Lali cortó unas lilas fragantes de un frondoso arbusto
situado en las lindes del jardín de Wesley Manor, la casa solariega de las
afueras de Londres que había sido su hogar durante las últimas tres semanas.
Intentó concentrarse en su tarea para no hacerse un corte en los dedos, pero le
resultaba casi imposible.
Habían pasado tres semanas desde su enfrentamiento con
Peter.
Tres semanas desde que la había enviado allí para
apartarla de su lado sin darle otra cosa que una nota escueta: «Si tuvieras una
visión, o cuando sepas si estás encinta, comunícamelo de inmediato». Sin embargo,
durante esas tres semanas no había tenido una sola visión... No había sentido
más que una gran pesadumbre. Y todavía no sabía si estaba encinta. Cada noche
se acostaba en su cama, sola, llena de ansiedad, con las manos sobre el
vientre, intentando percibir si una criatura estaba creciendo en su interior,
pero no veía más que oscuridad, una negrura inexorable.
Habían sido las tres semanas más largas y más solitarias
de su vida.
Por otro lado, la alternativa de habitar bajo el mismo
techo que Peter, viéndole todos los días, intentando ocultar su sufrimiento y
sosteniendo la mentira que había inventado, le habría resultado imposible. Se
encontraba mucho mejor donde estaba.
Aun así, la angustia que la acompañaba a todas partes no
daba señales de remitir. Trataba de mantenerse ocupada, distraer su mente para
no torturarse preguntándose qué estaría haciendo él. O con quién estaría
haciéndolo. Sin embargo, por más flores que cortara, por más agua de lilas que
destilara, por más horas que pasara leyendo o vagando por los jardines, nada
mitigaba el dolor que atenazaba su corazón. Intentaba consolarse recordándose
que sus actos habían ahorrado a Peter el tormento de perder a una hija y el
infortunio de un matrimonio casto, pero nada podía borrar la aflicción que la
embargaba cada vez que visualizaba el rostro de su marido.
Una imagen de Peter le vino a la mente helándole la
sangre. Recordó cómo la había fulminado con la mirada durante los últimos
momentos que estuvieron juntos, con una expresión de odio implacable. Los ojos
se le arrasaron en lágrimas y se las enjugó impacientemente con las manos
enguantadas. Se había prometido que no lloraría ese día. ¿Cuánto tardaría en
ser capaz de pasar un día entero sin llorar? Estuvo a punto de soltar una
carcajada. Dios santo, ¿cuánto tardaría en ser capaz de pasar al menos una hora
sin llorar?
—Ahí estás! —Oyó la voz de Agustín a su espalda— Euge
casi te había dado por perdida.
El desánimo se apoderó de ella, y rápidamente se secó los
ojos. Adoptó la expresión más alegre que le fue posible, se volvió y le sonrió
a su cuñado, que se acercaba por el sendero.
Al verle la cara, Agustín casi se detuvo en seco.
Maldición, Lali había estado llorando otra vez. A pesar de su sonrisa, sus ojos
enrojecidos delataban las noches en vela que había pasado y su profunda
tristeza.
Agustín sintió un arrebato de rabia. ¿Qué diablos ocurría
con su hermano? ¿Es que Peter no se daba cuenta de lo abatida que estaba? No,
por supuesto que no; él se hallaba en Londres. Hacía tres semanas le había
pedido a Giovanni que acompañase a Lali, Euge y su madre a Wesley Manor con
instrucciones de no regresar a Bradford Hall hasta que se resolviese el caso de
la muerte del alguacil.
Pero Agustín sabía que algo marchaba muy mal entre su
hermano y Lali. Había visitado a Peter el día anterior y, por el rato que
pasaron juntos, dedujo que éste se encontraba tan abatido como Lali, o incluso
más. Jamás había visto a Peter de peor humor.
En cuanto a Lali, nunca había visto a una persona tan
alicaída y desconsolada como ella. Le parecía una bella flor que alguien se
hubiese olvidado de regar y que empezaba a languidecer y marchitarse. Bueno,
pues estaba harto de eso. Lo que mantenía a Peter y a Lali separados, fuera lo
que fuese, debía terminar.
Fingiendo no fijarse en sus ojos llorosos, hizo una
reverencia formal y exagerada.
