Peter se quedó mirándola. Evidentemente la joven sufría
alucinaciones, pero su mirada de horror le heló la sangre en las venas.
«Demonios —se dijo— si no voy con cuidado, acabará por convencerme de que hay
duendes acechando detrás de todos los árboles.» Trató de retirar la mano
delicadamente de entre las suyas, pero ella la apretó con fuerza.
-Lali: Pronto —susurró— Veo árboles, la luna. Va a
caballo, por un bosque. Está a punto de llover. Ojalá supiese más, pero eso es
todo lo que he visto. No puedo decirle qué forma adoptará ese peligro, pero le
juro que es una amenaza auténtica. E inminente. —Su voz sonaba desesperada,
implorante— No debe cabalgar en el bosque por la noche, bajo la lluvia.
Enfadado consigo mismo por haberse puesto un poco nervioso,
Peter se soltó bruscamente.
-Peter: Soy perfectamente capaz de cuidar de mí mismo,
señorita Espósito. No se preocupe.
La mirada de ella expresó frustración.
-Lali: Pues estoy preocupada, excelencia, y usted debería
estarlo también. Aunque comprendo su escepticismo, le aseguro que lo que digo
es cierto. ¿Qué motivos podría tener para mentir?
-Peter: Ya me he hecho esa misma pregunta, señorita
Espósito. Y me interesa mucho conocer la respuesta.
-Lali: No hay respuesta. No estoy mintiendo. Cielo santo,
¿siempre es tan testarudo? —Achicó los ojos, sin apartados de los suyos— ¿O es
que quizás está sahumado?
¿Lo había llamado testarudo? ¿Y qué demonios significaba
«sahumado»?
-Peter: ¿Cómo?
-Lali: Sí. ¿Se excedido en el consumo de bebidas
alcohólicas?
La fulminó con la mirada.
-Peter: Achispado. Quiere usted decir achispado. Pues no,
desde luego que no lo estoy. ¡Por Dios, son sólo las siete de la mañana! —Se
inclinó hacia ella, y su irritación alcanzó su punto culminante cuando vio que
ella se mantenía firme y le sostenía la mirada— Tampoco soy testarudo.
Un resoplido impropio de una dama escapó de los labios de
Lali.
-Lali: Estoy convencida de que le encanta creer que no lo
es —Reunió sus enseres y se puso en pie— Debo marcharme. Tía Julia se estará
preguntando qué ha sido de mí.
Sin una palabra más, dio media vuelta y enfiló a paso
ligero el sendero que conducía a la casa.
Peter la siguió con la mirada hasta que desapareció;
reprimió su enfado. «Qué mujer tan impertinente —pensó— Que Dios ayude al pobre
idiota que acabe encadenándose a esa americana maleducada.» Sin embargo, una
vez que su ira remitió, una palabra comenzó a rondarle por la cabeza: peligro. Lo
asaltó cierta inquietud, pero él se la sacudió de encima resueltamente. Estaba
en su propia finca, a millas de distancia de cualquier lugar poblado. ¿Qué
podría pasarle allí? ¿Que una ardilla hambrienta le mordiese la pierna? ¿Que
una cabra le propinase un topetazo en el trasero? Se rió para sus adentros ni
imaginar a unos animalitos peludos persiguiéndolo por la finca.
Su diversión se cortó súbitamente cuando pensó en la
carta de chantaje. ¿Tendría el chantajista la intención de hacerle daño?
Sacudió la cabeza, desechando la idea. El chantajista quería dinero, y no lo
conseguiría si hacía daño a su fuente de ingresos. Por otro lado, ¿con qué
objeto le habría advertido ella del peligro? ¿Estaría conchabada con el
chantajista? ¿Estaba intentando meterle miedo para que pagase al desgraciado
del chantajista? ¿O acaso era otra de las víctimas del chantajista y
simplemente quería ayudarlo? ¿O es que, sencillamente, estaba chiflada?
No lo sabía, pero no concedió el menor crédito a esas
tonterías sobre visiones.
No, no estaba en peligro.
En absoluto.
Y tampoco era testarudo.
Dos horas después, Peter entró en el comedor con la
intención de tomarse una taza de café en paz, y tuvo que reprimir un gruñido.
Dos docenas de pares de ojos lo contemplaban. Maldición. Se había olvidado del
resto de las visitas de su madre que, en rigor, eran también invitados suyos.
