La boda se celebró en el salón.
Las superficies de todos los muebles estaban adornadas
con flores frescas, que impregnaban el aire con su fragancia embriagadora. Los
treinta y tantos invitados estaban sentados en hileras de sillas colocadas en
medio de la estancia, de cara a la chimenea.
Peter se hallaba de pie entre Agustín y el párroco local,
a quien habían pedido que oficiara la ceremonia. Cuando Lali apareció en la
puerta, todas las miradas se volvieron hacia ella y se levantó un murmullo
entre los invitados. A Peter se le cortó la respiración. Lali era el ser más exquisito
que jamás hubiese visto. Su vestido de satén color marfil descendía desde un
corpiño con escote en U hasta sus pies formando una columna estrecha y lisa. La
suave tela se ensanchaba por abajo y terminaba en una breve cola por detrás.
Unos guantes blancos y largos, bordados con hilo de oro y perlas, le cubrían
los brazos hasta las mangas cortas y abombadas del vestido.
Llevaba el cabello recogido en un moño sencillo, con cientos
de ondas sedosas que le caían por la espalda y le rozaban la cintura. No lucía
otra joya que su anillo de pedida y las sartas de diamantes que le centelleaban
en el pelo. Eran un regalo de bodas de Emilia.
Avanzó lentamente hacia él, con sus luminosos ojos
castaños de tonos dorados fijos en los suyos. Le dedicó una sonrisa tímida y
temblorosa, produciéndole el «efecto Lali».
-Agus: Dios mío, Peter —susurró con evidente admiración—
Es fabulosa.
Peter, con la atención puesta en Lali, no contestó. Agustín
le dio un leve codazo en las costillas.
-Agus: ¿Sabes? No es demasiado tarde para que cambies de
opinión —musitó— Estoy seguro de que podríamos encontrar a alguien dispuesto a
ocupar tu lugar para librarte de los horrores del matrimonio y todo eso. Quizá
yo mismo contemplaría la posibilidad de ofrecerme voluntario.
Peter no despegó por un momento los ojos del rostro de
Lali.
-Peter: Otro comentario como ése, hermanito, y acabarás
metido de cabeza en los rosales.
Agustín soltó una risita y guardó silencio.
La ceremonia duró menos de quince minutos. Después de
pronunciar los votos matrimoniales que los unían para toda la vida, Peter rozó
ligeramente la boca de Lali con los labios, y el corazón estuvo a punto de
estallarle en el pecho. «Ella es mía» No acertaba a abarcar los límites de su
euforia. Mientras todo el mundo les daba la enhorabuena y les deseaba lo mejor,
él no pudo borrar la sonrisa de satisfacción de su cara.
Un banquete de boda siguió a la ceremonia, y Peter se
irritó por el retraso que eso suponía para su partida a Londres. Mientras
cenaba unas finas rebanadas de cordero asado y rodaballo cocido a fuego lento,
tuvo que repetirse varias veces que el motivo por el que estaba tan ansioso por
llegar a Londres era porque esperaba recibir noticias del chantajista. El día
siguiente sería el primero de julio y, como aún no sabía nada de James Kinney,
se imponía una visita a Bow Street. Sí, ésos eran los motivos.
Pero entonces posaba la vista en su esposa... su hermosa,
enigmática, fascinante esposa, y todos sus pensamientos sobre investigaciones
se escurrían de su mente como las gotas de lluvia de los árboles. Cuando el
largo banquete finalizó por fin, los recién casados se cambiaron los trajes
nupciales por ropa de viaje y, entre gestos y palabras de despedida, se
pusieron en camino hacia Londres.
Sentado en el carruaje ducal, Peter observó a Lali agitar
la mano hasta que todos los familiares e invitados quedaron reducidos a puntos
diminutos. Cuando ella se acomodó, al fin, en el lujoso asiento de terciopelo
color burdeos, enfrente de él, le sonrió.
-Lali: Qué carruaje tan espléndido, Peter. Es de lo más
confortable. Vaya, casi no se sienten sacudidas.
-Peter: Me alegra que le des tu aprobación.
-Lali: Ha sido una ceremonia preciosa, ¿no crees?
