El martes por la tarde Lali estaba sentada a
su mesa de trabajo, intentado editar un artículo sobre la colaboración de los
geocientíficos y el Cuerpo de Paz. Tras apoyarse en el respaldo, miró por la
ventana hacia la bahía. El artículo no había logrado captar su atención.
Mucho menos ese día.
Resopló y arrojó el artículo a la
mesa, incapaz de seguir leyendo. El contenido era más sociológico y político
que científico.
Sin embargo, tampoco habría sido
capaz de leerlo aunque fuera el artículo más interesante del planeta. Se frotó
la cara con las manos e intentó relajarse un poco. Los nervios la estaban
matando mientras esperaba que Cande le dijera algo y se preguntaba qué estaría
haciendo y pensando Peter Lanzani.
El dolor palpitante que sentía en
la cabeza le indicaba que necesitaba cafeína.
Se puso en pie y se dirigió a la sala
de la oficina, donde se sirvió una taza de café solo, tras lo cual bebió un
buen sorbo. Estaba malísimo, pero si la libraba del dolor de cabeza, no pensaba
quejarse.
Regresó a su despacho sin levantar
siquiera la cabeza y cerró la puerta al entrar. Cuando se volvió, le sorprendió
encontrarse con Cande, que estaba tras su mesa, contemplando la bahía.
—Bonita vista —dijo Cande.
—Hola. No esperaba verte hoy.
—Lo sé. Tenemos que hablar.
«¡Vaya por Dios!», pensó Lali. Su
intuición le dijo que no eran buenas noticias. Después de tomar una honda
bocanada de aire que no la relajó en absoluto, rodeó la mesa y se sentó.
Cande tomó asiento frente a ella.
—Vale, antes de nada, necesito
contarte una cosa. Anoche me tomé una copa con Agustín Espósito.
Lali enarcó las cejas.
—¿En serio?
—Sí, en serio. —Cande se
enderezó—. No fue una cita personal. Bueno, podría haber sido personal. Me
llamó, creo que para hablar de ti, pero surgió la chispa. No pasó nada, pero...
te lo cuento porque soy tu abogada y quiero que sepas que tú eres mi prioridad.
Le dije muy claramente que no volvería a quedar a con él a menos que los
resultados de los análisis fueran negativos. Y no lo haré.
Lali no sabía cómo tomarse esas
noticias.
—Vaya, eres directa por lo que
veo.
—Es la única manera de dejar las
cosas claras. Me gusta Agustín, pero no es el primer hombre que me gusta a las
primeras de cambio. Lo que pasa es que no quería que te enteraras de esto más
tarde porque él te lo contara o porque saliera a relucir fuera de contexto.
—A mí también me gusta Agustín
—replicó Lali—. Lo poco que conozco de él. Me parece un buen tío. Si me
hubieras dicho que estuviste de copas con Peter, en fin, creo que eso sí me
habría molestado. Porque no puede verme ni en pintura.
—No es eso, Lali. Está confundido.
Son cosas muy distintas.
—A mí no me lo parece. —Observó a Cande—.
Letrada, está autorizada a tener una vida privada.
Cande frunció el ceño y Lali se
percató de que quería decir algo, pero acabó mordiéndose la lengua.
—Entonces ¿has venido para
contarme esto? —le preguntó Lali.
—No. —Cande sacó una carpeta de su
maletín y tomó una honda bocanada de aire—. Tengo los resultados del análisis
de ADN. Pero, antes de nada, quería hablar contigo. Llamé a Peter hace un rato.
Hemos quedado esta tarde en mi despacho.
Lali tragó para librarse del nudo
que tenía en la garganta. «Allá vamos», pensó.
—Vale, vamos a verlos.
Cande le entregó la carpeta, y
esperó en silencio a que Lali leyera el documento.
—Lali, es un informe preliminar.
Pero las coincidencias son evidentes. Hay que tomar muestras de los Espósito
para determinar también tu parentesco con ellos. Me han dicho que viven en
Seattle. Creo que de momento no los han informado de tu posible identidad.
Lali dejó la carpeta en la mesa.
Tras levantarse, se acercó a la ventana con las piernas temblorosas y cruzó los
brazos por delante del pecho mientras soltaba despacio el aire en un intento
por tranquilizarse. Repitió el proceso de nuevo, pero el corazón siguió
latiéndole a toda pastilla.
Era cierto. Era Mariana Lanzani. Peter
era su marido. Luz era su hija. La realidad del momento la atravesó, le oprimió
el corazón y se lo estrujó. Había perdido cinco años de una vida que ni
siquiera conocía. Y en esos instantes solo tenía... ¿qué? Una familia a la que
no recordaba y un futuro que no parecía mucho mejor que el que imaginaba cinco
minutos antes. En todo caso, parecía mil veces más confuso.
Tragó saliva para librarse del
nudo que tenía en la garganta y así poder hablar:
—Tenía el pálpito de que este
sería el resultado.
