CAPÍTULO 82

Lali masculló una protesta cuando de pronto Peter la apartó y volvió la cabeza bruscamente. Una partida de seis marineros y soldados armados hasta los dientes se acercaba a ellos. Al punto se vieron rodeados por todo un muestrario de mosquetes con las bayonetas caladas. Peter se puso en pie muy despacio y luego ayudó a Lali a incorporarse.

El teniente Benedict se colocó delante de sus hombres. Parecía nervioso pero decidido. No resultaba difícil percatarse de que su orgullo había sufrido un serio revés tras haberse tragado la farsa de Peter.

—Capitán Peter —dijo con gesto adusto—, será mejor que no oponga resistencia.

—Peter: Ni siquiera lo intentaré —respondió. Benedict miró a Lali.

—Apartese del prisionero, madame Vallerand.

Ella no se movió. Peter inclinó la cabeza y le rozó la oreja con los labios.

—Peter: Te amo... —susurró, y la empujó ligeramente. Ella retrocedió unos pasos sollozando. Cuando los soldados rodearon a Peter y lo maniataron, un hombre alto con un abrigo negro se acercó a ella. Tenía el sol a la espalda, lo cual deslumbro a Lali.

Reconoció la voz grave y autoritaria de Nicolás Vallerand.

—Nico: Lali, que haces aqui...

Ella fue hacia él aliviada. Nico le echó un abrigo por los hombros y la tranquilizó pasándole su paternal brazo sobre los hombros. Le preguntó si le habían hecho daño, y ella balbució unas palabras ininteligibles, pues no apartaba los ojos de Peter. Se estremeció al ver las malas maneras con que lo sujetaban.

—Nico: Teniente Benedict —dijo gravemente—, por lo visto será necesario que le recuerde que mi hijo lo ha ayudado a tomar esta maldita isla.

Eso hizo que Peter fuese tratado con una pizca de amabilidad cuando se pusieron en marcha. Lo llevarían a Nueva Orleans y lo encerrarían en el Cabildo, un edificio gubernamental con celdas muy seguras. Lali les observó con los ojos anegados en lágrimas y se volvió hacia su suegro.

—Lali: Nico, tienes que ayudarle...

—Nico: No puedo creer que estés aquí —la interrumpió su suegro con tono de reproche. Su voz sonó tranquila pero intimidante—. Supera mis peores previsiones. Te has puesto en grave peligro, Lali, le has causado problemas a Peter y, encima, has abandonado a Pablo cuando más te necesita. Supongo que en este momento mi casa estará patas arriba y mi mujer a punto de sufrir un colapso. —De todo lo que había dicho, esto último era lo que sin duda más le preocupaba. Para él, no había nada que mereciese que su Gimena perdiese los nervios.

—Lali: Fue un error irme de la plantación —admitió—.Los seguí, pese a que no debía hacerlo... Oh, ¿acaso importa eso ahora? Que me disculpe una y mil veces no ayudará a nadie, ¡y menos a Peter!

Nico observó su rostro, que denotaba impaciencia y cansancio, y suspiró.

—Nico: Petite bru, sacaré a mi hijo de este tremendo embrollo —dijo—. Sobre ese extremo puedes estar tranquila.

Ella quiso creer en sus palabras desesperadamente.

—Lali: ¿Qué vais a...?

—Nico: Lali, ahora deberías preocuparte de otras cosas.

—Lali: ¿Otras cosas? —repitió incrédula. Cualquier asunto palidecía al compararlo con el dolor de ver alejarse a Peter.

—Nico: Me da en la nariz que olvidas un detalle —repuso él con la paciencia de los justos—. Pablo te está esperando en casa, y tendrás que explicarle muchas cosas. Eres su esposa, no la de Peter. Debes preguntarte si merece la pena sacrificar la vida que has conocido hasta ahora por lo que sientes hacia Peter. Por mucho que él se ocupe de ti, jamás podrá darte una vida normal.

—Lali: Pero yo lo amo.

—Peter: Es posible. Pero no siempre es fácil distinguir el amor de la... digamos sensualidad. —Nico apartó la mirada, pues su comentario quizá se había pasado de la raya. Pero Lali sabía que su suegro no habría mencionado el asunto de no haberlo creído absolutamente necesario—. Para una mujer que ha llevado una existencia tan apacible como la tuya—prosiguió tras aclararse la garganta—, un hombre como Peter, una oveja negra, alguien temerario y excitante, puede resultar muy atractivo. Pero esa clase de atracción no suele durar mucho.

Lali lo miró fijamente con sus ojos castaños.

—Lali: Por supuesto que Peter es atractivo —dijo—, pero lo amo por otras muchas razones. Tengo mucho para darle, cosas que él necesita desesperadamente y Pablo no.

El gesto de Nico se suavizó y una curiosa sonrisa se dibujó en sus labios.

—Nico: ¿En serio? ¿Y qué puede ofrecerte Peter a ti?

—Lali: Todo —respondió ella sin vacilar—. Siempre me he considerado una mujer corriente, pero cuando estoy con él... —Lali se detuvo con la vista clavada en un punto lejano del horizonte. Peter la hacía sentirse amada, y tan desinhibida como para compartirlo todo con él, su corazón, su mente y su cuerpo. Y él le había entregado todo de sí mismo con la misma naturalidad. Siempre que las cosas fuesen así, poco le importaba perderse una vida normal y corriente.

—Nico: De acuerdo, petite bru —dijo. La había observado con suma atención y parecía haber cambiado de idea—. No puedo tomar partido a favor de un hijo en contra del otro, y por tanto no puedo ser tu aliado en esto. Pero sea como sea, estaré de tu parte. Sin embargo, déjame advertirte que Pablo no se retirará mansamente de la liza.

Continuará...

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Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa linduras :D
como estan???... espero que listas para el final de esta nove!
ESTOY segura de que hoy la terminamos!!
YA SABEN!!!... +15 y seguimos con el siguiente cap!!! :P

Una cosita... vieron cantar a Lali ayer en Solamente Vos? :D fue ayer no?... la cosa es que no sé que me paso, no sé si es porque la re extrañaba ver cantar o es porque me encantan los Babasónicos o no se qué pero estuvo... BRILLANTE la vi GENIAL!... y su pelo le queda re lindo!!... no se por que les digo esto ahora... :O??  nada quería comentar eso... kljdsaklfjklsajfi... ok +15.... :)