—Buenos días, Juan Pedro —lo saludó Emilia, su madre en
un tono que conocía muy bien y que equivalía a: «Gracias a Dios que has
aparecido, porque alguien está aburriéndonos a muerte»— Lord Digby estaba
explicándonos con todo detalle las virtudes de los nuevos sistemas de riego. Si
no recuerdo mal, ése es uno de tus temas predilectos. A Peter casi se le escapó
una carcajada al ver la mirada de desesperación que ella le dirigía, una mirada
que ni siquiera el hombre más despiadado podría pasar por alto. Adivinó que su
madre quería que acaparase la atención de lord Digby, por lo que se sentó a la
cabecera de la mesa y dedicó al caballero un gesto alentador.
-Peter: ¿Sistemas de riego? Fascinante.
La conversación prosiguió, y, después de que un criado le
sirviese café, Peter fingió escuchar a lord Digby mientras su mirada vagaba por
la mesa.
Euge le sonrió y, tras echar con disimulo un vistazo a
derecha e izquierda, puso los ojos en blanco. Él respondió con un guiño,
complacido de que ella estuviese tan alegre y de que se las hubiese ingeniado
para conservar el sentido del humor a lo largo de lo que prometía convertirse
en un desayuno mortalmente aburrido.
Paseó la vista por los otros invitados, asintiendo
distraídamente con la cabeza en respuesta al discurso de lord Digby. Lady Digby
estaba sentada en medio de sus numerosas hijas. Dios santo, ¿cuántas eran? Hizo
un cálculo rápido y contó cinco. Todas ellas lo miraban pestañeando con
coquetería. Apenas logró reprimir un escalofrío. ¿Cómo había llamado Nicolás a
esas mocosas? Ah, sí: cabezas de chorlito bastante tontas. Tomó nota
mentalmente de que debía hacer caso de las recomendaciones de Nico y permanecer
lo más alejado posible de las hermanas Digby. Si les prestaba la menor
atención, sin duda lady Digby correría a llamar a un sacerdote.
La condesa de Penbroke estaba sentada junto a la madre de
Peter, y ambas conversaban animadamente sobre algo que él no alcanzó a oír.
Lady Penbroke lucía otra muestra de su inacabable reserva de tocados
extravagantes. Diego observó fascinado cómo un criado esquivaba ágilmente las
largas plumas de avestruz que sobresalían de su turbante de color verde pálido
y amenazaban con sacarle el ojo a alguien cada vez que ella movía la cabeza.
Se reclinó en su silla y continuó con su examen de los
comensales. Advirtió que su madre parecía bastante contenta, serena y sorprendentemente
fresca, pese a que probablemente se había ido a dormir al alba. Llevaba la
dorada cabellera recogida en un moño que la favorecía mucho, y su vestido azul
oscuro hacía juego con sus ojos. Euge se le parecía tanto que Peter sabía
exactamente qué aspecto tendría su hermana veinticinco años después: sería
absolutamente hermosa.
La mirada de Peter continuó recorriendo a los invitados.
Arqueó las cejas cuando vio a Nicolás hacerle una señal con la cabeza por
encima de su taza de café. ¿Acaso el hecho de que su amigo no hubiese partido
todavía a Londres significaba que ya tenía algún informe que comunicarle respecto
de la señorita Espósito?
Frunció el entrecejo y de nuevo repasó con la vista a los
comensales. ¿Dónde estaba la señorita Espósito? Había una silla a todas luces
desocupada en la mesa. En realidad no estaba ansioso por ver a aquella
jovencita impertinente. En absoluto. De hecho, de no ser porque necesitaba
averiguar qué conexión tenía con Pablo, la habría borrado de su mente por
completo.
Sí; se olvidaría de aquellos grandes ojos marrón dorado
que podían cambiar de alegres a serios en un santiamén, y de su espesa y
ondulada cabellera de color castaño, que parecía invitarlo a acariciarla con
los dedos. No volvería a pensar en su boca. Hmm... su boca. Esos encantadores,
carnosos y enfurruñados labios...
-Lord Digby: Caracoles, excelencia, ¿Se encuentra bien?
—esa voz devolvió a Peter a la realidad.
-Peter: Perdón, ¿cómo dice?
-Lord Digby: Le he preguntado por su salud. Soltó un quejido.
-Peter: ¿Ah sí?
