- Espera…
Lali cerró los ojos, mientras la palabra tiraba
suavemente de su alma encogida. Su voz… sólo que más profunda y rica ahora, la
voz de un hombre, no de un muchacho. Le costaba toda su fuerza sólo el seguir
respirando. Estaba paralizada por algo que sentía como temor, una especie de
calor incapacitante que era bombeado en su interior con cada frenético latido
de su corazón.
El sonido de su voz parecía abrir senderos de
sentimientos en su interior.
-Peter: Si vas a tirar eso al río, quiero que me lo
devuelvas.
Cuando Lali intentó aflojar su garra sobre el pañuelo, se
le cayó por completo de sus dedos rígidos. Lentamente, se obligó a girarse para
mirarlo mientras se aproximaba. El hombre de cabello castaño que había visto en
el patio sí era Lanzani. Estaba incluso más grande y más imponente de lo que
había parecido en la distancia. Sus rasgos eran fuertes, su arrogante nariz se
situaba con perfecta simetría entre los distintos planos de sus pómulos, esos
espléndidos ojos, el claro resplandor verde sombreado por gruesas pestañas
negras. No había nadie más en el mundo que tuviera unos ojos como esos.
-Lali: Lanzani -dijo roncamente, buscando cualquier
parecido que pudiera tener con el desgarbado muchacho herido de amor que había
conocido. No había ninguno. Lanzani era ahora un desconocido, un hombre sin
ninguna traza de puerilidad juvenil. Era esbelto y elegante con ropas bien cortadas,
su brillante pelo castaño cortado a cortas capas que doblegaban su tendencia
inherente a rizarse.
-Peter: No esperaba encontrarte aquí -murmuró, su mirada
sin dejar nunca la suya- Quería echar una ojeada al río, ha pasado tanto tiempo
desde que lo he visto- Su acento era raro, suave y elaborado, con vocales extra
añadidas en sitios donde no eran necesarias.
-Lali: Suenas como un americano -susurró, deseando que su
tensa garganta se relajara.
-Peter: He vivido en Nueva York una larga temporada.
-Lali: Desapareciste sin decir una palabra a nadie. Yo…
-ella se paró, apenas capaz de respirar- me preocupé por ti.
-Peter: ¿De veras? -Lanzani sonrió débilmente, aunque su
expresión era fría- Tuve que dejar Bristol bastante repentinamente. El
constructor naval del que era aprendiz, el señor Ilbery, se volvió un poco duro
de mano en su disciplina. Después de una paliza que me dejó con unas pocas
costillas rotas y un cráneo fracturado, decidí partir y hacer un nuevo comienzo
en algún otro lugar.
-Lali: Lo siento -susurró, palideciendo. Reprimiendo una
oleada de náuseas, se forzó a sí misma a preguntarle- ¿Cómo pudiste permitirte
el pasaje a América? Debe haber sido caro.
-Peter: Cinco libras. Más de la paga de un año -Un toque
de ironía afiló su voz, revelando que esa suma, tan desesperadamente necesitada
entonces, no significaba nada para él ahora- Escribí a la señora Julia, y ella
me lo envió de sus ahorros.
Lali inclino la cabeza, su boca temblando cuando recordó
el día en que llegó su carta… el día en que su mundo se había roto y ella había
cambiado para siempre.
-Peter: ¿Cómo está ella? -oyó preguntar- ¿Trabaja todavía
aquí?
-Lali: Oh, sí. Todavía está aquí, y bastante bien.
-Peter: Bien.
Lanzani se estiró y recogió cuidadosamente el pañuelo
descartado de la tierra, pareciendo no notar el modo en que Lali se puso rígida
ante su proximidad. Enderezándose, volvió a su asiento en la roca cercana, y la
estudió.
-Peter: Sos hermosa… -dijo desapasionadamente, como si
admirara una pintura o un paisaje espectacular- Incluso más de lo que
recordaba. Veo que no llevas ningún anillo.
Sus dedos se curvaron entre los sueltos pliegues de sus
faldas.
-Lali: No. No me he casado nunca -Eso provocó una extraña
mirada de él. Una ensimismada oscuridad se filtró por el vívido verde de sus
ojos, como un cielo de verano llenándose de humo.
-Peter: ¿Por qué no?- Ella intentó ocultar su agitación
con una súbita sonrisa calmada.
-Lali: Supongo que no era mi destino. ¿Y tú? ¿Te has…?
-Peter: No -Esas palabras no deberían haber llevado la
presión de un rápido latido a la base de su garganta, pero lo hicieron.
-Peter: ¿Y Cande? -preguntó suavemente- ¿Qué ha sido de
ella?
-Lali: Soltera también. Vive aquí con Gastón y conmigo, y
bueno, probablemente la veas muy poco.
-Peter: ¿Por qué? –Lali buscó palabras que pudieran
explicar la situación de su hermana de un modo que no hiciera que la juzgara
severamente.
-Lali: Cande no hace vida social a menudo, ni elige el
mezclarse con los huéspedes aquí. Hubo un escándalo hace dos años. Cande estaba
prometida a Victorio, un joven de quien estaba muy enamorada. Antes de que se
pudieran casar, se mató en un accidente de caza -Hizo una pausa para dar un
manotazo a un escarabajo que había aterrizado en su falda.
