Lali se
equivocó al suponer que tendría que evitar la mirada curiosa de Cande. Cuando
salió a la sala de estar de la suite, Agustín estaba apoyado en la barra del
bar, solo. Su hermano levantó la cabeza al verla, echando chispas por los ojos,
algo que nunca había visto antes.
—¿Qué mierda ha pasado?
Genial. Eso era justo lo que necesitaba en ese
momento. Menos mal que los abogados se habían largado y que sus padres no
estaban por ninguna parte.
Lali levantó las manos para evitar que entrara
en el dormitorio.
—Agustín, déjalo estar. Ya he tenido que lidiar
con un hombre furioso, no puedo enfrentarme a otro.
—Se está comportando como un idiota, ¿verdad?
Oímos la conferencia de prensa de camino al hotel, pero eso no le da derecho a
tratarte de esta manera.
—Puedo arreglármelas con Peter. Yo también
tengo carácter. ¿Dónde están tus... mis... nuestros padres?
—Cande se los llevó a la otra habitación para
que no tuvieran que escuchar la Tercera Guerra Mundial.
Lali cerró los ojos. Genial. Sencillamente
genial. La primera impresión que se llevarían de ella sería gritándole a su
marido.
—Has estado estupenda —dijo él en voz baja—. En
parte, por eso se ha cabreado tanto Peter. Tenías a los periodistas en la palma
de la mano.
Contuvo una carcajada amarga.
—¿En serio? Pues no es lo que Peter me ha dado
a entender.
La puerta se abrió a su espalda y sintió la
presencia de Peter en la habitación.
Agustín lo fulminó con la mirada.
—¿Se te ha pasado el berrinche?
—Déjame en paz.
Agustín dio un paso hacia él.
—Antes te daré una paliza. Te estás comportando
como un idiota importante y lo sabes.
—¿Quieres darme un puñetazo? —masculló Peter al
tiempo que extendía los brazos en señal de invitación—. Vamos, no eres el
primer Espósito que quiere hacerlo hoy.
Lali se interpuso entre los dos.
—Ya está bien. Si creen que un combate de boxeo
va a arreglar la situación, son tontos. ¿Qué les pasa a los hombres que creen
que se sentirán mejor con unos cuantos puñetazos?
Peter la miró y, de repente, se puso blanco.
—Estás sangrando.
—¿Qué? —Lali se llevó una mano a los labios—.
Maldición, solo me sangra la nariz. —Echó la cabeza hacia atrás y aceptó los
pañuelos de papel que le dio Agustín para presionarse la nariz.
La puerta que había al otro lado de la
habitación se abrió. Peter la cogió de la mano y tiró de ella hacia el
dormitorio.
—Ven para que te limpie antes de que te vean. Agustín,
entretenlos... ¿quieres?
Agustín frunció el ceño, pero asintió con la
cabeza y fue hacia la puerta.
Peter sentó a Lali en la encimera de mármol que
había en el cuarto de baño del dormitorio principal. Le dio pañuelos limpios
mientras ella se pellizcaba el puente de la nariz para detener la hemorragia.
—No pongas esa cara —intentó bromear ella—. No
es nada del otro mundo. Me pasa muy a menudo.
—¿En serio? —Peter cogió los pañuelos
ensangrentados, hizo una mueca y le dio más.
—Sí, normalmente cuando estoy estresada. Y creo
que este día se podría clasificar de estresante.
Peter apoyó las manos en la encimera, una a
cada lado de sus muslos.
—Lo siento. Me he pasado de la raya al gritarte
antes. No estoy enfadado contigo. Solo estoy frustrado por toda la situación. Y
que la prensa se nos lance al cuello... Me cabrea. No debería haberme
desahogado contigo.
Lali lo miró por encima del montón de pañuelos
de papel que tenía presionados contra la cara.
—¿Hablabas en serio cuando has dicho que todo
es culpa mía?
—No. Por si no te has dado cuenta todavía,
tengo bastante genio.
—¿Siempre has sido así?
Él le quitó los pañuelos y le examinó la nariz.
—No. Sé que no te lo vas a creer, pero era
bastante tranquilo cuando nos casamos. No soy la misma persona de antes.
Lali le rozó los dedos cuando él levantó una
toalla con la que limpiarle la sangre del labio.