«¡Maldita sea! Esa mujer representaba un engorro, incluso
cuando no estaba presente.»
-Lod Digby: Sí. Los arenques ahumados también me producen
ese efecto. Y las cebollas —Lord Digby se inclinó hacia él y añadió en voz
baja— Lady Digby siempre se da cuenta cuando me permito algún capricho a la
hora de la comida. La condenada sabe exactamente qué me he llevado a la boca y
cierra con llave su alcoba si pruebo a escondidas un solo bocado de cebolla.
Quizás os interese tener eso en consideración cuando esté preparado para elegir
esposa.
Cielo santo. La mera idea de estar encadenado a una de
las hermanas Digby le quitó el poco apetito que le quedaba. Lanzando una mirada
significativa a Nico, Peter se disculpó con lord Digby y se puso en pie.
-Emilia: ¿Adónde vas? —le preguntó su madre.
Peter se le acercó, se colocó tras el respaldo de su
silla y le plantó un beso en la sien.
-Peter: Tengo unos asuntos que tratar con Nicolás.
Ella se volvió, escrutándole el rostro con una mirada de
inquietud, sin duda buscando los signos de fatiga que a menudo percibía en sus
ojos. Consciente de que ella se preocupaba por él, su hijo le sonrió
forzadamente y le dedicó una reverencia formal.
-Peter: Tienes un aspecto maravilloso esta mañana, madre.
Como siempre.
-Emilia: Gracias. Tú tienes un aspecto... —bajó la voz
hasta un tono confidencial— distraído. ¿Ocurre algo malo?
-Peter: En absoluto. De hecho, me propongo tomar el té
contigo esta tarde.
Una expresión de sorpresa se reflejó en el semblante de
su madre.
-Emilia: Ahora estoy convencida de que algo va mal.
Con una risita, Peter se excusó y se encaminó a su estudio
privado para esperar a Nico.
--
Peter apoyó la cadera en su escritorio de caoba y observó
a Nicolás, arrellanado en el sillón granate de cuero, el preferido de Peter.
-Peter: ¿Estás completamente seguro de que nunca había
estado en Inglaterra antes de que desembarcase hace seis meses?
-Lali: Tan seguro como puedo estarlo sin leerme montañas
de listas de pasajeros de los barcos —Al advertir que Peter fruncía el ceño,
Nico se apresuró a agregar— Que es justo lo que haré en cuanto llegue a
Londres, pero hasta entonces sólo puedo trasmitirte lo que me contó la condesa
de Penbroke. Anoche mantuvimos una larga conversación que por poco dio como
resultado la pérdida de uno de mis ojos a causa del objeto puntiagudo que llevaba
puesto en la cabeza. Fíjate —Señaló un pequeño arañazo en la sien—
Probablemente llevaré esta cicatriz el resto de mi vida.
-Peter: Nunca dije que esta misión fuera a estar
desprovista de peligro —comentó, imperturbable.
-Nico: Pues está cargada de peligros, en mi opinión
—masculló— El caso es que, mientras le iba a buscar una taza de ponche tras
otra y esquivaba sus plumas, ella me aseguró, de forma bastante rotunda, que
ésta es la primera visita de su sobrina a Inglaterra. Creo que sus palabras
exactas fueron: «Y ya era hora».
-Peter: ¿Sabes cuánto tiempo piensa quedarse la señorita
Espósito?
-Nico: Cuando se lo pregunté a lady Penbroke, clavó en mí
una mirada acerada y me informó de que, puesto que la muchacha acaba de llegar,
no ha hecho planes todavía para mandarla de regreso a América.
-Peter: ¿Y qué hay de su familia?
-Nico: Ambos padres están muertos. Su madre, Gimena, la
hermana de lady Penbroke, murió hace ocho años. El padre falleció hace dos.
-Peter: ¿Tiene hermanos?
-Nico: No.
Peter enarcó las cejas.
-Peter: ¿Qué hizo cuando murió su padre? No debía de
contar más de veinte años. No habrá vivido sola, ¿verdad?
-Nico: Ahora tiene veintidós. Me quedé con la impresión
de que el padre de la señorita Espósito la dejó en una posición desahogada,
pero no le legó una fortuna. Después de poner en orden los asuntos de su padre,
ella se fue a vivir con unos parientes cercanos de la rama paterna que residían
en la misma ciudad. Por lo visto dichos parientes tienen una hija de la misma
edad que la señorita Espósito, y ambas son muy amigas.
