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viernes, 22 de febrero de 2013

Capítulo 10



Después de que Jill, una de sus hermanas, recogiera a Lali en Anacortes, fueron a almorzar a Fairhaven District, el barrio histórico. Puesto que Lali y Jill eran las más pequeñas de la familia y sólo se llevaban un año y medio de edad, siempre habían estado muy unidas. En el colegio, sólo las separaba un curso, iban a los mismos campamentos de verano y se enamoraron de los mismos ídolos en la adolescencia. Jill fue la dama de honor en la boda de Lali, y le había pedido a ésta que lo fuera en la suya, que se celebraría en breve. Iba a casarse con un bombero de la localidad llamado Danny Stroud. 

—Me alegro de poder disfrutar de un ratito a solas —dijo Jill mientras se tomaban unas tapas en Flats, un restaurante español con inmensos ventanales de increíbles vistas y un patio chiquitín adornado con muchas flores . En cuanto lleguemos a casa de papá y mamá, todos te rodearán y ya no podré hablar contigo. Pero mañana por la noche tendrás que dedicarme un poco de tiempo porque voy a presentarte a alguien. 
Lali dejó a medio camino el vaso de sangría que iba a llevarse a los labios. 
—Lali: ¿A quién? —preguntó con recelo—. ¿Por qué? 
—Jill: Es un amigo de Danny —contestó a la ligera—. Un tío monísimo, muy dulce y... 
—Lali: ¿Has quedado con él a mis espaldas? 
—Jill: No, antes quería mencionártelo, pero... 
—Lali: Me alegro. Porque no quiero conocerlo. 
—Jill: ¿Por qué? ¿Estás saliendo con alguien? 
—Lali: Jill, ¿se te ha olvidado por qué he venido a Bellingham este fin de semana? Es el segundo aniversario de la muerte de Vico. Lo último que me apetece es conocer a un tío. 
—Jill: He pensado que sería el momento perfecto. Han pasado dos años. Estoy segura de que no has salido con nadie desde que Vico murió, ¿verdad? 
—Lali: Todavía no estoy preparada. 
La camarera interrumpió la conversación cuando les llevó un bocadillo bayona, consistente en una salchicha asada, pimientos y queso, todo ello entre dos lonchas de crujiente pan rústico. Siempre lo servían cortado en tres trozos, y el del centro era el más apetitoso porque en él el queso estaba más derretido. 

—Jill: ¿Cómo sabrás que estás preparada? —le preguntó después de que la camarera se marchara—. ¿Tienes un temporizador que te avise o algo? 
Lali la miró con una mezcla de cariño y exasperación mientras cogía el bocadillo. 
—Jill: Conozco a un montón de tipos guapos y solteros en la ciudad —siguió su hermana—. Podría concertarte una cita sin problemas. Pero insistes en esconderte en Friday Harbor. Al menos, podrías haber abierto un bar o una tienda de artículos deportivos donde pudieras conocer hombres. ¿Crees que vas a conseguirlo en una juguetería? 
—Lali: Adoro mi tienda. Adoro Friday Harbor. 
—Jill: Pero ¿eres feliz? 
—Lali: Lo soy —contestó con gesto reflexivo después de probar el delicioso bocadillo—. De verdad que estoy bien. 
—Jill: Me alegro, porque ha llegado el momento de que sigas con tu vida. Sólo tienes veintiseis años y deberías abrirte a la posibilidad de conocer a alguien. 
—Lali: No quiero verme obligada a tener que repetir el proceso otra vez. Las posibilidades de encontrar el amor verdadero son de una entre mil millones. Ya lo encontré una vez, así que es imposible que vuelva a suceder. 
—Jill: ¿Sabes lo que necesitas? Un novio provisional. 
—Lali: ¿Provisional? 
—Jill: Sí, como un carnet de conducir provisional que te permita mejorar tus habilidades al volante antes de conseguir el definitivo. No pienses en encontrar a un tío con el que puedas mantener una relación seria. Limítate a elegir a alguien divertido con quien puedas volver a circular. 
—Lali: Supongo que eso equivaldría a ser un conductor menor de dieciocho años —replicó, siguiendo la broma—. ¿Necesito que me acompañe un adulto o puedo conducir sola? 
—Jill: Desde luego que puedes, siempre y cuando lo hagas con precaución. 