-Peter: Preciosa —Reparó en un paquete envuelto que ella
llevaba sobre el regazo— ¿Qué es eso?
-Lali: Es un regalo.
-Peter: ¿Un regalo?
-Lali: Sí, es una palabra que usamos en América para
referimos a algo con que una persona obsequia a otra —Le tendió el paquete— Es
para ti.
-Peter: ¿Para mí? ¿Me has comprado un regalo?
-Lali: No exactamente. Pero lo entenderás cuando lo
abras.
Lleno de curiosidad, Peter deshizo el lazo y retiró con
todo cuidado el envoltorio. Descubrió el retrato de él que ella había
bosquejado junto al arroyo, cuando le había pedido que rememorase su pasado.
Aunque la familia de Peter acostumbraba a intercambiar regalos en ocasiones
especiales como los cumpleaños, Peter había olvidado cuándo había sido la
última vez que alguien le había hecho un regalo sorpresa.
Tardó un minuto entero en recuperar la voz.
-Peter: No tengo palabras, Lali.
-Lali: Oh, cielos. No tienes que decir nada —aseguró ella
con un hilillo de voz.
-Peter: Pero quiero hacerlo —Levantó la vista del retrato
hacia ella y se extrañó al ver su expresión inquieta— Supongo que debería decir
«gracias», pero me parece de todo punto insuficiente para un regalo como éste
—Le sonrió— Gracias.
-Lali: ¡Ah! No hay de qué. Como no decías nada, pensaba
que...
-Peter: ¿Qué pensabas?
-Lali: Que era ridículo regalarle mi burdo bosquejo a un
hombre que lo tiene todo, incluidas muchas obras de arte de valor incalculable.
-Peter: Mi silencio no se debía a nada parecido, te lo
aseguro. Es sólo que no recuerdo haber recibido nunca un regalo tan bonito. Por
unos instantes me he quedado sin palabras —Su propia franqueza lo sorprendió—
¿Dónde conseguiste el marco?
-Lali: Tu madre tuvo la gentileza de invitarme a rebuscar
en el trastero de Bradford Hall, y fue allí donde lo encontré —Torció la boca
en una sonrisa irónica— No te creerías lo que me costó librarme de las garras
de la costurera por unos minutos. A pesar del tiempo que pasé alejada del alfiletero,
consiguió confeccionar un vestido de boda magnífico.
-Peter: Estoy de acuerdo —Volvió a envolver con
delicadeza el dibujo y lo depositó al lado de ella, en el asiento— ¿Te
importaría sentarte junto a mí? —le sugirió, dando unas palmaditas al almohadón
que tenía junto al muslo.
Ella se instaló a su lado sin dudarlo. En cuanto se hubo
acomodado, él se inclinó y le dio un beso rápido en los labios.
-Peter: Gracias, Lali.
-Lali: De nada.
Le dedicó una sonrisa y él tuvo que luchar contra el
impulso de tumbarla sobre sus rodillas y besarla hasta que perdiese el sentido.
Decidido a no ceder a tentaciones que pudieran dejarlo dolorido para el resto
del trayecto, extrajo una baraja de su bolsillo.
-Peter: Tardaremos unas cinco horas en llegar a Londres
—dijo, barajando las cartas— ¿Juegas al piquet?
-Lali: No, pero me encantaría aprender.
Peter descubrió enseguida que a su flamante esposa se le
daban excepcionalmente bien los juegos de naipes. Apenas le había explicado las
reglas y ya lo estaba derrotando. Estrepitosamente.
Aunque él había propuesto que jugasen a las cartas para
mantener la mente y las manos apartadas de su esposa, las cosas no marchaban
tal como las había planeado. Jugó bastante bien hasta que ella se quitó la
chaqueta corta de su conjunto de viaje. Era imposible no fijarse en el modo en
que sus generosos pechos se apretaban contra la suave muselina color melocotón
de su vestido mientras estudiaba sus cartas, frunciendo el ceño con gran
concentración.
Luego, para colmo, Lali tuvo calor y se quitó la
pañoleta, dejando al descubierto su nívea piel y mostrándole ocasional y
tentadoramente una parte de los pechos a través del escote. Él se quedó
mirándolos, incapaz de concentrarse; en un abrir y cerrar de ojos perdió por
dos puntos.
