Lali observó las fotos que había en la repisa de la chimenea mientras Peter
Lanzani y Agustín Espósito hablaban en voz baja en la estancia contigua. La
cara de las fotografías se parecía a la suya, aunque era levemente distinta. Un
ramalazo de aprensión le recorrió el cuerpo mientras miraba una foto tras otra.
Los Lanzani en lo que parecía una excursión campestre. Mariana Lanzani en una
cama de hospital, acunando a un recién nacido. Una foto de boda de Peter y Mariana,
recién casados, vestidos de punta en blanco y con una sonrisa de oreja a oreja.
Se le formó un nudo en el pecho y
se sintió muy acalorada. Si ella era la de las fotos, no recordaba ni una sola
de esas ocasiones. Sin embargo, la extraña sensación que tenía en el estómago
le indicaba que eso tampoco quería decir que no lo fuera.
Se apresuró a apartar la mirada de
las fotos, ya que no quería pensar en eso todavía, y examinó la estancia. Nada
en esa casa le resultaba familiar. Ni los muebles ni los cuadros de las
paredes, aunque le gustaba el trabajo que había hecho el decorador de Peter Lanzani.
Sofás de cuero, cojines mullidos, sólidas mesas de madera y lámparas modernas
que ella misma podría haber escogido de haber tenido la oportunidad.
Volvió a darle un vuelco el
estómago al pensarlo y se volvió, momento en el que descubrió la mirada
recelosa de Luz Lanzani clavada en ella. La niña no había pronunciado una sola
palabra desde que Peter y Agustín se fueron a la otra habitación. Los nervios
se apoderaron de Lali. Mirar fijamente a Peter Lanzani era una cosa. Hacer lo
mismo con su hija, quien a todas luces la quería fuera de allí, era harina de
otro costal.
No necesitaba pasar por esa
situación. Ya tenía bastantes problemas en su vida: la mudanza a una nueva ciudad,
conseguir que Tomás se acostumbrara a vivir sin Benjamín, intentar averiguar
qué narices le había pasado... Y, en ese momento, tenía que añadir a todo eso
un hombre que podría ser su marido y una hija que la miraba como si fuera el
anticristo.
La cosa no podía empeorar,
¿verdad?
Agustín volvió al salón y la miró
con una sonrisa alicaída. El alivio la recorrió por entero, como un buen sorbo
de vino dulce. Mientras Luz salía de la estancia sin mediar palabra, el
sentimiento de culpa se apoderó de ella. No podía ser fácil para la niña ver a
alguien que se parecía tanto a su madre. Lali no había tenido en cuenta los
sentimientos de la niña cuando decidió pasarse por allí ese día. Estaba tan
obsesionada con encontrar respuestas que solo había pensado en sí misma.
Agustín vio cómo la niña
desaparecía antes de mirar a Lali. El dolor demudaba sus facciones. Y el
sentimiento de culpa que Lali sentía se multiplicó por diez al mirarlo a la
cara. Estaba siendo muchísimo más duro para ellos de lo que había imaginado.
Agustín soltó el aire.
—Creemos que... esto... que el
parecido es tal que merece la pena hacer unas pruebas. El ADN demostrará su
identidad, de una manera o de otra.
Ella asintió con la cabeza y tragó
saliva para aliviar el nudo que tenía en la garganta. ¿Sentía alivio o
decepción? A esas alturas, no estaba segura.
—Sí, esperaba algo así. Haré que
mi abogada se ocupe de todo. Debería ser fácil, solo una muestra de sangre
suya, su hermano, y tal vez de su hija. —Mientras echaba un vistazo a su alrededor,
su nerviosismo aumentó considerablemente. Era evidente que Peter Lanzani no
pensaba volver para hablar con ella—. Debería irme.
—Vale. —Agustín se pasó una mano
por el pelo—. Yo... esto... la acompaño.
La acompañó al exterior y fue con
ella hasta su coche. No estaba segura de por qué, pero se sentía cómoda con él,
aunque fuera el tío que le había dejado esa desagradable nota en su despacho.
Era gracioso... unas cuantas horas antes, ese hombre era su peor enemigo. En
ese momento, parecía su único aliado.
Algo ridículo, considerando que no
sabía nada de él.
Agustín se mantuvo en silencio
mientras caminaban, con las manos metidas en los bolsillos delanteros de los
vaqueros y los ojos clavados en el suelo, por delante. Y mientras iban hacia su
coche, recordó lo que había dicho antes: «El hermano de Mariana»... Benjamín le
había contado que era hija única. Que sus padres murieron hacía años. Ella lo
creyó. Creyó muchas cosas que en ese momento podrían demostrarse falsas. ¿Sobre
qué más le habría mentido?
Desterró esa pregunta. Se dijo que
ya se ocuparía de eso más tarde. En ese preciso instante tenía que concentrarse
en el presente o acabaría llorando a mares.
Cuando se detuvieron junto a su
Ford Explorer se volvió hacia Agustín y lo miró a los ojos. Unos ojos cafés, se
percató en ese momento, que resultaban perturbadoramente familiares.
—¿Puedo hacerle una pregunta
personal?
—Claro.
Seguramente debería dejarlo
correr, pero tenía curiosidad.
—Parece un tipo muy agradable.