Después del almuerzo, realizaron una parada en Rocket Donuts por insistencia de Lali. Pidió una selección variada que incluía algunos bollos alargados cubiertos con azúcar glasé caramelizado y crujientes tiras de beicon, otros con trocitos de galletas Oreo y unos cuantos bañados de chocolate. 
—Jill: Son para papá, claro —dijo. 
—Lali: Aja. 
—Jill: Mamá va a matarte —le advirtió su hermana—. Está intentando que le baje el colesterol. 
—Lali: Lo sé. Pero me mandó un mensaje esta mañana suplicándome que llevara una caja. 
—Jill: Lali, lo consientes demasiado. 
—Lali: Lo sé, por eso me quiere más que a ustedes. 
El largo camino de acceso a la casa estaba ocupado por seis o siete coches y el jardín se encontraba atestado de niños. Algunos se acercaron corriendo a Lali, entre ellos uno que le enseñó orgulloso que se le había caído un diente mientras otro intentaba convencerla de que jugara con ellos al escondite. Entre carcajadas, les prometió que jugaría más tarde. 

Nada más entrar en casa, se dirigió a la cocina, donde su madre y algunos de sus hermanos se afanaban preparando la comida. Le dio un beso a su madre, una mujer voluptuosa, pero no gorda, con una melena corta canosa y un cutis envidiable que no necesitaba de maquillaje. Llevaba un delantal que proclamaba: «Lo he visto, oído y hecho todo. Pero no recuerdo nada.» 
—Eso no será para tu padre, ¿verdad? —le preguntó su madre, que miró la caja de donuts con severidad. 
—Lali: Está lleno de palitos de apio y zanahoria —contestó—. La caja es para engañar. 
—Tu padre está en el salón. Hemos instalado un sistema de sonido envolvente y desde entonces no se despega del televisor. Dice que ahora los disparos suenan como los de verdad. 
—Si eso es lo que quería, podías haberlo llevado a Tacoma —comentó uno de sus hermanos. 
Lali sonrió mientras iba hacia el salón. 

Su padre estaba sentado en uno de los rincones de un mullidísimo sofá con un bebé dormido en el regazo. Al verla entrar, sus ojos volaron hacia la caja que llevaba en los brazos. 
—Mi hija preferida —dijo. 
—Lali: Hola, papá. —se inclinó para darle un beso en la cabeza y le colocó la caja en las piernas. 
Su padre la abrió, ojeó el contenido hasta localizar un bollo con beicon y sirope de arce y procedió a devorarlo como si supiera a gloria bendita. 
—Siéntate conmigo. Y coge al bebé. Necesito las dos manos para esto. 
Lali se colocó con cuidado la cabecita del bebé dormido en el hombro. 
—Lali: ¿De quién es? —quiso saber—. No lo reconozco. 
—No tengo ni idea. Alguien me lo ha dejado en brazos. 
—Lali: ¿Es uno de tus nietos? 
—Es posible. 
Lali contestó sus preguntas sobre la tienda, sobre los últimos acontecimientos que habían sucedido en Friday Harbor y sobre si había conocido a alguien interesante recientemente. Titubeó lo justo para que su padre la mirara con un brillo interesado en los ojos. 
—Aja. ¿Quién es y a qué se dedica? 
—Lali: Qué va, si no... no es nadie. Está de novio. He estado hablando con él durante el trayecto en el ferry. —Notó que el bebé se movía y le colocó la mano en la espalda para tranquilizarlo con sus caricias—. Creo que he tonteado con él sin proponérmelo. 
—¿Eso es malo? 
—Lali: Quizá no, pero hace que me pregunte... ¿cómo sabré si estoy preparada para volver a salir con un hombre? 
—Yo diría que es una buena señal que hayas tonteado con él sin proponértelo. 
—Lali: No sé, es un poco raro. Me sentí atraída por él y eso que no se parece a Vico en absoluto. 
Antes de caer enfermo, Vico era un hombre alegre, gracioso y divertido. El hombre con el que había compartido el trayecto en el ferry era sombrío, serio y reservado, y parecía poseer una personalidad muy intensa. Como había sido incapaz de detener su imaginación, en el rincón más profundo de su mente se había preguntado cómo serían las relaciones físicas con él. La respuesta había sido tan explosiva que la simple posibilidad la había asustado. Sin embargo, eso formaba parte de su atractivo. Recordaba haberse sentido atraída por Vico precisamente porque a su lado parecía estar segura. No obstante, acababa de descubrir que deseaba a Peter Lanzani justo por lo contrario. 