-Agus: Estás preciosa, Lali —Sin darle oportunidad de
contestar, la tomó del brazo y echó a andar por el sendero— Debemos darnos
prisa, el coche de viajeros sale dentro de... —hizo un cálculo rápido de lo que
tardarían Euge y su madre en hacer las maletas— dos horas —Sabía que las dos se
pondrían frenéticas cuando se lo dijese, pero las situaciones desesperadas requerían
medidas desesperadas— No está bien que pospongamos la diversión.
-Lali: ¿Coche de viajeros? ¿Diversión? ¿De qué estás
hablando?
-Agus: Pues de nuestra excursión a Londres. ¿Es que Euge
no te ha dicho nada? —La miró con disimulo y advirtió que palidecía.
-Lali: No. Yo... no tengo ganas de ir a Londres.
-Agus: Tonterías. Claro que tienes ganas. Pasar
demasiados días a solas en el campo resulta agobiante. Iremos al teatro,
saldremos de tiendas, visitaremos museos...
-Lali: Agustín. —Se detuvo y se soltó de su brazo.
-Agus: ¿Sí?
-Lali: Aunque agradezco la invitación, me temo que no
puedo acompañarlos. Espero que lo pasen bien.
Agustín se preguntó si ella era consciente de lo
desconsoladora que resultaba su tristeza. Y adivinó la razón de su negativa a
ir a Londres: el zoquete de su hermano. Suspiró y sacudió la cabeza.
-Agus: Es una pena que no quieras venir. La casa enorme y
vacía de la ciudad no será lo mismo sin ti.
-Lali: ¿Vacía? —preguntó ella con el entrecejo fruncido.
-Agus: Claro, porque Peter se ha ido a su finca de Surrey
para la... esto... la inspección anual de las cosechas. Seguro que te ha
hablado de ello.
¿La inspección anual de las cosechas? Agustín estuvo a
punto de poner los ojos en blanco al pensar en la absurda excusa que acababa de
inventar.
-Lali: Me temo que olvidó mencionarlo.
Sacudiendo la cabeza, Agustín emitió un resoplido de
disgusto.
-Agus: Típico de mi hermano mayor. Siempre olvida estas
cosas.
-Lali: ¿Cuánto tiempo estará en Surrey?
-Agus: Oh, al menos quince días —mintió con cara de palo—
Lo pasaremos de maravilla. Además, Euge pondrá el grito en el cielo si no
vienes. Te necesita desesperadamente como acompañante para ir de compras, pues
los gustos de nuestra madre son demasiado sobrios. Además, me ahorrarás la
deprimente perspectiva de no tener a nadie con quien conversar excepto mi madre
y mi hermana —Hizo una mueca de fingido espanto— ¿Lo ves? Sencillamente tienes
que venir.
De inmediato notó que ella estaba considerando seriamente
su propuesta y se sintió aliviado al ver en sus labios algo que parecía una
sonrisa auténtica. Un esbozo de sonrisa, pero auténtica de todos modos.
-Lali: De acuerdo. Quizás un viaje a Londres suponga un
agradable cambio de aires. Gracias, Agustín.
-Agus: Es un placer.
-Lali: Supongo que lo mejor será que vaya a hacer las
maletas.
-Agus: Es una idea excelente. Ve a prepararte, yo vendré
enseguida.
La observó alejarse y aguardó a que se perdiese de vista
en el laberinto. Cuando estuvo seguro de que no podía verlo, saltó por encima
de un seto de una manera muy impropia de un lord, cosa que le habría provocado
un desmayo a su madre, y echó a correr a toda prisa hacia la entrada lateral de
la casa.
Debía informar a Eugenia y a su madre de su inminente
viaje a Londres.
--
¿Estaba embarazada?
Peter, sentado en su estudio, contemplando el fuego de la
chimenea con su cuarta copa de brandy en la mano, intentaba en vano ahuyentar
de su mente la pregunta que lo atormentaba desde hacía tres semanas. Nicolás se
encontraba de pie junto a la repisa de la chimenea, contándole algo sobre los
últimos cotilleos que había oído en White's, pero Peter no lo escuchaba.