—Creo que era lo que pensaba todo
el mundo. Si te sirve de consuelo, creo que ellos ya lo sabían. Me dio esa
impresión anoche mientras hablaba con Agustín. Tal vez eso facilite las cosas.
—Eso espero, pero me parece que no
facilita nada. —Se limpió las lágrimas y se volvió. Tenía la mente llena de
ideas, posibilidades y preguntas, pero no podía concentrarse en nada de eso
todavía. El dolor le atravesaba el pecho al pensar en lo que estaba por llegar,
pero intentó respirar para mitigarlo un poco. Sabía que tenía que sacar el
tema—. Muy bien. Ha llegado el momento de que te ganes el sueldo. Tengo un
hijo.
Cande alzó la vista en cuanto la
escuchó.
Lali tenía la impresión de que se
le habían reducido los pulmones, pero se obligó a seguir hablando.
—Tiene cuatro años y medio. Cuando
me desperté del coma, ya tenía casi tres. No lo he comentado antes porque
quería asegurarme antes de involucrarlo en todo esto. —Cerró los ojos para
contener las lágrimas—. Cuando te pedí consejo legal por si resultaba que era Mariana
Lanzani, lo hice con Tomás en mente. Creo que es seguro decir que Peter es su
padre. Se parece muchísimo a él. Quiero que se le hagan los análisis también a
él, para confirmarlo.
—Por supuesto.
—Y quiero contárselo a Peter. Te
agradecería mucho que no le hablaras del tema hoy.
—Por supuesto. —Cande anotó
algunas cosas en su cuaderno.
Lali comenzó a masajearse la
cicatriz de la sien mientras pensaba en Peter. Mientras pensaba en la reacción
de Luz. En lo que dirían y harían cuando descubrieran la existencia de Tomás.
—Querrá conocer a Tomás de la
misma forma que yo quiero conocer a Luz. La cosa podría complicarse un poco con
los regímenes de visitas y demás. Con lo mal que le caigo ahora... no creo que
esto sirva para mejorar mucho la situación.
—Ya lo arreglaremos todo. No te
preocupes por eso ahora. Peter es un hombre justo y honesto. No importa lo que
la prensa diga de él, ni tampoco la actitud que ha demostrado hasta ahora, al
final cooperará.
—Yo no estoy muy segura. —Lali se
pasó las manos por el pelo mientras se le llenaban los ojos de lágrimas.
¿Por qué tenía que ser todo tan
doloroso? Debería estar feliz. Debería estar eufórica tras haber obtenido la
respuesta. Por fin sabía quién era. ¿Por qué no le bastaba?
Cande rodeó la mesa para colocarse
a su lado y abrazarla.
—Respira. Lo superaremos, te lo
prometo.
Lali cerró los ojos y se concentró
en inspirar y en espirar. Se concentró en lo único que podía hacer en ese
momento. Lo demás... lo demás se solucionaría por sí solo. Tenía que dejar
pasar el tiempo. Su cabeza así se lo decía, aunque su corazón no lo tuviera
nada claro.
Se apartó de Cande y se secó lo
ojos.
—Gracias. Te... agradezco todo lo
que has hecho por mí. Te agradezco tu ayuda y tu amistad. No me había dado
cuenta hasta ahora de lo mucho que echaba de menos tener una amiga.
Cande sonrió.
—Mariana me caía muy bien. Éramos
buenas amigas. Pero tú también me caes bien. Habría sido tu amiga tanto si la
hubiera conocido como si no.
—También te agradezco que digas
eso —susurró Lali. Se secó las mejillas y miró a Cande, en esa ocasión
consciente de que podía sobrevivir al cataclismo emocional si se mantenía firme
en su objetivo—. Hay otra cosa más de la que quiero hablar contigo.
—Vale, dispara.
—He estado indagando en busca de
respuestas. Antes todo eran especulaciones, pero ahora que sabemos la verdad...
no sé si supondrá alguna diferencia a largo plazo, pero necesito saber qué me
pasó. Benjamín sabía algo. Tenía que saberlo. Tenía que haber un motivo para que
me mintiera. ¿Le estaba poniendo los cuernos a Peter por aquel entonces?
¿Abandoné a mi familia? No puedo seguir viviendo sin saber la verdad.
Cande se apoyó en la mesa de Lali.
—Sigue —le dijo.
Lali comenzó a pasearse frente a
la ventana.
—Bueno, por lo que he podido
deducir del informe del accidente, mi cuerpo jamás se recobró, obviamente
—añadió con sarcasmo—. Pero había un cuerpo en mi asiento.
—Correcto. —Cande fue en busca de
su maletín y sacó la carpeta que contenía los documentos sobre el accidente.
Era obvio que ella también había estado indagando—. La lista de pasajeros
demuestra que embarcaste en el avión, lo que significa que la azafata hizo el
recuento y que había alguien en tu asiento después de que cerraran las puertas.