—Yo tampoco lo soy, Peter.
Él se quedó quieto y la miró a los ojos, unos
ojos que parecían ver una parte de ella que nadie más podía alcanzar. Tuvo la
sensación de que se abría un agujero bajo sus pies, sintió que el corazón se le
aceleraba, que la piel le ardía con la enloquecedora necesidad de que la
tocara, de que solo la tocara él.
A esa distancia, podía entender por qué las
mujeres se sentían atraídas por él. Por fuera era duro y rudo, de aspecto
inalcanzable. Pero bajo esa fachada había algo dulce y tierno que pugnaba por
salir a la superficie. Seguramente, más de una mujer había intentado romper el
hielo exterior para liberar al hombre apasionado. ¿Era posible?
Cuando la tocaba y recordaba sus besos y las
caricias casi frenéticas de sus manos, casi se convencía de que era posible.
Pero cada vez que sus ojos cambiaban y la miraba con la expresión fría por la
que era tan famoso, ya no estaba tan segura. Si había ternura en el interior de
Peter Lanzani, estaba muy bien escondida. Y no estaba segura de que alguien,
mucho menos ella, pudiera encontrarla algún día.
Rompió la conexión que sabía que él estaba
sintiendo y apartó la mirada.
Peter le pasó la toalla por última vez sobre la
piel.
—Creo que ya estás mejor.
Hizo ademán de alejarse de él, pero Peter le
atrapó la barbilla y le levantó la cara para que la mirase, deteniéndola.
—Siento lo que te he dicho, pero no me
arrepiento de lo que sucedió después. Llevo dos semanas muriéndome por tocarte.
No ha sido ni el mejor sitio ni el mejor momento, algo que lamento, pero no
siento todo lo demás.
La determinación brillaba en sus ojos. Y tras
eso, un atisbo de dulzura, de la ternura que ella sabía que existía.
—La próxima vez —siguió— no nos interrumpirán.
—¿Estás seguro de que habrá una próxima vez?
En sus labios apareció una sonrisa burlona. Una
sonrisa sensual e hipnótica. Por Dios, qué guapo era. Demasiado guapo. Iba
lista si alguna vez le regalaba el efecto total de su sonrisa.
—Totalmente.
Se bajó de la encimera. Tenía que
tranquilizarse. No pensaba dejar que él la manipulase.
—No soy una de tus muñequitas descerebradas, Peter.
A pesar de lo que acaba de pasar, ese no es mi estilo.
Peter la pegó a él antes de que pudiera
alejarse. La rapidez del movimiento la tomó por sorpresa, de modo que se
encontró pegada a su cuerpo, desde las rodillas hasta el pecho, notando cada
músculo y cada plano de Peter. Le colocó las manos en los bíceps, pero cuando
sus labios le rozaron la sien, se quedó quieta y dejó de intentar alejarse.
—Las muñequitas descerebradas no me interesan.
Fue un momento tan tierno, tan impropio de él,
que Lali no supo cómo reaccionar. Titubeó mientras intentaba resistirse a la
atracción. Perdió la batalla cuando el corazón le dio un vuelco.
Peter no intentó besarla, no hizo ademán
alguno, se limitó a abrazarla con fuerza mientras le frotaba la espalda como si
lo necesitara. Como si necesitara el contacto, la conexión. Como si la
necesitara a ella.
¡Ay, Dios! Esa tierna caricia causó más daño
que sus palabras en el dormitorio.
Cerró los ojos con fuerza mientras luchaba
contra el deseo que crecía en su interior una vez más. La piel le ardía por el
aliento de Peter. El deseo le formaba un nudo en las entrañas. El anhelo y la
necesidad corrían por sus venas de tal manera que ya no distinguía una cosa de
la otra.
—¿Vas a contarme lo de la excursión a la que
vas con Cande esta noche? —le preguntó él contra el pelo.
—¿Quién te lo ha dicho?
—Agustín.
Lali frunció los labios al tiempo que se zafaba
de sus brazos, agradecida porque él hubiera cambiado de tema y ella hubiera
podido alejarse antes de cometer una tontería. Como tirarlo al suelo y
devorarlo.
—Qué raro.
—¿Por qué no me lo dijiste?
