Eugenia descendió por las escaleras poco después del
amanecer. Normalmente no se levantaba tan temprano, pero el gorjeo incesante de
los pájaros junto a su ventana la había despertado y tenía demasiadas cosas en
la cabeza como para volverse a dormir. Un largo y solitario paseo era justo lo
que necesitaba para aclararse las ideas. En cuanto salió a la terraza camino de
los jardines, oyó una voz a su espalda.
—Vaya, Eugenia, qué sorpresa verte levantada tan
temprano.
Euge se mordió la lengua para reprimir una exclamación de
fastidio. ¡Qué lata! Era una de las infernales hermanas Digby... Nina o Luna, a
juzgar por su voz chillona. Apretando los dientes, se volvió.
Cielo santo, era peor de lo que esperaba. Ahí, delante de
ella, estaban las dos. Nina la observaba forzando la vista tras unas gruesas
gafas que aumentaban el tamaño de sus ojos. A Euge le recordaba un bicho, un
bicho de dientes largos, con tres docenas de tirabuzones que se encogían como
resortes y un sombrerito recargado. Luna, de pie junto a su hermana, tenía una
expresión malhumorada en su estrecha cara. Como era su costumbre, abría y
cerraba la boca sin hablar, gesto desafortunado que la hacía parecer una carpa.
-Euge: Buenos días, Nina, Luna —saludó con una sonrisa
forzada.
-Nina: ¿Vas de paseo? —preguntó ladeando la cabeza, con
lo que ahora semejaba un bicho torcido.
-Euge: Sí —comprendió que no tenía otro remedio que
invitarlas a pasear con ella, pues de todas maneras ellas se invitarían solas.
Esforzándose por no suspirar, les preguntó— ¿Les gustaría acompañarme?
-Nina: Encantadas
Paula abrió la boca y la palabra «sí» brotó de su
interior.
-Nina: Qué suerte que nos hayamos despertado temprano y
podamos hacerte compañía —comentó Penélope— ya que por lo visto estás sola.
-Euge: En efecto —farfulló— Es justo lo que estaba
pensando: «Qué suerte».
Bajaron los escalones y Euge enfiló un sendero que
conducía a la torre en ruinas. Nina se enfrascó en una descripción
insoportablemente detallada de su nuevo guardarropa mientras Paula, por
fortuna, guardaba silencio. Euge asentía con la cabeza de vez en cuando y
emitía sonidos vagos, pero por lo demás se esforzaba por creer que estaba sola.
Cuando la torre apareció ante ellas, Euge se acordó de
las numerosas ocasiones en que antaño había subido los ruinosos escalones de
piedra y luego fingía ser una damisela en apuros para que Pablo o Peter
acudiesen a rescatarla. A veces Agustín y Nicolás se unían también a sus
juegos, y en esas ocasiones ella tenía a su servicio a cuatro caballeros que la
salvaban de la amenaza del mal.
Nicolás. Un suspiro escapó de sus labios. Más valía que
no pensara en Nico. Él era el motivo de que ella quisiera salir a pasear a
solas, para ahuyentarlo de su mente. Pero eso era del todo imposible, a pesar
de la distracción que suponía la cháchara inacabable de Nina. Ese hombre
ocupaba todos y cada uno de sus pensamientos, y cada vez que ella se encontraba
en la misma habitación que él, su corazón amenazaba con dejar de latir.
Lo quería desde que eran niños, pero había una diferencia
abismal entre quererlo y estar enamorada de él. Y, sin duda alguna, lo estaba. Eso
le daba rabia, pues sabía que no podía abrigar esperanzas de que un hombre que
la veía únicamente como a la hermanita de su mejor amigo llegase a fijarse en
ella, pero por más que se repetía que era una tonta su corazón no la escuchaba.
El sendero salió del bosque y ante ellas vieron alzarse
la torre en ruinas. Caminaron con cuidado sobre las piedras, y cuando estaban a
punto de llegar a la torre se oyó un suave relincho.
Paula abrió la boca, y la palabra «caballo» brotó de su
interior.
-Nina: Sí —convino— Ha sonado como si estuviese dentro de
la torre.
-Euge: Por lo visto alguien más ha salido de paseo esta
mañana —murmuró preguntándose por qué ese alguien querría traer su montura a la
torre.
-Nina: ¡Qué divertido! —exclamó— ¡Ooooh, quizá sea tu
hermano, Eugenia! ¡Vamos a saludarlo!