Inclinó la cabeza para darle un beso al bebé. Parecía muy vulnerable y, sin embargo, notaba la solidez de su cuerpecito. Su piel era increíblemente suave y estaba un poco húmeda por el sudor. Recordó de forma fugaz un momento que tuvo lugar durante los últimos días de la vida de Vico, cuando sumida en la desesperación deseó haber tenido un hijo con él. Para poder conservar una parte suya cuando se fuera. 
—Cariño —oyó que le decía su padre—, no he pasado por todo lo que tú pasaste con Vico. No sé cuándo acaba el proceso del dolor, ni cómo sabes cuándo estás lista para seguir adelante. Pero sí estoy seguro de algo: el próximo hombre de tu vida será distinto. 
—Lali: Lo sé. Ya lo sabía. Creo que lo que me tiene preocupada es la certeza de que yo he cambiado. 
Su padre la miró con los ojos como platos, como si el comentario lo hubiera sorprendido. 
—Por supuesto que has cambiado. ¿Cómo no ibas a hacerlo? 
—Lali: Pero es que en parte no quiero cambiar. En parte quiero seguir siendo la misma persona que era cuando estaba con Vico. —Guardó silencio al ver la expresión de su padre—. ¿Te parece muy descabellado? ¿Necesito terapia o algo? 
—Creo que lo que necesitas es una cita con alguien. Ponerte un vestido bonito y que te inviten a una opípara cena. Despedirte con un beso de buenas noches. 
—Lali: Pero en cuanto deje de ser la viuda de Vico, ¿cómo voy a recordarlo? Será como perderlo de nuevo, 
—Cielo —le dijo su padre con voz suave y serena—, aprendiste muchísimo de Vico. Todo eso que te hizo ser mejor persona... ésa será tu forma de recordarlo. Jamás lo olvidaremos. 

Continuará...
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Hola linduras! <3
les dejo otro cap... 

+15 FIRMAS!... ;)

21 comentarios:

  1. me encanta! mas mas mas mas mas

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  2. Que desastre la familia de Lali, tanta gente que no saben quien es hijo de quien jaja.

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  3. massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

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  4. pobre lali, masss quiero laliterr!

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  5. maaaaaaaaaaas porfiii, me encanta la nove, es muy tiernaa! mass porfi

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  6. mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove mas nove

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  7. muy linda la nove me encanta por eso espero mas!:)

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  8. Más!!! Me encanta la nove :)

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  9. otroo porfiiiiiiiiiiiiiiiiiii!

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  10. queremoos maaaaaaaaaas!!! porfavoooooooooooorrr

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  11. maaaaaaaaaaaaaaaaaaasssssss noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!

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  12. 17 comentariooos massssss

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  13. awwwwww mas tierno el cap, encima me encanto que le tiene que llevar la comida a escondidas jajajajajaj muchas gracias por la mini maraton Daniii @LuciaVega14

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  14. sabias palabras de su padre

    novela solo tu: http://morithalaliter.blogspot.mx/

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