Durante un momento no consigo moverme. Permanezco en la
calle, aturdida, notando el aire, con la vista clavada en el lugar en que ha
desaparecido el coche. Aún oigo la voz de Peter, todavía veo su rostro. La
forma en que me ha mirado, como si fuera una extraña...
Un doloroso escalofrío me recorre el cuerpo y cierro los
ojos, incapaz de soportarlo. Si pudiera retroceder en el tiempo, si hubiera
sido más enérgica, si hubiera echado a Belén y a su amigo del local, si hubiera
reaccionado con mayor rapidez cuando Peter ha entrado...
Pero no lo he hecho y ahora es demasiado tarde.
Un grupo de gente sale del patio riéndose y hablando de
taxis.
—¿Estás bien? —me pregunta uno de ellos, y doy un
respingo.
-Lali: Sí, gracias.
Miro una vez más hacia el punto en que he perdido de
vista al automóvil y vuelvo despacio a la fiesta.
Cande y Belén siguen en la oficina. Belén está encogida
de miedo mientras Cande arremete contra ella.
-Cande: Egoísta, inmadura, arpía. Me das asco, ¿sabes?
Una vez me dijeron que Cande era como un rottweiler en
los Tribunales y no lo entendí. Pero viéndola ahora, paseando de un lado a otro
de la habitación hecha un basilisco, hasta yo me asusto.
-Belén: Lali, dile que se calle, que deje de gritarme.
-Cande: ¿Qué ha pasado? —me mira con la cara iluminada
por la esperanza, y, muda, niego con la cabeza.
-Lali: Se ha ido. No tengo muchas ganas de hablar de
ello.
-Cande: Lo siento.
-Lali: No digas nada o me pondré a llorar —le pido con
voz temblorosa. Me apoyo en la pared e inspiro profundamente un par de veces
para tranquilizarme— ¿Dónde está su amigo? —pregunto indicando con un dedo a Belén.
-Cande: Lo han echado —contesta satisfecha— Ha intentado
sacar una foto del juez Hugh Morris vestido con mallas y un montón de colegas
lo ha rodeado y lo ha puesto de patitas en la calle.
-Lali: Belén, escucha —le suplico, esforzándome en mirar
unos ojos azules que no parecen arrepentidos— No dejes que ese tipo se entere
de nada más.
-Belén: No te preocupes, ya he hablado con él. Cande me
ha obligado. No seguirá adelante.
-Lali: ¿Cómo lo sabes?
-Belén: No hará nada que moleste a mi madre. Tiene un
acuerdo muy lucrativo con ella.
Echo una mirada a Cande tipo: «¿Podemos confiar en
ella?», y se encoge de hombros.
-Lali: Te lo advierto. —Voy hacia la puerta y después me
vuelvo con cara severa— Si se sabe algo de todo esto, le diré a todo el mundo
que roncas.
-Belén: Eso no es cierto —replica de manera cortante.
-Cande: Sí que lo es —me apoya— Cuando has bebido mucho,
roncas muy fuerte. También difundiremos que tu abrigo de Donna Karan es de las
rebajas de unos grandes almacenes.
Suelta un gritito horrorizada.
-Belén: ¡Mentira! —exclama poniéndose roja.
-Lali: Verdad, vi la bolsa —intervengo— Y contaremos que
una vez pediste una compresa en vez de una serviette.
Se lleva una mano a la boca.
-Cande: Y que tus perlas son cultivadas, no auténticas.
-Lali: Y que nunca cocinas la comida que sirves en tus
cenas.
-Cande: Y que la foto en la que apareces con el príncipe
Guillermo es falsa.
-Lali: Y les diremos a todos los hombres que conozcas a
partir de ahora que lo único que te interesa es un buen pedrusco en el dedo.
Dejo de hablar y miro agradecida a Cande.
-Belén: Muy bien —accede al borde de las lágrimas— Prometo
que me olvidaré de todo esto. Por favor, no digan nada de las rebajas. Se lo
suplico. ¿Puedo irme ya?
Mira implorante a Cande.
-Cande: Sí —contesta ella con desprecio, y Belén sale
corriendo de la habitación.
Cuando se cierra la puerta, me giro hacia Cande.
-Lali: ¿De verdad que la foto es falsa?
-Cande: Sí, ¿no te lo había contado? Una vez tuve que
utilizar su ordenador, abrí una carpeta por equivocación y me la encontré.
Había pegado su cara sobre la de otra mujer.
No puedo evitar echarme a reír.
-Lali: Esa chica es increíble.
De repente me siento débil y me dejo caer en una silla.
Durante un momento nos quedamos en silencio. A lo lejos se oyen las risas de la
fiesta y alguien pasa por delante de la oficina hablando de los problemas del
sistema judicial.
-Cande: ¿Peter ni siquiera te ha escuchado?
-Lali: No, se ha ido sin más.
-Cande: ¿No es un poco exagerado? Él reveló todos tus
secretos y tú sólo has contado uno de los suyos.