Euge apenas logró reprimir un quejido. Dios santo, si
Peter realmente estaba dentro de la torre y ella le endilgaba a las hermanas
Digby, seguro que al pobre le daría una apoplejía. Se disponía a decirles algo
para convencerlas de que tomasen otra dirección, pero la posibilidad de
encontrarse con el duque les había dado alas. Trepaban por las rocas como
experimentadas cabras monteses.
Recogiéndose la falda de un modo que habría horrorizado a
su madre, Euge corrió tras ellas, pero las hermanas alcanzaron la puerta mucho
antes. Ya desde diez pasos de distancia, oyó el grito ahogado de Nina, y Paula
debió de abrir y cerrar la boca un par de veces, pues dijo: «Dios bendito».
Apartándolas a empujones, Euge entró por la puerta en
forma de arco. Sus ojos tardaron unos segundos en adaptarse a la penumbra.
Entonces, ella también soltó un grito ahogado.
Peter yacía en el suelo de piedra, abrazado a Lali, que
estaba acostada junto a él con la cabeza apoyada en su hombro y la mano sobre
su pecho. Cielo santo, claramente los habían descubierto en pleno encuentro
amoroso. Eugenia hubiera debido sentirse escandalizada, indignada, al borde del
desmayo.
En cambio, la euforia se apoderó de ella. No le cabía la
menor duda de que Lali y Peter estaban hechos el uno para el otro y, a juzgar
por el cuadro que ofrecían, ellos mismos lo habían descubierto.
Otro relincho suave captó su atención. Euge apartó la
vista de la pareja durmiente y vio a Myst y Rosamunde en la sombra. Retrocedió
unos pasos, decidida a marcharse lo más discretamente posible, y tropezó con
alguien.
-Nina: Ay —se quejó.
Por Dios, se había olvidado de las hermanas Digby.
Paula se abrió paso a codazos y señaló:
-Paula: ¿Eso que lleva su excelencia en la cabeza es una
venda? ¡Vaya, apostaría a que la americana concertó este encuentro y luego le
dio un porrazo a su excelencia para que pareciera que él la había deshonrado!
Murmuró algo más, que sonó sospechosamente a «¿Por qué no
se me habrá ocurrido a mí?», pero la atención de Euge estaba centrada en Peter.
-Euge: Quédense aquí —les indicó a las hermanas, y se
acercó a la pareja con toda cautela.
Sí, no había duda de que Peter tenía la cabeza vendada.
Por todos los santos, ¿qué le había pasado? Evidentemente estaba herido.
¿Estaría herida Lali también?
Dejando a un lado la posible situación embarazosa, se
arrodilló junto a Lali y la sacudió por el hombro.
-Euge: Lali, despierta.
Lali volvió en sí, y poco a poco fue cobrando conciencia
de una voz que repetía su nombre con apremio. Entreabrió un ápice los pesados
párpados. Tenía los músculos entumecidos y sentía como si unas piedras se le
clavaran en la piel.
Su confusión desapareció al instante cuando se percató de
dos cosas al mismo tiempo: estaba enroscada junto al cuerpo cálido de Peter y
un par de ojos verdes muy abiertos la contemplaban.
Sus párpados se abrieron de golpe y ella se incorporó
como un rayo, apartándose el pelo enredado de la cara.
-Lali: ¡Euge!
-Euge: Lali, ¿qué ha pasado? ¿Estás bien? ¿Por qué tiene
Peter la cabeza vendada?
-Lali: Se cayó del caballo.
Se oyó una risa desdeñosa en la puerta. Al volverse, Lali
vio a dos de las hermanas Digby —no estaba segura de cuáles— de pie bajo el
arco. Una la miraba achicando los ojos; la otra, boquiabierta.
Euge le tocó el brazo para captar su atención.
-Euge: ¿Está muy malherido?
-Lali: Se golpeó la cabeza y se hizo un corte que
necesitó varios puntos. Hasta donde he sido capaz de comprobar, no tiene huesos
rotos.
El rostro de Euge palideció visiblemente.
-Euge: Dios mío. ¿Y tú? ¿Estás herida?
-Lali: No.
Lali alargó el brazo y le tocó la frente a Peter. Suspiró
aliviada al comprobar que no presentaba signos de fiebre.
-Euge: Se pondrá bien, ¿verdad? —preguntó con expresión
de ansiedad.
-Lali: Sí —le sonrió, intentando tranquilizada— Tu
hermano tiene una cabeza excepcionalmente dura.