—Peter, no puede decirse que hayamos estado muy
comunicativos.
—Pues ahora sí. ¿De verdad es importante para
ti?
—¿No quieres saber qué pasó?
—Sí, claro que quiero. Pero no me interesa si
nos va a crear más complicaciones de las que ya tenemos.
Suspiró al escucharlo.
—Tengo que saberlo. He perdido cinco años de
una vida que no sabía que tenía. Alguien ahí fuera sabe algo.
—Bien —repuso él tras varios segundos—. Te
acompaño.
—No necesito que me lleves de la manita.
La irritación brilló en los ojos de Peter.
—Esto también cambió mi vida. Te acompaño.
No iba a tomar el control. No se lo permitiría.
Pero si quería acompañarla, tampoco se lo impediría. Además, tenía razón. Él se
merecía respuestas tanto como ella. Asintió con la cabeza.
—Bueno.
El alivio se reflejó en la cara de Peter. Un
alivio que la sorprendió. ¿Creía que se opondría? Sus cambios de humor le
resultaban desconcertantes.
—Ahora que ya hemos aclarado el tema, ¿por qué
no vamos a ver a tus padres?
Ella miró la puerta. Dio un respingo al darse
cuenta de lo que la esperaba. La prensa era una cosa. ¿Sus padres? Se llevó una
mano al estómago en un intento por detener las náuseas.
—Ahora mismo creo que prefiero cortarme las
venas.
Peter le cogió la mano, se llevó su muñeca a
los labios y le dio un tierno beso, justo sobre la vena.
—¿Y dejar cicatrices en estas muñecas
perfectas? Jamás.
Ese sensual beso le puso los nervios a flor de
piel otra vez. Y la conexión que sintió antes cobró vida de repente.
—Vamos.
Cuando él le dio un tirón de la mano, ella
titubeó.
—Creía... creía que no querías involucrarte en
esto.
—¿Cuándo he dicho eso?
—Ayer, en casa de Agustín.
—Creo que han pasado muchas cosas entre ayer y
hoy, ¿no te parece?
Su mirada estaba cargada de emociones. Unas
emociones para las que no estaba segura de sentirse preparada. Peter la
confundía. La frustraba. La enfurecía. Y después, en un abrir y cerrar de ojos,
la obnubilaba.
Era un complicado rompecabezas que parecía no
tener solución, y justo cuando creía haberlo calado, él se transformaba en algo
que no se esperaba ni por asomo. No sabía si alguna vez podría seguirle el
ritmo.
La asustaba. La irritaba.
Y también la hechizaba.
Como no tenía alternativa, lo siguió a la sala
de estar para encontrarse, cara a cara, con sus padres.
Continuará... +15 :/
Desconcertante.
ResponderEliminarPeter la está comprendiendo d a poco ,x eso se muestra frío y al segundo cariñoso
ResponderEliminarMejor k lo afronten todo juntos ,xk a los dos les interesa.
ResponderEliminarLa comunicación se hizo más extensa entre ellos
ResponderEliminarQuiero maaaas!!!!!
ResponderEliminarMe dejaron sola!!!!!
ResponderEliminarQuiero saber la reacción d sus padres!!!.
ResponderEliminarEspero k la apoyen en todo
Espero k los padres tengan algún dato ,k los ayude en la investigación.
ResponderEliminarSolita totalmente.
ResponderEliminarDanii sube uno más!!!!
Las 8:30 d la mañana ,no llego a los 15.
ResponderEliminarMe ganó el sueño.
Besos.
En este capitulo Peter esta menos idiota, me agrada:)
ResponderEliminarEste Peter q apareció ahora es el esperábamos tierno hasta comprensivo:D
ResponderEliminarMaaaas!!!!
ResponderEliminarParece que se van dulcificando las cosas. Sube mas!!
ResponderEliminarI need moooore!!!
ResponderEliminar+++++++
ResponderEliminarParece que peter la va a tratar mejor
ResponderEliminarMassssssss
ResponderEliminarme encantooooooo!!! massssssss
ResponderEliminarMaaaasssss
ResponderEliminarame estos capítulosmás más más
ResponderEliminarmassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarme perece perfecto que se vayan entendiendo
Se pone buena, me encanta todo se va encaminando a descubrir la verdad
ResponderEliminarMasss
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