Después de varias copas más, sin duda dejaría de oír la voz de su amigo por
completo. Tal vez dejaría también de sentir.
Había pasado esas tres semanas siguiendo el rastro de dos
soldados que habían servido en el ejército con Pablo pero, tal como habían
declarado hacía un año, los dos le dijeron que lo habían visto, como a tantos
otros ese día, caer en la batalla. También había esperado recibir más
instrucciones por parte del chantajista, pero no le llegaron. ¿Por qué el
hombre no había intentado cobrarle las cinco mil libras que le exigía? Si Lali
estuviese allí, tal vez podría...
Desechó el pensamiento, pero era demasiado tarde. Ella
estaba grabada a fuego en su mente y, por más que intentaba no hacerse esa
pregunta, la incertidumbre lo reconcomía por dentro: ¿estaría embarazada? Aguardaba
la respuesta con ansia y también con miedo. Si lo estaba, tendría un hijo
suyo... un hijo destinado a morir antes de tener la oportunidad de disfrutar de
la vida. Si Lali no estaba encinta, su matrimonio habría acabado. Una risa
amarga brotó de su garganta.
Maldición, pasara lo que pasase, su matrimonio había
llegado a su fin.
Apuró el contenido de la copa, se levantó y se acercó a
las licoreras de cristal posadas en la mesita junto a las ventanas que daban a
la calle. Se sirvió un brandy doble y descorrió la cortina.
Las verdes praderas de Hyde Park se extendían al otro
lado de la calle, y una hilera de carruajes desfilaba por sus caminos.
Caballeros y damas de elegante atuendo paseaban a la luz de la tarde, con
sonrisas que parecían de alegría en el rostro.
Sonrisas de alegría. Una imagen de Lali riendo apareció
ante sus ojos, y se bebió la mitad de su copa de un trago. Demonios, ¿cuánto
tiempo habría de pasar antes de que ella dejase de ocupar todos los rincones de
su cerebro, antes de que su ira y su dolor remitiesen? ¿Cuánto tardaría en ser
capaz de respirar sin que le doliese el pecho a causa de esa pérdida? ¿Cuándo
dejaría de odiarla por haberle desgarrado el corazón, y cuándo dejaría de
odiarse a sí mismo por permitírselo? Maldita sea, ¿cuándo dejaría de amarla?
No conocía la respuesta, pero, por todos los cielos,
esperaba que otro brandy acelerase el proceso. Alzó la copa para llevársela a
los labios, pero se detuvo al ver que un carruaje negro y lustroso tirado por
cuatro hermosos caballos zainos se acercaba, «Diablos —pensó— parece uno de mis
coches.» Al inclinarse hacia la ventana, avistó el inconfundible emblema de los
Bradford grabado en la puerta de ébano lacado.
¡Maldición! Sin duda era Agustín, que volvía para
fastidiarlo. Había soportado la compañía de su hermano el día anterior y no
tenía ningunas ganas de repetir la experiencia.
-Nico: ¿Algo te ha llamado la atención ahí fuera? —le
preguntó, yendo a colocarse a su lado junto a las licoreras— ¿No es ése uno de
tus carruajes?
-Peter: Me temo que sí. Al parecer mi hermano ha decidido
hacerme otra de sus visitas inesperadas.
El coche se detuvo frente a la casa, y un criado abrió la
portezuela. La madre de Peter se apeó.
-Peter: ¿Qué hace ella aquí? —preguntó.
Sin duda habría venido para ir de compras. De pronto se
quedó paralizado y se le hizo un nudo en el estómago. ¿Sería posible que su
madre o Agustín le trajesen un mensaje de Lali? No bien se le hubo ocurrido esa
perturbadora posibilidad, nada menos que Lali bajó del carruaje. Peter apretó
con tanta fuerza la copa que el cristal delicadamente tallado se le clavó en la
piel.
-Peter: Maldita sea, ¿qué está haciendo ella aquí?
—gruñó, al tiempo que mil dudas se agolpaban en su cabeza.
¿Sabía ya si estaba embarazada? Sólo habían transcurrido
tres semanas. Si ella lo tenía claro tan pronto era seguramente porque no lo
estaba, ¿o sí? ¿Acaso su presencia se debía a que había tenido otra visión
sobre Pablo? Miró por la ventana, conteniendo el impulso de pegar la nariz al
vidrio como un niño delante del escaparate de una tienda de golosinas, ansioso
por contemplada mejor.