-Euge: Muy —la abrazó— Dios mío, Lali, has salvado la
vida de Peter. Siempre estaré en deuda contigo. ¿Puedo ayudar de alguna manera?
—Para empezar, podrías quitar la rodilla de encima de mis
dedos —dijo la voz áspera de Peter— Lo que menos necesito ahora es que me duela
otra parte del cuerpo.
Euge dio un gritito de sorpresa e inmediatamente se
apartó.
-Euge: Peter, ¿estás bien?
-Peter: Me duele casi todo, pero, por lo demás, estoy
bien.
Miró a Lali.
-Lali: Tienes mejor aspecto —aseguró ella con una sonrisa
cariñosa.
-Peter: Me siento mejor. Gracias a ti.
Sus miradas se encontraron, y ninguno de los dos fue capaz
de apartar los ojos. Lali deseaba estirar la mano y tocarlo, pero controló ese
impulso ya que estaban delante de Euge y las hermanas Digby. Había algo intenso
e imperioso en los ojos de Peter, pero ella no fue capaz de interpretar esa
expresión. Despegó la vista de él, se puso en pie e intentó sacudirse las
ramitas y la tierra del arrugado vestido.
-Euge: ¿Te encuentras en condiciones de hacer el trayecto
de regreso a la casa, o voy a pedir ayuda?
Peter se obligó a prestarle atención a Euge. Cuando lo
hizo, tomó conciencia de repente de las implicaciones de su pregunta.
-Peter: ¿Ayuda? Cielo santo, no. —Se incorporó con un
gran esfuerzo y se quedó un rato sentado, con los ojos cerrados, esperando a
que se le pasara el mareo. Después de unos segundos y de varias respiraciones
cortas, se sintió considerablemente mejor— Comprenderás, Euge, que no puedes
traer a nadie aquí. La reputación de Lali quedaría gravemente perjudicada. Ella
debe regresar a la casa antes de que alguien la eche en falta o la vea tan
desarreglada. Ahora mismo. Antes de que sea demasiado tarde.
Euge se tapó la boca para emitir una tosecilla y luego
hizo un gesto significativo con la cabeza en dirección a la puerta.
Peter, horrorizado, se dio la vuelta. Dos mujeres
jóvenes, una semejante a un bicho con un sombrerito, y otra parecida a una
carpa boquiabierta, lo observaban atónitas. Él cerró los ojos y soltó un
gruñido. Además de sus otros defectos, las hermanas Digby eran de lo más
inoportunas.
--
Iba a casarse.
Peter, sentado en su estudio privado, vio cerrarse la
puerta detrás de su madre y lady Penbroke. Ésta estaba eufórica, y las plumas
bailaban alegremente alrededor de su cabeza. La reacción de su madre al oír la
noticia fue un poco más reservada, pero Peter sabía que ella comprendía su responsabilidad
para con Lali y respetaba su decisión.
Naturalmente, habría preferido que su hijo contrajese
matrimonio con una joven inglesa de alcurnia, pero a no le cabía la menor duda de que sabría
sobrellevar la situación y haría todo cuanto estuviese en su mano para
facilitar el ascenso de Lali a su nueva posición social. Su madre se había
puesto de acuerdo con lady Penbroke para encargarse entre las dos de los
preparativos de la boda. La única petición de Peter fue que no revelasen a
nadie sus planes hasta que él hablase con Lali y anunciase formalmente el
compromiso.
Se pasó la mano por la cara y se reclinó en el asiento.
Matrimonio. Desde el instante en que vio a las hermanas Digby en la torre supo
que tendría que casarse con Lali; ella le había salvado la vida y, con ello,
había dañado su propia reputación. Por supuesto, ambas hermanas Digby habían
jurado que no saldría de sus labios una sola palabra sobre lo que habían visto,
y Peter creía que eso no era del todo imposible. Después de todo, a esas
mocosas tontorronas no les interesaba que él desapareciera del mercado de
solteros codiciados... a menos que fuera para encadenarse a una de ellas,
perspectiva que le causó un estremecimiento y lo impulsó a tomar un trago de
brandy. Aun así, su promesa de guardar silencio no le inspiraba mucha
confianza.