-Lali: ¿Estás bien, Peter? ¿Te duele la cabeza?
Él alzó la mirada hasta posarla en su rostro.
-Peter: En realidad me siento un poco, eh, acalorado
—Descorrió la cortina y respiró con alivio el aire fresco— Pararemos dentro de
unos minutos para cambiar de caballos.
«Gracias a Dios. Necesito aire.»
Mientras el cochero reemplazaba el tiro, Peter salió a
estirar las piernas con placer. Pero no le quitó ojo a Lali, que estaba a
cierta distancia, inclinada sobre unas plantas.
Cuando ella volvió a su lado, la ayudó a subir al
carruaje y prosiguieron su camino.
-Lali: Adivina lo que he encontrado —dijo su esposa,
acomodándose la falda alrededor.
-Peter: A juzgar por tu sonrisa resplandeciente, supongo
que has encontrado diamantes.
Ella negó con la cabeza y le tendió su sombrero. Estaba
lleno de fresas de color rojo subido.
-Lali: Había docenas de ellas. El cochero me ha invitado
a recoger todas las que quisiera.
Metió la mano en el sombrero, tomó una fresa y se la dio.
-Lali: ¿Alguna vez has oído hablar del origen de las
fresas? —preguntó ella, llevándose una a la boca y masticando con delectación.
-Peter: No. ¿Es una historia americana?
-Lali: En cierta forma, sí. Es un mito de los indios
cherokee. Papá me lo contó. ¿Te gustaría oído?
-Peter: Por supuesto —respondió él, recostándose sobre
los almohadones de terciopelo.
-Lali: Hace mucho, mucho tiempo, había una pareja que
vivía muy feliz. Pero, después de un tiempo, empezaron a discutir. La mujer
abandonó al marido y se dirigió a la tierra del Sol, situada muy lejos, al
este. Él la siguió, pero la mujer nunca volvió la vista atrás. »El Sol se
compadeció del hombre y le preguntó si aún estaba enfadado con su esposa. El
hombre contestó que no y que quería recuperarla —Hizo una pausa para llevarse
otra fresa a la boca.
-Peter: ¿Y qué pasó entonces? —preguntó fascinado por su
insólito relato.
-Lali: El Sol hizo crecer un arbusto de arándanos
suculentos justo delante de la mujer, pero ella no les prestó la menor
atención. Más tarde hizo brotar unas zarzamoras, pero ella volvió a pasar de
largo. El Sol interpuso otras frutas en su camino para tentarla, pero ella
seguía adelante. Entonces ella vio unas fresas, fresas hermosas, maduras,
jugosas. Las primeras en el mundo. Después de comer una, volvió a desear a su
esposo. Recogió las fresas y emprendió el regreso para dárselas a él. Se
encontraron en el camino, se sonrieron y regresaron juntos a casa —Le dirigió
una sonrisa y le ofreció otra— Ya conoces el origen de las fresas.
-Peter: Una historia muy interesante —comentó él, con los
ojos clavados en sus labios, húmedos y teñidos de rosa por el jugo de las
frutas.
El recuerdo del sabor a fresas de su dulce boca se adueñó
de él, y de inmediato se obligó a pensar en otra cosa. Maldita sea, ¿por qué
resultaba tan difícil? Mientras saboreaban las fresas que quedaban, se preguntó
qué haría para mantener las manos apartadas de ella durante el resto del viaje.
Sin embargo, su esposa resolvió el problema poco después de comerse la última
fresa.
-Lali: Cielos —dijo, ahogando un bostezo— Tengo mucho
sueño.
Le pesaban los párpados, y él exhaló un suspiro de
alivio. No le costaría resistir la tentación si ella se quedaba dormida. La
atrajo hacia sí y dejó que apoyara la cabeza sobre su hombro.
-Peter: Ven aquí, señorita complexión fuerte —bromeó—
antes de que te caigas al suelo, inconsciente.
-Lali: Supongo que eso sería poco digno —dijo ella con
voz soñolienta, acurrucándose contra él.
-Peter: Un comportamiento por demás impropio de una
duquesa —convino él, pero ella ya no lo oyó. Se había quedado dormida.