-Lali: No lo entiendes. Lo que me ha dicho no es
cualquier cosa. Es algo que valora mucho. Ha venido hasta aquí sólo para
compartirlo conmigo. Para demostrarme que confiaba en mí. Y al poco rato me
encuentra soltándoselo a un periodista.
-Cande: Pero si no lo has hecho. No ha sido por tu culpa.
-Lali: Sí —Las lágrimas se me agolpan en los ojos— Si
hubiera tenido la boca cerrada, si no le hubiera dicho nada a Belén...
-Cande: Ella se habría vengado de todas formas, y ahora Peter
te estaría demandando porque alguien le había rayado el coche o dañado los
genitales.
Suelto una risa nerviosa.
La puerta se abre y aparece el chico con plumas que he
visto antes en los camerinos.
—Cande, te estaba buscando. Han sacado la cena y tiene un
aspecto exquisito.
-Cande: Esta bien, Colin, ahora voy.
Él se marcha y mi amiga se vuelve hacia mí.
-Cande: ¿Quieres comer algo?
-Lali: No me apetece nada, pero ve tú. Debes de estar
hambrienta después de la actuación.
-Cande: La verdad es que tengo un hambre canina. Pero
¿qué vas a hacer?
-Lali: Me iré a casa —la tranquilizo, e intento sonreír
lo más alegremente que puedo—. No te preocupes, estaré bien.
Pensaba marcharme, pero cuando salgo me veo incapaz de
hacerlo. Estoy demasiado tensa. No puedo ir a la fiesta y entablar una
conversación, pero tampoco me atrevo a enfrentarme a las cuatro paredes de mi
cuarto. Todavía no.
En vez de eso, cruzo el patio en dirección al teatro
vacío. La puerta no está cerrada, y entro. Avanzo en la penumbra hasta una
butaca de las filas centrales y, abatida, me siento en la almohadillada felpa
de color morado.
Cuando miro hacia la silenciosa oscuridad del escenario,
dos enormes lágrimas me descienden despacio por las mejillas. Me cuesta creer
que Peter piense que soy capaz de... No puedo borrar de mi mente la expresión
de su rostro. Revivo una y otra vez la impotencia, la desesperación por hablar
y explicarme.
Si pudiera volver atrás...
De repente oigo un ruido. Alguien ha abierto la puerta
con sigilo. Miro a través de la penumbra y vislumbro a alguien que entra y se
detiene. Muy a mi pesar, el corazón empieza a golpearme con fuerza en el pecho
con una incontenible esperanza.
Es Peter, tiene que ser él. Ha venido a buscarme.
El silencio es angustioso. Estoy agarrotada por el miedo.
¿Por qué no dice nada? ¿Por qué no habla? ¿Me está castigando? ¿Espera que me
disculpe de nuevo? Esto es una tortura. «Di algo —suplico en silencio—, lo que
sea.»
—¡Oh, Francesca!
Pablo...?? ¿Qué? Aguzo la vista, y me llevo una gran
decepción. Qué tonta soy. No es Peter. Y no hay una figura, sino dos: mi ex
novio y la que debe de ser su pareja actual. Se están besando.
Oh no! Tengo que salir de acá. Pero qué vergüenza.
-Pablo: ¿Te gusta esto? —murmura.
-Francesca: Humm...
-Pablo: ¿De verdad?
-Francesca: Pues claro, deja de interrogarme.
-Pablo: Perdona.
Después vuelve el silencio, que sólo interrumpen unas
extrañas exclamaciones de placer.
-Pablo: ¿Te gusta? —repite él.
-Francesca: Ya te he dicho que sí.
-Pablo: Francesca, sé sincera. —La voz de Pablo parece
cada vez más inquieta— Porque si lo que quieres decir es que no...
-Francesca: No he querido decir que no. ¿Qué te pasa?
-Pablo: Que no te creo.
-Francesca: ¿Y por qué narices no me crees? —pregunta
furiosa.
Me invade el remordimiento. Es por mi culpa. No sólo he
echado a perder mi relación, sino que también he arruinado la de Pablo. Tengo
que hacer algo, he de tenderles un puente.
-Lali: Perdón —digo tras aclararme la voz.
-Francesca: ¿Quién está ahí?—exclama bruscamente.
-Lali: Soy yo, Lali, la ex novia de Pablo.
Se enciende una fila de luces, y veo a una chica
pelirroja que me mira con agresividad y tiene la mano sobre un interruptor.
-Pablo: ¿Qué haces aquí? ¿Nos estás espiando?
-Lali: No, lo siento. No tenía intención de...
escucharos... pero no he podido evitar oír... —Trago saliva—. Pablo no pretende
provocar un conflicto, sólo quiere que seas sincera con él. Desea saber lo que
te gusta. —Adopto una expresión de complicidad femenina— Cuéntaselo, Francesca.
Ella me mira sin poder dar crédito a lo que está oyendo y
después clava la vista en Pablo.
-Francesca: Dile que se vaya —le ordena señalándome.
-Lali: Esta bien —acepto desconcertada— Lo lamento.
-Francesca: Y apaga la luz al salir —añade empujando a Pablo
hacia un pasillo, al fondo del patio de butacas.
¿Van a hacerlo?