Matrimonio. Lo había evitado durante años y, sin embargo,
por causas que no lograba discernir, la idea no lo angustiaba demasiado. Sabía
que algunos desaprobarían que eligiera a una americana para convertirla en
duquesa, pero, como era sobrina de un conde, la tormenta pasaría rápidamente. De
hecho, sabía perfectamente que una vez que anunciara el compromiso, las mismas
personas que ahora menospreciaban a la señorita Lali Espósito, la americana,
intentarían ganarse el favor de la futura duquesa de Bradford. Aunque esa idea
lo asqueaba, no podía reprimir la malsana satisfacción que le producía en el
fondo. Nadie se atrevería a hacer un solo comentario hiriente sobre ella, so
pena de incurrir en la ira del duque.
Una serie de imágenes de Lali desfilaron por su mente:
emergiendo de los arbustos, dando traspiés. Durmiendo bajo el gigantesco roble.
Bosquejando un retrato de él. Cayéndose del caballo. Cubierta de lodo.
Sonriente. Carcajeándose. Tomándole el pelo. Una sonrisa se dibujó en sus
labios. Aunque no intentaba negar que se trataba de un matrimonio de conveniencia
para salvar a Lali de la deshonra, intuía que la vida de casado no le
resultaría aburrida.
Y, por supuesto, el matrimonio le permitiría llevársela a
la cama. El pulso se le aceleraba sólo con pensarlo. La imagen de ella en el
lecho, con su hermosa cabellera desparramada alrededor, alargando los brazos
hacia él. Esa parte de su matrimonio sería sumamente... placentera.
Ahora lo único que faltaba era proponerle matrimonio.
--
Cuando Lali entró en el estudio al atardecer en respuesta
a su llamada, a Peter le hizo gracia la inspección visual a la que lo sometió.
-Lali: ¿Cómo te encuentras? —preguntó ella, con aire
preocupado— Deberías estar descansando.
-Peter: Estoy bien, gracias a ti.
Le sonrió y se vio recompensado por su delicado sonrojo.
-Lali: ¿Te causa alguna incomodidad esa herida? Puedo
prepararte un remedio si hace falta.
Peter se acordó del repugnante mejunje que ella le había
hecho beber y contuvo un escalofrío.
-Peter: Ya casi no me duele. Ese bálsamo tuyo obró
maravillas.
-Lali: Me alegro —Le escrutó el rostro con la mirada y
luego se fijó en la venda que le cubría la sien— En realidad es una suerte que
yo posea una constitución fuerte. De lo contrario, me habrías dado un susto de
muerte —Mirándolo de nuevo a los ojos, añadió rápidamente— Pero ya hemos
discutido sobre eso. Tengo entendido que querías hablar conmigo.
Peter titubeó, inseguro respecto a cómo debía abordar el
tema. Por lo general nunca le faltaban palabras, sobre todo delante de una
mujer, pero, por otro lado, nunca le había propuesto matrimonio a nadie. Se aclaró
la garganta.
-Peter: Confío en que serás consciente de que, a causa de
lo sucedido anoche y del hecho de que nos sorprendiesen juntos esta mañana, tu
reputación está en peligro.
Ella enarcó las cejas.
-Lali: ¿Han estado chismorreando por ahí las hermanas
Digby a pesar de que han prometido no hacerlo? Euge prácticamente me ha tenido
prisionera en su habitación desde que hemos regresado a la casa esta mañana, y
se ha negado a hablar del asunto conmigo hasta que tú y yo mantengamos una
conversación al respecto. Si se está cociendo un escándalo, debe de haber algo
que podamos hacer para acallar los rumores. Después de todo, nada ocurrió entre
nosotros.
-Peter: ¿Ah no? —Extendió el brazo y con la punta del
dedo le acarició la nariz — Nos besamos —Bajó la voz hasta hablar en un ronco
susurro— Pasamos la noche juntos a solas. Nos descubrieron al uno en brazos del
otro.
Las mejillas de Lali se pusieron coloradas.
-Lali: Estabas herido y yo te ayudé. Eso de que pasamos
la noche juntos no viene a cuento en absoluto, y, además, era inevitable.
Seguro que cualquiera lo comprendería.
-Peter: Nadie lo comprendería, Lali. Y menos aún tu tía.
-Lali; Madre mía, ¿ha estallado un escándalo?
-Peter: No.
-Lali: Entonces tía Julia no...
-Peter: Ella lo sabe.
-Lali: ¿Ah sí? ¿Y tú cómo lo sabes?
-Peter: Porque se lo he dicho yo.
Lali lo fulminó con la mirada.
-Lali: Por lo visto no era la indiscreción de las Digby
lo que teníamos que temer. ¿Qué le has dicho exactamente?
