BIENVENID@S - YA PODÉS DESCARGAR EL NUEVO BONUS "El Camino Del Sol" - Twitter @Fics_Laliter - Correo: Ficslaliter123@gmail.com

lunes, 25 de febrero de 2013

Capítulo 24



El día anterior a Acción de Gracias, Lali fue a por Luz a Viñedos Sotavento y se la llevó a su casa. 

—Agus: ¿Yo también estoy invitado? —le preguntó antes de que se marcharan. 
—Lali: No, es un día sólo para chicas —contestó entre risillas. 
—Agus: ¿Y si me pongo peluca? ¿Y si hablo afeminado? 
—Luz: Tío Agus —dijo la niña con alegría—, eres la peor chica del mundo. 
—Agys: Y tú eres la mejor —replicó, que le dio un sonoro beso—. Bien, vayan sin mi. Pero será mejor que me traigáis una tarta enorme. 

Una vez que estuvieron en su casa, Lali puso música, encendió el fuego en la chimenea y le colocó a Luz uno de sus delantales. Después, le enseñó a usar un rallador de queso tradicional. Aunque había pensado utilizar una picadora para la mayor parte del queso, quería que Luz aprendiera a rallar a mano. Fue entrañable ver la alegría de la niña mientras se afanaba por hacer las sencillas tareas de pesar las cantidades, remover la comida y probarla. 
—Lali: Éstos son los distintos tipos de queso que vamos a usar —dijo—. Cheddar irlandés, parmesano, gouda ahumado y gruyere. Una vez que lo rallemos todo, lo fundiremos con la mantequilla y la leche... 

La cocina olía de forma deliciosa, a queso caliente, a azúcar y a harina. La compañía de la niña le recordó el milagro que suponía transformar unos cuantos ingredientes sencillos en algo maravilloso. Hicieron un timbal de macarrones como para alimentar a un ejército y lo cubrieron con picatostes, que habían tostado previamente en una sartén con mantequilla. 

Además hicieron dos tartas, una rellena de calabaza y otra con nueces pacanas. Lali le enseñó a Luz a sellar bien los bordes de pasta quebrada. 

Cortaron el resto de la pasta con moldes de distintas formas, la espolvorearon con azúcar y canela, y la pusieron en el horno para hacer galletas. 
—Lali: Mi madre las llama galletas de las sobras. 
Luz miró las galletas a través del cristal del horno. 
—Luz: ¿Tu madre todavía está viva? —quiso saber. 
—Lali: Sí. —soltó el rodillo de amasar que estaba manchado de harina y se acercó a la niña. Se arrodilló a su lado, la rodeó con sus brazos y juntas contemplaron el interior del horno—. ¿Qué tipo de tartas hacía tu madre? —le preguntó. 
—Luz: No hacía tartas —respondió—. Hacía galletas. 
—Lali: ¿De chocolate? 
—Luz: Aja. Y de canela y nuez moscada. 
Lali sabía que ayudaba mucho poder hablar de los que se habían ido. Recordar era bueno. De modo que siguieron hablando mientras horneaban, no a modo de larga conversación, sino a ratitos, combinando los recuerdos con los deliciosos aromas procedentes del horno. 

Cuando por la tarde devolvió a Luz a casa, la niña se despidió abrazándola por la cintura durante un buen rato. 
—Luz: ¿Seguro que no quieres pasar el Día de Acción de Gracias con nosotros? —le preguntó, y su voz quedó sofocada porque tenía la cara pegada a su jersey. 
La apesadumbrada mirada de Lali se clavó en Peter, que estaba observándolas. 
—Peter: No puede, Luz —le recordó él con suavidad—. La familia de Lali necesita que esté con ellos. 

Salvo que en realidad sí podía, y su familia no la necesitaba. 