Muchísimo, sobre todo teniendo en cuenta lo que debe de estar sintiendo ahora
mismo. Así que me cuesta saber quién es en realidad: ¿el capullo pomposo que me
dejó esa nota esta mañana o el cuñado comprensivo de esta tarde?
Él se echó a reír y se miró los
pies.
—¿Qué pasa?
—Nada. Pero mi hermana habría
preguntado algo así.
—Ah. —El significado implícito de
esas palabras quedó flotando entre ellos. Él creía que era su hermana. Podía
verlo en sus ojos. ¿Quería que fuera verdad? El pánico le atenazó el pecho. No
sabía lo que quería. Y empezaba a cuestionarse si ir a ese lugar había sido una
buena idea. Por Dios, ¿por qué no había esperado como Cande le dijo que
hiciera?
Se pasó una mano por el pelo. Se
quedaron en silencio varios segundos, hasta que la curiosidad pudo con ella.
—Bueno, ¿cuál es la respuesta?
—Supongo que tengo un poco de las
dos cosas.
—Entiendo. —Aunque no lo entendía.
No en realidad. No entendía nada. Dudaba mucho de que alguna vez lo hiciera. Y
eso hizo que se sintiera más perdida que cualquier otra cosa. Inspiró hondo,
aunque no consiguió mitigar el dolor que sentía en el pecho, y miró hacia la
casa—. Me parece que no le caigo muy bien.
—Peter ha sufrido mucho. Debe
comprender que la muerte de Mariana lo cambió. Compartían algo especial, algo
que la mayoría de la gente no encuentra aunque se pase toda la vida buscándolo.
—Me cuesta creerlo. He leído mucho
sobre él y nada de lo que he visto me lleva a pensar que es una persona
cariñosa.
—No crea todo lo que lee. —Algo en
su tono de voz le indicó que debía ser muy cuidadosa a la hora de elegir sus
palabras. Sin embargo, su voz se suavizó al añadir—: Verla hoy... En fin, es
algo con lo que lleva años soñando. Pero creo jamás había esperado que Mariana
no lo recordara. Es como perderla de nuevo.
—No soy Mariana —repuso en voz
baja.
—No. Todavía no. Al menos, no
hasta que lo sepamos con seguridad.
Y allí estaba. Una vez dicho en
voz alta no sabía qué pensar. Qué sentir. Ni qué hacer, por cierto.
—Él cree que lo soy.
—La conocía muy bien. Llevaban
juntos diez años.
El sentimiento de culpa aumentó
todavía más el nudo que tenía en el pecho.
—No he venido para hacerle daño a
nadie. Espero que lo sepa. Solo necesito respuestas. No sabe lo que es ir por
la vida sin saber quién eres en realidad. Una persona sin pasado es... Bueno,
es una anomalía —terminó, moviendo la cabeza.
—Y también debe de ser aterrador,
no me cabe duda.
—Sí, mucho —murmuró mientras él la
miraba a los ojos. Y aunque luchó contra la sensación, no pudo negar el déjà-vu
que experimentó al mirarlo—. Solo busco respuestas, sean las que sean.
—Lo entiendo.
No replicó, le daba demasiado
miedo lo que podría decir si lo intentaba. El corazón le latía con fuerza. Si
de verdad era su hermano, lo recordaría, ¿no? Sin embargo, no recordaba nada.
No tuvo recuerdos repentinos, no vio nada en su cabeza, no sintió nada salvo
esa sensación de... familiaridad.
Cuando se dio cuenta de que lo
estaba mirando fijamente, apartó la vista.
—Tengo que irme. Yo... llamaré a
su despacho cuando tenga los detalles para las pruebas.
—Vale.
—Vale. —Sus pies parecían no querer moverse. Sin embargo, los obligó. Por su cordura tanto como por la de él—. Vale —repitió con voz temblorosa mientras subía al coche.
—Vale. —Sus pies parecían no querer moverse. Sin embargo, los obligó. Por su cordura tanto como por la de él—. Vale —repitió con voz temblorosa mientras subía al coche.
Continuará... +15 :/
Subiiiii otroooooo plissssss
ResponderEliminarMaaaaas porfa
ResponderEliminarMe intriga mucho saber q hay detrás del hecho q benjamin la haya hecho pasar por muerta, amor? M.... Dudo mucho algo mucho mas q eso seguro.
ResponderEliminar++++++++++++++
ResponderEliminarSubí otro!!!
ResponderEliminarMaaaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminar++++++++++
ResponderEliminar+++++++++++++++++++++++
ResponderEliminarMas novee 😊
ResponderEliminarNo no no no quiero que luz este enojada con ella no se vale aunque la entiendo pero iguaaal no :+(((
ResponderEliminarMaaas mas mas mas mas
ResponderEliminarOjala que esto se solucione!!!
ResponderEliminarCuantos capitulos tiene exactamente la novela?????
ResponderEliminarQue se haga la prueba de ADN rapidoooo!!!
ResponderEliminarhaypobre de luz ella solo quiere un papa no quiere que se pierda :( pero bueno va a tener un hermanitoo
ResponderEliminarMaaas mas mas mas
ResponderEliminarEnormes ganas d k salgan los resultados d las pruebas,siiii,jajjajajaja,ansiosa ,ya k aún, ni los han hecho.
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