-Peter: La verdad. Que mis heridas, junto con la tormenta,
nos obligaron a pasar la noche juntos y sin vigilancia.
-Lali: ¿Se mostró muy disgustada tía Julia?
-Peter: No cuando le hube asegurado que tú no saldrías
perjudicada por ningún escándalo. En realidad, se ha mostrado bastante conforme
con mi solución.
-Lali: ¿Qué solución?
-Peter: Que tú y yo nos casemos.
Continuará…
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Les dejo otro cap!.... me parece que ya es super tarde para todos a menos que nos lean en China (cosa que no creo) jaja!... pero buenooo si quieren que siga con la maratón no hay problema !! :)
Tengo una idea mejor ! les parece un regalito??? en cuanto tenga la imagen el otro cap lo subo sin importar las firmas ok?? y mañana seguimos con la maratón! :)
que dicen??
Aca estoy esperando que subas porque de verdad, me tenes atrapada mal con esta nove.
ResponderEliminarMas alla de que me encanta leer historias con ellos como protagonistas, tambien me gusta leer la original aunque prefiero la adapta,no se si me entendes.
Es por eso que te pido si podes pasarme el nombre del autor de la nove anterior de esta ya que me encanto ( fue corta pero muy linda ) como para tenerla y despues de que termines esta, te pidiria lo mismo.
Espero mas capis cuando puedas,
Besos enormes y gracias !!!!!!!!!!
VAMOS MAS NOVEEE
ResponderEliminarYA QUIERO VER LA REACCIÓN DE LALI
ResponderEliminarMAS NOVEEEE
ResponderEliminarmas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarjaja estoy esperando a saber cual es la reaccionde lali por que no creo qeu ella vaya a quere eso a aprte conociendola se a quejar y va apeliar y decir que no hara anda que no queira y menos por rumores es am ericana y ya tienen suficiente rumores uno mas no es demaciado
ResponderEliminarmuy buen capitulo espero q sigas subiendo y q ahora no tengan problemas al menos por el matrimonio lali con peter :D
ResponderEliminaraw me encanta mas!
ResponderEliminarMuy bueno el capitulo!
ResponderEliminarMe encanto!
Entiendo por que Peter llego a la solucion de casarse, claramente es lo mejor! Pero dudo demasiado de que Lali acepte... no creo que lo haga, no se!
Ademas Peter no confía del todo en ella y falta que Nico regrese a Inglaterra con noticias de la vida de Lali, las cuales no creo que sean muy agradables!
@vagomi
Y tu idea es genial! Me parece excelente el regalito! ;) GRACIAS!
ResponderEliminarBesos
@vagomi
Me mondo solo d pensar en las caras d las hermanitas Digby.y Paula k no hablabla,jajaja,piensa x k no se le ocurrio a ella.jajajaja.
ResponderEliminarAl final d cuentas, el bocon,fue Peter.Pretexto,preservar su reputacion.Interes oculto,la desea desde k la conocio.
ResponderEliminarDe regalito un cap mas ,eso ni lo dudes.k la maraton continue el domingo ,x supuesto.Gracias.
ResponderEliminarAi amei lo capitulo so haora pi=ude ler amei me copa mas maratón GENIA besos...
ResponderEliminarYa me leí todos los q subiste hoy... y quiero más!!! Me encanta esta nove...
ResponderEliminar@vale_cadenas
Lali k inocente,todavia le pregunta ¿que solucion?.Peter:k tu y yo nos casemos.Cortito y al pie,jolines no se lo esta pidiendo,lo da x hecho.Espero k lali le d alguna vuelta,pero el titulo d la novela,me hace pensar k no sera asi.
ResponderEliminaraaaaaahhhhhhhhhhhh y ahora me quedo con la intriga ja segui subiendo q la nove esta buenisima!!!
ResponderEliminarQuiero saber q responde! seguro se indigna o algo asi! auqnue le guste la idea no creo q este de acuerdo en casarse solo por su reputación aunque va a terminar haciéndolo de todos modos!
ResponderEliminares peor ansiosa le próximo!
un beso
Juli♥
como amo esta novela por dios es genial...♥♥
ResponderEliminarQué buena solución encontró Peter,veremos cómo reacciona Lali!Me mató lo de China,me imaginé de golpe a los Teens dando un recital allá,JAJA!
ResponderEliminarhuu ni quiero pensar lo q va a decir lali, lo va a matar!! jaja+
ResponderEliminarmass novee