La culpa y la preocupación comenzaron a disipar los buenos sentimientos que habían ido creciendo en su interior durante la tarde. Miró a Peter, que la contemplaba con expresión compasiva, y se dio cuenta de lo fácil que sería enamorarse de él y de Luz. Y de lo mucho que perdería si llegaba a suceder. Tanto que si los perdiera, no podría sobrevivir. Sin embargo, si lograra mantenerse a cierta distancia, no se arriesgaría a que le destrozaran por completo el corazón. 

Le dio unas palmaditas a Luz en la espalda y se zafó con delicadeza de su fervoroso abrazo. 
—Lali: De verdad que tengo que ir mañana a Bellingham —le dijo—. Adiós, Luz. Me lo he pasado muy bien hoy. —Se agachó y le dio un beso en una suave mejilla, ligeramente perfumada con canela. 


La mañana del Día de Acción de Gracias, Lali se pasó la plancha por el pelo, se puso unos vaqueros, unos botines, un jersey de color tostado y colocó la enorme fuente con el timbal de macarrones en el coche. 

Estaba a punto de dejar atrás el camino de entrada a su casa cuando sonó su móvil. Detuvo el coche, rebuscó en el bolso hasta dar con el teléfono entre los papeles, las barras de labios y la calderilla. 
—Lali: ¿Diga? 
—¿Lali? 
—Lali: ¿Luz? —preguntó, alarmada—. ¿Cómo estás? 
—Luz: Genial —fue la alegre respuesta de la niña—. ¡Feliz Día de Acción de Gracias! 
Lali sonrió, algo más relajada. 
—Lali: Feliz Día de Acción de Gracias. ¿Qué estás haciendo? 
—Luz: He dejado salir a Renfield para que haga pis y cuando ha entrado le he echado pienso en el comedero y le he dicho que beba agua. 
—Lali: Veo que lo estás cuidando muy bien. 
—Luz: Pero después el tío Peter nos obligó a salir de la cocina mientras ellos limpiaban el humo. 
—Lali: ¿El humo? —la sonrisa de Lali se desvaneció—. ¿Por qué había humo? 
—Luz: Porque el tío Agus estaba cocinando. Y después llamó al tío Gas y ahora está quitando la puerta del horno. 

Lali frunció el ceño. ¿A santo de qué estaba Gastón quitando la puerta del horno? 
—Lali: Luz, ¿dónde está el tío Peter? 
—Luz: Está buscando sus gafas protectoras. 
—Lali: ¿Para qué necesita unas gafas protectoras? 
—Luz: Para ayudar al tío Agus a preparar el pavo. 
—Lali: Entiendo. —le echó un vistazo al reloj. Si se daba prisa, podía pasarse por Viñedos Sotavento y llegaría con tiempo para coger el último ferry de la mañana a Anacortes—. Luz, creo que voy a ir a tu casa a echar un vistazo antes de coger el ferry. 
—Luz: ¡Bien! —exclamó la niña con entusiasmo—. Pero es mejor que no digas que te he llamado. Porque a lo mejor me riñen. 
—Lali: Mis labios están sellados —le aseguró. 

Antes de que Lali pudiera replicar, se escuchó una voz masculina de fondo. 
—Luz, ¿con quién hablas? 
Lali le dijo: 
—Lali: Dile que es una encuesta. 
—Luz: Una señora está haciendo una encuesta —escuchó decir a la niña. Tras unos cuantos murmullos, Luz añadió dándose mucha importancia—: Mi tío dice que no hacemos encuestas. —Una pausa y más murmullos—. Y que nos borre de la base de datos —añadió con voz firme. 
Lali sonrió. 
—Lali: En fin, en ese caso tendré que ir en persona. 
—Luz: Vale. ¡Adiós! 


Hacía frío y un poco de viento, el clima perfecto para celebrar el Día de Acción de Gracias porque evocaba imágenes de chimeneas encendidas, de pavos en el horno y del desfile de Macy's en televisión. 