Moviéndose con cuidado para no despertarla, Peter se
desperezó y la sostuvo contra su pecho. Embriagado por su aroma a lilas y la
sensación de su cuerpo contra el suyo, todos sus sentidos se despertaron. Por
lo visto resistir la tentación no resultaría tan sencillo como él creía.
Mientras a él le palpitaba la entrepierna, ella dormía.
Se sentía excitado y ardoroso, pero ella estaba relajada y sumida en un
lánguido sopor. Lali suspiró entre sueños y lo abrazó con más fuerza.
Demonios, iba a ser un viaje insoportablemente largo.
Continuará...
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Mas 20 firmas y subo el otro!! :)
-Rosalia, Myprettylanzani, me encanta tu nombree! :D
-Alexa sos adicta a la nove!! me encanta!! ^-^
-vagomi jaja bueno me olvide aclarar que son una perra, un gato y un hamster! jaja ;)
-HappinessLIP, Aleny son hermosos esos perros!! :D una vez tuve uno se llamaba Archivaldo! (no soi buena escogiendo nombres jaja) pero me lo robaron! :(
FELIZ DIA DEL FAN A TODOS!!!! :P
Me encanot el capitulo
ResponderEliminarPobre Peter! Le va a dar algo de la exitacion! jajaja
PD: jajaja si, falto la aclaración! Que lindos!
Bss
@vagomi
Espero ansiosa el proximo cap!!!!
ResponderEliminarjaja peter esta calenton x lali
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!! ;D
Yo pense qe tenias gatos!
confieso q los gatos no me gustan mucho
aaaaaaaaahhh!ame el cap! hahah pobre Peter se tiene que aguantar :p
ResponderEliminarme encantoooo el caapi ya quiero saber como sera su luna de miel mas capi
ResponderEliminarComo me pasa seguido comente el cap anterior cuando ya habias subido este =/ puse otra hipotesis q tengo =) jajajaj
ResponderEliminarespero ansiosa el proximo cap!
esta genial la nove
me encanta q peter sienta todo eso! jajajaa
un beso
espero q tengas un lindo domingo =)
Juli♥
maaaaaaaaaaas
ResponderEliminarOtro cap
ResponderEliminarSube el siguiente!
ResponderEliminarOtro!
ResponderEliminarMAS
ResponderEliminarSube mas
ResponderEliminarmas
ResponderEliminarSube otro cap!
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarCAP 14
ResponderEliminarSIGUELA
ResponderEliminar:)
ResponderEliminar:):)
ResponderEliminarotro!
ResponderEliminar+
ResponderEliminar...
ResponderEliminarMAS PORFA!
ResponderEliminarCap 14 porfa!
ResponderEliminarahhhhhhhhhh!Ahora quiero ver que pasa en la noche de bodas jajaja
ResponderEliminarmas noveeeeeeeeee
Besos
@porLali_ITALIA
maAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS otro otro porfis
ResponderEliminarme encanto la parte de agus y peter! jajajaja
ResponderEliminarme encanto el capítulo! me encatan las historia narradas por peter!=D
que peter no puede sopartar un simple abrazo de su esposa :P ajja en realidad me pregunto ue haran en el viae ya que el tien qe trabajar y mas uq ehara el cuando ya la probara
ResponderEliminarSube otro ya van mas de 20
ResponderEliminarJa ja pobre peter se le complica la cosa aunque no quiera je!
ResponderEliminarMás nove!
@vale_cadenas
me encantoo qiieroo maas!
ResponderEliminarotrooo
ResponderEliminarPeter no aguanta más!!!!!!!!!!!Pobre es una tortura!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarGenial el capitulo.La nove me encanta.
Me encanto este capitulo *_* mas Tiernos Lalu y Peter .. y peter no se controla ante semejante Mujer :)
ResponderEliminarme encanta la nove!!!
ResponderEliminarME ENCANTO EL CAPITULO
ResponderEliminarK capacidad d aguante,eso no es muy normal.Sin querer,y solo con su espontaniedad,no se imagina Lali lo k provoca en su maridito,jajaja.
ResponderEliminarjaja sufre peterr jajajaj :S
ResponderEliminarmassss