Bueno, será mejor que me largue, por si acaso.
Cojo mi bolso a toda prisa y corro hacia la salida.
Empujo las puertas, accedo al vestíbulo y, después de apretar el interruptor,
salgo. Cierro y levanto la vista.
Entonces me quedo helada.
No me lo puedo creer. Es él.
Es Peter, y viene hacia mí con expresión resuelta. No
tengo tiempo de pensar ni de prepararme.
El corazón no me obedece. Me gustaría hablar, llorar o
hacer algo, pero no puedo.
Él llega a mi altura, me coge por los hombros y me mira
fijamente un buen rato.
-Peter: Me da miedo la oscuridad.
-Lali: ¿Qué?
-Peter: Siempre me ha dado miedo. Tengo un bate de
béisbol debajo de la cama, por si acaso.
Lo miro sin entender nada.
-Lali: Pero, Peter...
-Peter: Nunca me ha gustado el caviar y me avergüenza
cómo pronuncio el francés.
-Lali: ¿Qué estás...?
-Peter: La cicatriz de la muñeca es de un corte que me
hice al abrir una botella de cerveza cuando tenía catorce años. Cuando era niño
pegaba los chicles debajo de la mesa de la tía Francine. Perdí la virginidad
con una chica que se llamaba Lisa Greenwood, en el granero de su tío, y después
le dije que si podía quedarme con su sujetador para enseñárselo a mis amigos. —No
puedo reprimir una risita, pero, a pesar de todo, él continúa, sin apartar sus
ojos de los míos— Nunca me he puesto las corbatas que me regala mi madre en
Navidad. No sé lo que significa codependiente. Siempre he querido ser un
jugador de rugby. Tengo un sueño recurrente en el que soy Superman, y me caigo
desde el cielo. A veces me encuentro en una reunión de la junta directiva, miro
a mi alrededor y me pregunto: «¿Quién demonios es esta gente?» —Toma aliento y
me mira. Sus ojos parecen más oscuros que nunca— Conocí a una hermosa y
maravillosa chica en un avión y mi vida cambió por completo.
Algo sucede en mi interior. Tengo un nudo en la garganta
y me duele todo. Trato con todas mis fuerzas de no llorar, pero mi cara se
contrae sola.
-Lali: Peter, te aseguro que no...
-Peter: Lo sé.
-Lali: Nunca haría...
-Peter: Lo sé muy bien.
Ahora sí que no consigo controlarme y empiezo a derramar
lágrimas de alivio. Él lo sabe. Todo está bien.
-Lali: ¿Eso... significa que... nosotros...? —balbuceo
mientras me limpio la cara e intento recuperar el control sobre mí misma. Se
produce un prolongado e insoportable silencio. Si dice que no, no sé lo que
haré.
-Peter: Bueno, es mejor que aplaces tu decisión —responde
con una mirada inexpresiva— Tengo muchas otras cosas que contarte, y no todas
son buenas.
Suelto una risa nerviosa.
-Lali: No tenés por qué contarme nada.
-Peter: Sí, pero creo que quiero hacerlo. ¿Damos un
paseo? Porque me va a costar un buen rato.
-Lali: Bueno —accedo con voz un tanto temblorosa aún. Me
ofrece un brazo y, tras unos segundos lo acepto.
-Peter: ¿Dónde me había quedado? —pregunta en cuanto
salimos al patio— Ah, sí. Esto sí que no puedes decírselo a nadie. —Se inclina
hacia mí— La verdad es que no me gusta la Panther Cola, prefiero Pepsi.
-Lali: ¡No! —exclamo, y suelto una carcajada.
-Peter: Es verdad, ya te he dicho que no todo iba a ser
agradable.
Lentamente, empezamos a caminar por el oscuro borde del
patio. El único ruido que se oye es el de nuestros pasos sobre la grava, la brisa
en los árboles y la voz de Peter, que está contándomelo todo.
continuará...
-----------------------------------
+25 y se viene el final!!!
:D
suuubiiii mass :D
ResponderEliminarxfin hace algo bn peter jajajajajjaja
ResponderEliminarya quiero ver que pasara entre ellos
ResponderEliminarmas mas mas
ResponderEliminarUltimo ultimo ultimo!!!
ResponderEliminarQuiero mas!!!
ResponderEliminarSube mas quiero saber todos los secretos de peter muahaha me encanta tu noe
ResponderEliminarmass
ResponderEliminarmas nove por fa
ResponderEliminarMoree
ResponderEliminarI love your nove
ResponderEliminarJ'adore ce novela
ResponderEliminarmasss
ResponderEliminarJAAJAJAJAJAJA ME ENCANTO EL CAP Y LA NOVELA!
ResponderEliminarBuenísimo!Peter es un genio para mí!
ResponderEliminarAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! LO AMOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO VOLVIOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!! :D ME ENCANTO TE JURO QE ME ENCANTO!!!!!!!!!!!!!!!:D ♥.♥
ResponderEliminarUn hombre k confiesa sus secretos,todo un logro,y x Lali.
ResponderEliminarhayy me encantaaa
ResponderEliminarmassss