Llevaba un vestido de viaje verde azulado con un sombrero
a juego. Unos rizos color castaño enmarcaban su rostro, y él se acordó de
inmediato del tacto de su suave cabello entre los dedos. Incluso desde lejos
alcanzó a ver sus oscuras ojeras, señal de que había pasado noches en vela.
El criado extendió el brazo hacia el interior del
carruaje y ayudó a Euge a apearse.
-Nico: ¿Qué demonios está haciendo ella aquí? —preguntó
bruscamente, apartando a Peter de la ventana para no perder detalle.
Peter dirigió a su amigo una mirada sorprendida.
-Peter: Es mi hermana. ¿Y por qué razón no debería estar
aquí? Además, ya conoces a mi familia. Se desplaza en manada, como los lobos. Te
apuesto lo que quieras a que mi hermano está a punto de hacer una de sus
apariciones triunfales.
Como si hubiese estado esperando esta señal, Agustín
salió del carruaje con una enorme sonrisa en la cara. ¡Maldición! ¿Qué se traía
entre manos esta vez? ¿Y por qué había venido Lali en lugar de mandarle un
mensaje? Peter se apartó de la ventana, posó bruscamente la copa sobre la mesa
y se dirigió con furia hacia la puerta.
--
-Emi: ¡Peter, qué grata sorpresa!— Al oír estas palabras
de su suegra, Lali se volvió rápidamente. Allí, bajando a grandes zancadas
hacia el vestíbulo, con el cuerpo tenso de ira, estaba su marido.
La invadió una gran consternación. Cielo santo, ¿por qué
se encontraba él allí? ¿No se había marchado a Surrey?
Permaneció inmóvil, con los ojos clavados en él,
intentando reprimir la oleada de cariño y añoranza que la asaltó, pero fue
inútil. Dios, lo había echado tanto de menos... Pero la expresión de Peter no
dejaba lugar a dudas de que él no la había echado de menos. De hecho, cuando llegó
al vestíbulo, hizo caso omiso de ella.
Se inclinó y aceptó un beso de su madre.
-Peter: No los esperaba —dijo con rabia contenida— Todo
va bien, espero.
-Emi: Oh, sí —dijo la viuda con una sonrisa— Lali,
Eugenia y yo estábamos deseando ir de tiendas, y Agustín se ha ofrecido
amablemente a acompañarnos a la ciudad.
Peter fulminó a su hermano con la mirada, achicando los
ojos.
-Peter: Qué detalle por tu parte, Agustín.
La sonrisa de Agustín podría haber iluminado la
habitación entera.
-Agus: Oh, no es molestia en absoluto. Siempre es un
placer viajar en un carruaje repleto de damas encantadoras.
Peter miró a Eugenia enarcando una ceja.
-Peter: ¿No recorristeis bastantes tiendas cuando
estuvisteis aquí hace unas semanas?
Una carcajada alegre escapó de los labios de Euge.
-Euge: ¡Oh, Peter, qué divertido eres! Deberías saber que
una mujer nunca se cansa de ir de compras.
Lali estaba soportando el terrible bochorno que le
producía aquella situación. Su marido ni siquiera parecía haber reparado en su
presencia. Se impuso un silencio incómodo. Ella sintió que se sonrojaba y sólo
deseó que la tierra la tragara. Pero justo cuando creía que Peter se alejaría
de allí sin saludarla, él se volvió y la miró fijamente.
La furia glacial que irradiaban sus ojos grises la heló
hasta la médula. Y aunque tenía la mirada clavada en ella parecía más bien que
la traspasara sin verla, como si en realidad su esposa no estuviese allí. Todas
las esperanzas que Lali había alimentado de que el tiempo suavizase el trato
que Peter le daba se truncaron al ver esa mirada. ¿Cómo diablos iba ella a
sobrevivir a esa visita? Si ya el mero hecho de no estar con él, de
atormentarse recordando lo que había perdido, suponía un suplicio
insoportable... La expresión con que su esposo la contemplaba, sin asomo de
cariño ni de afecto, le provocaba un dolor que le debilitaba las piernas.