Vio que había un flamante y lujoso BMW en el camino de acceso a Viñedos Sotavento. No le cupo duda de que era el coche de Gastón, el Lanzani al que aún no conocía. Sintiéndose como una intrusa, pero instigada por la preocupación, aparcó y subió los escalones del porche. 

Luz salió a recibirla, vestida con unos pantalones de pana y una camiseta de manga larga con un simpático pavo. 
—Luz: ¡Lali! —gritó la niña, que comenzó a dar saltos mientras se abrazaban. 
Renfield salió a recibirla, jadeando con gran alegría. 
—Lali: ¿Dónde están tus tíos? —le preguntó a la niña. 
—Luz: El tío Gastón está en la cocina. Renfield y yo lo estamos ayudando. No sé dónde están los demás. 
En el aire flotaba el conocido hedor a algo quemado, que se intensificó a medida que se acercaban a la cocina. Un hombre rubio estaba intentando quitar la puerta del horno, con un destornillador en una mano y una gigantesca caja de herramientas al lado. 

Gastón Lanzani era una versión más pulida y sofisticada de sus hermanos mayores. Era guapo, pero tenía una expresión distante, y sus ojos eran de un gélido y cristalino azul. Al igual que sus hermanos, era delgado pero no tan corpulento como ellos. El polo que llevaba y los pantalones chinos eran informales, pero indudablemente caros. 
—Gas: Hola —dijo—. ¿Quién es, Luz? 
—Luz: Es Lali. 
—Lali: Por favor, no te levantes —se apresuró a decirle ella al verlo soltar el destornillador para incorporarse—. Es evidente que estás muy... ocupado. ¿Puedo preguntar qué ha pasado? 
—Gas: Agus metió algo en el horno y en vez de seleccionar la temperatura adecuada, seleccionó el programa de auto-limpieza. El horno ha incinerado la comida y ha bloqueado la puerta automáticamente, así que no podían abrirla y sacar la bandeja. 
—Lali: Lo normal es que el horno permita abrir la puerta cuando baja la temperatura. 
Gastón meneó la cabeza. 
—Gas: Ya se ha enfriado, pero no hay manera de abrirla. Es nuevo y es la primera vez que se usa el programa de auto-limpieza. Al parecer, tiene un fallo, así que me toca desarmar la puerta. 

Antes de que pudiera hacerle otra pregunta, le sorprendió un repentino fogonazo y una especie de llamarada, acompañada por una humareda, que se produjo al otro lado de la ventana del patio. De forma instintiva, Lali se volvió para proteger a Luz y agachó la cabeza. 
—Lali: ¡Madre mía! ¿Qué es eso? 
Gastón clavó la vista en la puerta trasera con expresión imperturbable. 
—Gas: Creo que ha sido el pavo. 

Continuará...
______________________________________

+15 FIRMAS ;)

23 comentarios:

  1. otrooooooooooooooooo por favor

    ResponderEliminar
  2. mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas!
    mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas!
    mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas!
    mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas!
    mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas! mas!
    porfis!

    ResponderEliminar
  3. Jajajaj,me encantaaaaaaa!!!!!!!!!!masmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmas,por dios que tentada que estoy,jajajajjaj!!!!!!!!!!!!!!!yayayayaya quiero el próximo cap!!!!!!!besotes,jajajaj

    bethket

    ResponderEliminar
  4. mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  5. me encanto mas novee jaja
    pobres chicos jaja

    ResponderEliminar
  6. mas laliter jajaa

    me encanto mas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.............

    ResponderEliminar
  7. maas noveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

    ResponderEliminar
  8. me encantoooooooooooo jajajaa

    ResponderEliminar
  9. Másssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  10. massssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  11. esa es la consecuencia de que no haya ninguna mujer en casa jajaja

    novela solo tu: http://morithalaliter.blogspot.mx/

    ResponderEliminar
  12. JAJAJAJAJAJAJAJA no sabia que los pavos vuelan! xD ME ENCANTOO @LuciaVega14

    ResponderEliminar