-Peter: ¿Averiguaste alguna cosa más?
Nico asintió con la cabeza.
-Nico: Cuando la señorita Espósito hizo la travesía a
Inglaterra, llegó con una compañera de viaje contratada, una tal señora Loretta
Thomkins. Cuando el barco atracó se separaron. Lady Penbroke tenía entendido
que la señora Thomkins pensaba quedarse en Londres con unos parientes. En ese
caso, no resultará muy difícil localizarla.
-Peter: Excelente. Muchas gracias, Nicolás.
-Nico: De nada, pero me debes un favor. Varios, de hecho.
-Peter: A juzgar por tu tono, no estoy seguro de querer
saber por qué.
-Nico: Le he hecho tantas preguntas sobre su sobrina que
creo que a lady Penbroke se le ha metido en la cabeza que voy detrás de la
chiquilla.
-Peter: ¿Ah sí? —se puso rígido— Supongo que la habrás
desengañado rápidamente.
Nico se encogió de hombros y se sacudió una pelusa de la
manga.
-Nico: No exactamente. Antes de hablar con lady Penbroke,
toqué el tema de la señorita Espósito ante varias damas bien relacionadas. La
mera mención de su nombre bastaba para suscitar risitas, parloteos y
expresiones de desaprobación. Si lady Penbroke hace correr la voz de que he
mostrado interés por su sobrina, quizá se acallen los parloteos. La señorita
Matthews me parece una joven agradable que no merece que la den de lado. De
hecho, ahora que lo pienso, es encantadora, ¿no te parece?
-Peter: No me he fijado demasiado en ella.
-Nico: ¿Vos? ¿Vos no te has fijado en una hermosa dama?
¿Estás enfermo? ¿Tienes fiebre?
-Peter: No.
-Nico: Bueno, pues permíteme que te ilustre. La falta de
aptitudes sociales de la señorita Espósito queda sobradamente compensada con su
hermoso rostro, su terso cutis y los hoyuelos que se le forman cuando sonríe.
Posee una belleza serena, que requiere de un segundo y detenido vistazo para
ser apreciada. Aunque en la alta sociedad su estatura se considera poco elegante,
yo la encuentro fascinante —Se dio unos golpecitos en la barbilla con el dedo,
pensativo— Me pregunto cómo sería besarla... sobre todo a una con una boca tan
sensual como la de la señorita Espósito. Sus labios son verdaderamente
extraordinarios...
-Peter: Nicolás.
-Nico: ¿Sí?
Peter obligó a sus músculos contraídos a relajarse.
-Peter: Estás divagando.
Nico adoptó una expresión de pura inocencia.
-Nico: Pensé que estábamos hablando de la señorita
Espósito.
-Peter: Exactamente. Pero no es necesario repasar la
lista de sus... atributos.
Los ojos de Nico centellearon.
-Nico: Ah. De modo que sí te habías fijado.
-Peter: ¿Fijado en qué?
-Nico: En sus... atributos.
Resuelto a poner fin a esa conversación, Peter dijo:
-Peter: No estoy ciego, Nicolás. La señorita Espósito,
como bien dices, es encantadora y hermosa. Pero no pienso permitir que eso
influya en mí mientras busco información —Clavó una mirada penetrante en su
amigo— Confío en que tú tampoco lo permitas.
-Nico: Por supuesto. Te recuerdo que no soy yo quien está
interesado en esa mujer.
-Peter: Yo no estoy interesado en ella.
-Nico: ¿Ah no? —Con una risita, Nico se puso en pie, atravesó
la alfombra y posó una mano sobre el hombro de Peter— Me tienes de acá para
allá por todo el reino recabando información sobre ella por razones que aún no
me has revelado pese a que sabes que me devora la curiosidad, y he notado que
ponías una cara muy lúgubre cuando me deshacía en elogios de sus
extraordinarios labios.
-Peter: Estoy seguro de que no he puesto ninguna cara.
-Nico: Una cara lúgubre —repitió— como si te dispusieses
a propinar una patada en mi elegante trasero.
Muy a su pesar, Peter enrojeció. Antes de que pudiera
contestar, Nico prosiguió:
-Nico: Pareces un volcán a punto de entrar en erupción.