Pero había hecho lo que debía. Lo mejor para él. Decidida
a no dejar que percibiese su sufrimiento interior, esbozó una sonrisa forzada.
-Lali: Hola, Peter.
Él tensó los músculos de la mandíbula.
-Peter: Lali.
Ella intentó humedecerse los resecos labios, pero también
se le había secado la boca.
-Lali: Yo... creía que habías ido a Surrey.
La expresión gélida de Peter habría podido extinguir un
incendio.
-Peter: ¿A Surrey?
-Lali: Sí, a la inspección anual de las cosechas...
Su voz se apagó hasta dar paso a un silencio embarazoso e
insufrible, mientras él la miraba con fijeza.
-Peter: ¿Tienes algo que decirme?
La escueta pregunta resonó en el vestíbulo. Lali sintió
el peso de las miradas de los demás, que observaban su tenso intercambio de
palabras. La humillación la embargó, y si sus piernas hubiesen cooperado con
ella habría salido corriendo de esa casa.
-Lali: No —murmuró— Nada.
Nicolás interrumpió esa violenta conversación al aparecer
en el vestíbulo. Saludó a todos, pero Lali notó que se inclinaba rígidamente
ante Euge y que ésta no lo miraba a los ojos al responder a su saludo.
-Peter: Quisiera cruzar dos palabras contigo en mi
estudio, Agustín —dijo en una voz repleta de amenaza.
-Agus: Por supuesto —respondió— En cuanto me haya
instalado en...
-Peter: Ahora.
Sin una palabra más, Peter giró sobre sus talones y echó
a andar por el pasillo.
Todos se quedaron callados. Finalmente, la viuda
carraspeó.
-Emi: ¡Vaya! ¿No es... estupendo? Agustín, por lo visto
Peter desea hablar contigo.
-Agus: ¿Ah sí? No me había fijado.
Tras despedirse con una reverencia llena de desenvoltura,
se alejó con toda calma por el pasillo por el que Peter acababa de marcharse.
Su madre se volvió hacia los demás, que permanecían en
absoluto silencio, y dijo con una sonrisa que cabría calificar de desesperada:
-Emi: Van a hablar. ¿No es... estupendo? Estoy convencida
de que será una visita maravillosa.
-Euge: Maravillosa —repitió, mirando en todas direcciones
excepto en la de Nicolás.
-Nico: Deliciosa —convino en un tono lúgubre.
-Lali: Fantástica —dijo, con un hilillo de voz. Esperaba
poder sobrevivir a ella.
Continuará…
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Se que muchas odian a Lali y a mí en este momento, pero tranquilas todo se va a solucionar como dice Vivu "a la larga o a la corta" todo se soluciona! :) vagomi y si! un poquito más de sufrimiento hay pero, no creo que lleguen a las lágrimas... HappinessLIP Aleny a menos de que seas mui sensible (como yo) CHARI uff!! me salvé estaba a un paso de la hoguera yo!! jaja gracias a que te descargaste, y el bebé tomaba chocolatada que lindo en 20 días sabemos el sexo!! ^-^ Me parece que el cap causó mucho estragos fresy07 Gioia estás sufriendo nooooooo, Mary ☮ que la deje loca!! vale que tiene el corazón roto!!! chicas tal mal están las cosas!!! pero pronto se van a arreglar!!... me gustaría saber el nombre de ca_amorlaliter pero si no, no hay problema!! :)
Besoss y espero que tengan un lindo día!
mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarmassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarnoveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarHay no pobre lali :(!!!
ResponderEliminarGracias igualmente :)!!
maaasssssss noveeeeeeeeeeee, ya quiero que se reconcilien yaaaaaaaaa. Luz
ResponderEliminarque tension se respira en el ambiente!! espero el proximoo!! besos
ResponderEliminarfaty****
MASSSSSSSSSSSSSSSSSS
ResponderEliminarNOVEEEEEEEEEEEEEE
ResponderEliminarYA QUIERO LA RECONCILIACIÓN
ResponderEliminarMAS LALITER
ResponderEliminarEntiendo a Lali, ninguno de los dos tiene la culpa. Supongo que ver a su hijo morir no debe ser nada fàcil, ademàs ella està pensando en Peter! Pero los capitulos son demasiado tristes!! Yo tambien quiero la reconciliaciòn!!