Pasaste los controles de seguridad con tu tarjeta de embarque y con tu tarjeta
de identidad. Tus pertenencias personales se encontraron después del accidente.
Tu maleta, y también tu bolso, que se encontró debajo de un asiento y que Peter
identificó.
—¿Crees que lo conservará?
—No lo sé. Puedo preguntarle. ¿Qué
se te ha ocurrido?
—No lo sé. Tal vez espero recordar
algo al verlo. De momento, no he tenido suerte con la clínica privada. Ni
siquiera me permiten la entrada. Pero me da la impresión de que es el lugar
indicado para empezar.
—No me han devuelto las llamadas y
no tengo suficientes indicios como para conseguir una orden judicial que nos
permita acceder a sus archivos.
—Lo sé. —Lali se frotó la dolorida
frente—. Ojalá pudiera entrar en la sala donde guardan los archivos.
Cande alargó el brazo en busca de
la carpeta y se la colocó sobre el regazo.
—¿Dónde está? ¿En San Mateo? —Ojeó
la información que había conseguido—. Creo que tengo una amiga cuya madre está
ingresada en esa clínica. —Se mordió el labio como si estuviera sopesando sus
opciones—. Es posible que yo pueda entrar aduciendo que quiero visitarla.
Lali enarcó las cejas.
—Letrada, no estarás sugiriendo
que hagamos algo ilegal, ¿verdad?
Cande frunció el ceño.
—¿Por qué me llamas así?
—¿Cómo?
—Letrada.
Lali se encogió de hombros.
—No lo sé. Eres letrada, ¿no? ¿Te
molesta?
—Pues sí, lo soy. Y no, no me
molesta. Pero me parece raro que Agustín y tú usen la misma palabra.
—No es tan raro. Ya no.
Cande se puso en pie e intentó
sonreír.
—No. Supongo que ya no. Vamos a
hacer una cosa. Llamaré a mi amiga y hablaré con ella para confirmar que su
madre está allí. Si es así, te lo diré y decidiremos qué hacer.
—Bien.
Cande recogió sus pertenencias.
—Voy a ver a Peter. Tú tómate un
poco de tiempo para pensar qué vas a decirle. Si quieres que yo esté presente,
lo arreglaremos y concertaremos una cita en mi despacho. Lo haremos como tú
quieras.
—Gracias, pero creo que debo
hacerlo yo sola.
—Bueno. —Cande le regaló una
sonrisa fugaz—. Te llamaré después de hablar con él.
Continuará... + 15 :o
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarsigo molesta solo piensan en lo legal y los sentimientos de odos
masssssssssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarDios la intrigaaaa!! +++++++
ResponderEliminarKiero saber yaaaaa Q piensa o hace Peter!!!
ResponderEliminarsigueee!!
ResponderEliminarmasssss
ResponderEliminar+++++++
Quiero maaas!!!!!
ResponderEliminarLetrada 😄 hermanos agus y lali mariana? Donde jajajaja
ResponderEliminarCocine. Vi la nove de Lali y moje bajo la lluvia 😊
Se buenita y sube mas porfa 🙏 😊
Ansio mucho leer ese momento donde Peter sepa q tiene un hijito 😊
ResponderEliminarAaay quiero otro capi porfaaa
ResponderEliminarAaaaay subi uno maaaaaas Pleaseeee! Muero de la intriga sobre como va a reaccionaar peteeer! SUBI UNO MAAAS
ResponderEliminarMaaaaaaas Pleaseeeee!! NO QIERO IRME A DPRMIR CON ESTA INTRIGA (VOY A TENER PESADILLAS Y SERAS LA CULPABLE JAJA) SUUUBI XFAAAA!!
ResponderEliminarNo vamos a poder dormir de la intriga 😊
ResponderEliminar15 jajajaja
ResponderEliminarMe di cuenta que soy una rompe pelotas jajajaja pero bueno es q me encanta la nove
ResponderEliminarLali no solo se conforma con saber k es Mariana Lanzani ,quiere saber todo su pasado.
ResponderEliminarYa quiero todo .
ResponderEliminarNo hay acá un gato encerrado hay súper gatote encerrado 😄 intriga mucho saber q hay o q paso q llevo a q Benjamin o alguien haya hecho pasar x muerta a mariana
ResponderEliminarK alguien ocupase su asiento ,y estuvieran todas sus pertenencias en el avión ,es raro toda la trama k la rodea.
ResponderEliminarmaaaaaas
ResponderEliminarSeguro k Luz la acepta en mejores términos k Peter .
ResponderEliminarLa niña tendrá k alentar a su papá.
k Cande hable rápido k me mata la espera.
ResponderEliminarhay me muero x q sepa del nene
ResponderEliminarya quiero saber como se dio todo
para mi algo sabe el papa de amadeo sino xq no le hablaba??!!
mmaas