d las frases.Yo hablo mucho ,pero me llega a tocar alguien como Lali,y la mato seguro.Hasta le apreto la mano,¿k sentiria?,aunque ni siquiera se dio cuenta del miedo k tenia.
ResponderEliminarJajaja,lo mejor es k le confeso lo k d verdad siente ,cuando esta con Pablo,y lo k ella espera d un hombre,eso es un punto a favor ,d nuestro "estraño".
ResponderEliminarDANI!
ResponderEliminarnecesito pedirte un SUPER FAVOR!
necesito que me digas todas las novelas romanticas que sean tipo asi!
amo leer novelas romanticas (es mas en este momento tengo al lado mio una que se llama ¿Como lo reconoceré? ME ENCANTA! jajaja deberias leerla si no lo has hecho, aunque es tipo P.S: I Love You algo depre! pero igual super recomendable!
entonces me harias el favor? te lo juro que te amaria para siempreee! por que en verdad amo leer esa clase de cosas pero en realidad prefiero leermelas originales (no es que no haya leido las tuyas, es mas las e leido TODAS!) pero al menos me gustaria saber de que autoras estoy leyendo! y por cierto yo tambien AMO A SOPHIE KINSELLA! JAJAJA un libro excelente de ella, tambien muy chistoso es recuerdame (o al menos es remember me en ingles)pero no es romantico.
Espero tu respuesta y ojala me digas que si!
Majo :)
MAS NOVEEE
ResponderEliminarBUENO SOLO QUERIA SABER SI IBAS
jaja pobre de lali peor bueno estaba nervioso y no puedo creer como le dijo que si a pablo pero bueno, yo no queiro que este con el :( jaja
ResponderEliminarmas
ResponderEliminarnove
ResponderEliminarjajaja es una loraaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarbeso
Yo quiero leer cuando ella se encuentrecon el presidente de su officina al que lea confesado toda su vida bueno y malo.
ResponderEliminarGenial,esta Lali es super y me encanta el estilo de esta historia,super divertida!
ResponderEliminarte felicito una vez más pq tienes hecha una muy buena seleccion de noves pero de generos diferentes,nunca nos vamos a cansar de leerte!
Dios!! Lali esta chapita!
ResponderEliminarMas Noveee!!!
@sarapinyana
Que verguenza!!! Le dijo todos sus secretos!!
ResponderEliminarMas nove
Fresy07
No, no és amor Lali!
ResponderEliminarmassss
ResponderEliminarJa ja ja!!! Solo eso! Más nove!
ResponderEliminarMe encantoo el 3 capitulo :) Lali es demasiado loca , Le conto de todo a al Norteamericano *_*
ResponderEliminarosea Mas Lindaaaa Lali Hablaba hablaba y habla.. y luego llego pablo todo lindo el.
ResponderEliminarquieroooo Otra capitulooooo :)
ResponderEliminarBesos *_*
no pare de reirme en todo el capitulo
ResponderEliminarwouu pobree peter le quemo e bocho jaja
ResponderEliminarmasssssss
jajajajaja pobres los dos el porque todo el santo viaje escuchando las cosas qe Lali le decia y ella por la verguenza y el miedo qe paso, le conto lo del punto G AJAJAJAJA por dios!!!! yo me muero e vuelvo tomate de lo roja!!! 0.0 noo ni tienen qe irse a vivir juntos tiene qe volver a verse con Peter :D me muero de ganas de qe vuelva a pasar ♥ un beso me encanto la nove buenisima!!!! ♥
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