ResponderEliminarLa inspección anual de cosechas?
ResponderEliminaragustín es un mentiroso!
Vamos mejorando de a poco, no me gusta q se traten tan secos. Espero el próximo y que todo ya se arregle, no creo aguantar mucho mas así je!
ResponderEliminar@vale_cadenas
no se me imagino toda la escena es super triste. Igual el verdadero amor debe triunfar ante la adversidad.
ResponderEliminarSube más nove a ver si pasa más ligero tanta tristeza de ellos jajajajajja
cuantos caps tiene la nove??
ResponderEliminardesculpame si pregunto pero quiero calcular cuanto tiempo voy a estar triste con la nove :(
ay nooo,quiero que todo se resuelva PRONTO jajaja
ResponderEliminarmas noveeeeeeee
besos
@porLali_ITALIA
holaaaaaaa,
ResponderEliminarsoy una nueva lectora, encontre tu nove y ya la lei completaaaaaaa
me has cautivado completamente
ResponderEliminarme encantaaaaaaaaaa
ResponderEliminarnecesitooooo mas capis y k se reconcilien prontooooooooooooooooooo
no me gusta como se estan tratandoo
ResponderEliminarme gustaria que pitt se arrepienta de como se esta comportando con lali, se que ella actuo mal pero eso no le da derechoo a tratarla como un perro.
ResponderEliminarporfaaa subes mas nove!1 no sabes lo que senti cuando lali le dijo a peter que se queria divorciar!! y ojala benjamin aparesca y se lleve a lali y pasi peter reaccione y luche por lo que quiere!
ResponderEliminaresta novela me esta matando cada vez mas pobre de los dos se aman pero su orgullo vale mas espero que pronto se arregle las cosa no me gusta ver asi a lali y a peter como estan
ResponderEliminarEste capitulo casi me deja sin palabras pobre de lali quiero masssssss nove hoy que eatoy re aburida por que hay tormenta aqui y no hay mucho que hacer. Chiki_87
ResponderEliminarMe encanto! Pero pobre Lali y Peter! Todo lo que estan sufriendo!
ResponderEliminarPorque mierda tienen que sufrir tanto?
ResponderEliminarMas Nove!!!
@sarapinyana
hay no agus se mete en lo que no importa y en vez de ayudar creo que empiora la vida de los 2
ResponderEliminarNo la odio a Lali xq la entiendo y no te odio a vos, odio al escritor pero entiendo que tiene q haber drama en la novela aunque no puedo evitar ponerme triste por ellos! pensar que muchas personas les pasa lo mismo, piensan saber lo q las otras personas sienten y piensan pero es todo lo contrario y tal vez jamas sepan la verdad...
ResponderEliminaraunque como esto es una novela espero que haya un final feliz xq sino ahi si que estas al horno eh!
un beso
Juli♥
Yo no la odio a lali, me da mucha pena,y creo q cualquiera q hubiera tenido una visión como la de ella hubiera reaccionado de manera semejante,creo q los dos están sufriendo mucho,ojalá pronto logren encontrar una solución,porque su amor es muy puro.
ResponderEliminarLos dos están sufriendo y es triste quiero que se reconcilien...
ResponderEliminarMAS NOVE!!!!!!!!
maaaaaaaaaaaas quiero que peter ame denuevo a lali y que esten juntitos y que lali este embarazada
ResponderEliminara ver si se arreglan ya
ResponderEliminarnos tienes tristes!! lo estamos pasando mal
ResponderEliminarqueremos saber si esta embarazada
ResponderEliminarmas noveeeee xfa
ResponderEliminarNO ODIAMOS A LALI.TE ODIAMOS A TI.....¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarSi Peter se mostrase mas amable con Lali ,y no con tanto desprecio,quizas Lali recapacitaria en su decision,fue solo,su primera vision d futuro ,y quizas no la sabe controlar o interpretar.Yo me inclino x k no la supo interpretar,y k no tuvo la vision completa.
ResponderEliminarhaayy q fea situación!!
ResponderEliminarmass novee