Resulta de lo más... interesante. Y dicho esto, partiré hacia Londres. Sabrás
de mí en cuanto descubra algún dato de interés —Cruzó la habitación pero se
detuvo ante la puerta— Buena suerte con la señorita Espósito, Peter. Tengo la
sensación de que vas a necesitarla.
Continuará…
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Les dejo otro capppp! :P
-solonovelaliter: Camiiiii que lindo que te guste la nove! y si subo caps largos para que no se haga mui larga la nove. :)
- Mary ☮: No sos la única a la que le duele la cabeza! a mi me duele más después de matemáticas! jaja escucho álgebra y mis neuronas se bloquean :D jeje
- LovexLaliyPeter "para mi Pablo si esta vivo y eso malo que se dice de él es mentira lo deben estar obligando y lo tienen encerrado o algo asi =/" Juli no puedo confirmarte nada, pero seguí por ese camino! ;D geniaaaa!
Mañana tengo todo el día libre!! así que tal vez haya maratón se copan??
Besoss
Danii
ojala y pudieras hacer la maraton, me encanta la trama de la nove, quisiera poder leer más y más
ResponderEliminarComo conoce Nico a Peter,y sabe justamente las palabras k tiene k decirle, para saber lo k siente y piensa.Y no digamos Peter k creia k era solo deseo ,y ahora k Nico la adula tanto ,se niega a reconocer k su interes, es mas personal.
ResponderEliminarAi me copo la maratón y pra mim peter esta se encantando con lali elle logo vai acreditar nela besos...
ResponderEliminarme encnato nico al final diciendole t4enias cara d elugubre y que em querias pegar en mi elegate trasero :P
ResponderEliminaryo queiro saber donde estaba lali???
UN capo nico.. como lo conoce a peter le saco la ficha enseguida je! aunque el diga lo contrario Más nove!
ResponderEliminarjajajaj mass novee ♥
ResponderEliminaramoo a nicoo jaja
Un genio Nico =) lo tiene re fichado a Peter jajajaja
ResponderEliminarun embole esas reuniones yo no podria vivir en esa epoca ni empedo! =S me suena a mucha falsedad, obligaciones, cero libertad, simplificado para mi es un HORROR!
pero me justan las historias de esa epoca =) jajaja
ojala q puedas hacer maraton me encantaria!
espero el proximo
un beso
JUlI♥
tan cabeza dura este pibe
ResponderEliminarme encanta Nico. Peter tiene una cabeza enorme, aunque entiendo que le suene raro lo de Lali, entonces Lali seria como la protagonista de la serie "Medium", no? (no pongo el nombre porque no se como se llama), la unica diferencia es que la de la serie lo sueña.
ResponderEliminara ver si Peter empieza a creerla y que se empiece a buscar a Pablo, que para mi LovexLaliyPeter tiene razon en su suposicion!!
un beso
Maraton, maraton, maraton,....
ResponderEliminarMe rei un monton con la conversacion de Nicolas y Peter!! jaja
ResponderEliminarYo tambien quiero un Maraton!!
Mas Noveeee!!! :)
@sarapinyana
"¿Y qué demonios significaba «sahumado»?
ResponderEliminar-Peter: ¿Cómo?
-Lali: Sí. ¿Se excedido en el consumo de bebidas alcohólicas?
-Peter: Achispado. Quiere usted decir achispado."
jajajajajajajajajaj
"Que Dios ayude al pobre idiota que acabe encadenándose a esa americana maleducada." que dios te ayude entonces peter!
ResponderEliminarme encantò nico jajaja
ResponderEliminarmas noveeeee
Besos
@porLlai_ITALIA
me encanta! mas nove =)
ResponderEliminarjajajaja si Puedo dejar unos adelantos asi , para matarte..?
ResponderEliminary ya voy a salir , a lo que venga voy a taratar de leer tus noves, xq sabes que ''ME ENCANTAN'' y se ve esta esta buenisiiimaa (:
ya te deje el 3capitulo..
ResponderEliminarYa te prometo no perderme MAS ..!
Te quieroooo muchisimooo *_*
No es tan fácil creer de una lo q le pasa a Lali,pero creo q confiará pronto en ella.
ResponderEliminarMas nove cuando puedas!
Peter sabe perfectamente cuales son los atributos de Lali!
ResponderEliminar=)
MAS NOVE!
ResponderEliminar