La expresión de Lanzani era impasible.
-Peter: ¿Qué escándalo hay en eso?
-Lali: Poco después de eso, Cande tuvo un aborto, por lo
que todo el mundo supo que Victorio y ella habían… -se paró impotente- Cande
cometió el error de confiar sus congojas a una de sus amigas, que no pudo
guardarle el secreto para salvarle la vida. Aunque Gastón y yo intentamos reprimir
las murmuraciones, pronto todo el condado estuvo cuchicheando, y se extendió a
Londres… En mi opinión, Cande no hizo nada malo. Ella y Victorio estaban
enamorados, y se iban a casar. Pero por supuesto estaban aquellos que intentaban
hacerla una paria, y Cande rehúsa salir del luto. Mi madre está mortificada por
la situación, y ha pasado la mayoría de su tiempo en el extranjero desde
entonces. Y me alegro de que mi padre ya no esté vivo, ya que hubiera condenado
sin dudarlo a Cande por sus acciones.
-Peter: ¿No lo hace tu hermano?
-Lali: No. Gastón no es como nuestro padre. Él es honorable
y también muy compasivo, y bastante librepensador.
-Peter: Un Espósito abierto de mente -caviló, pareciendo
encontrar que la frase era contradictoria. El brillo de humor de sus ojos de
alguna forma la alivió, la apaciguó, y fue finalmente capaz de hacer una
respiración a fondo.
-Lali: Tú también estarás de acuerdo, cuando conozcas a Gastón
mejor.
Estaba claro que el abismo entre ellos era ahora incluso
mayor de lo que lo había sido en su juventud. Sus palabras eran, como siempre,
tan ampliamente distintas que no había posibilidad de intimidad entre ellos.
Ahora podían interactuar como educados extraños, sin peligro de romperse el
corazón. El antiguo Lanzani ya no existía más, al igual que se había ido la
muchacha que Lali había sido. Miró la tierra alfombrada de musgo, el letárgico
flujo del río, el desleído azul del cielo, antes de que fuera capaz finalmente
de encontrarse con su mirada. Y estaba desesperadamente agradecida por el
sentimiento de irrealidad que le permitía encararlo sin desvanecerse.
-Lali: Será mejor que vuelva a la casa -dijo,
levantándose de la roca- Tengo muchas responsabilidades.
Lanzani se puso en pie inmediatamente, la silueta de su
cuerpo oscura y airosa contra el fluir del río detrás de él. Lali se forzó a sí
misma a romper el silencio torturante.
-Lali: Debes contarme cómo has llegado a trabajar para un
hombre como el señor Martínez.
-Peter: Es una larga historia.
-Lali: Estoy deseando oírla. ¿Qué le ocurrió al muchacho
al que ni siquiera le importaba si era hecho primer lacayo?
-Peter: Tuvo hambre.
Lali lo miró con una mezcla de espanto y fascinación,
sintiendo la complejidad que había bajo la sencilla frase. Quería saber cada
detalle, comprender lo que le había ocurrido a Lanzani, y descubrir las facetas
del hombre en que se había convertido. Lanzani parecía incapaz de quitarle la
mirada de encima. Fue hacia ella con cautela indebida, como si su cercanía
representara algún tipo de amenaza para él. Cuando se paró a una distancia de
un pie de ella, un calor paralizante afluyó de nuevo en ella. Inhaló
rápidamente, sintiendo el aire rico y pesado en sus pulmones.
-Peter: ¿Tomas mi brazo? -le pidió. Era una trivialidad
cortés que cualquier caballero le habría ofrecido, pero Lali dudó antes de
tocarle. Sus dedos revolotearon sobre su manga como las alas de una polilla.
-Lali: Gracias. -se mordió el labio y tomó su brazo, su
mano amoldándose a la línea de pesados músculos que yacían bajo las suaves
capas de paño y lino. La realidad de tocarle, después de años de anhelo
desesperado, la hizo tambalearse ligeramente, y apretó su agarre cuando buscó
estabilizarse. El ritmo de la respiración de Lanzani se rompió abruptamente,
como si algo le hubiera agarrado por la garganta. Sin embargo, recuperó
rápidamente su compostura mientras la escoltaba subiendo la suave pendiente
hacia la casa. Sintiendo el enorme poder de su cuerpo, Lali se preguntó qué
habría hecho para adquirir tal fuerza física.
-Peter: Trabajé como barquero, llevando en barca a
pasajeros entre Staten Island y la ciudad -dijo, pareciendo leer sus
pensamientos- Veinticinco centavos ida y vuelta. Así es como conocí a Pablo.
-Lali: ¿Era uno de tus pasajeros? -preguntó. Ante su
asentimiento, le lanzó una mirada curiosa- ¿Cómo se transformó un encuentro
casual en una asociación de negocios?- Su expresión se hizo precavida
-Peter: Una cosa llevó a la otra- Ella consiguió sonreír
ante su evasiva.
-Lali: Veo que tendré que usar todas mis artes para que
muestres tu lado locuaz.
-Peter: No tengo lado locuaz.
-Lali: Ser entretenido es una responsabilidad del huésped
-le informó ella.
-Peter: Oh, te entretendré -murmuró- es sólo que no
hablaré mientras lo hago -Como debía haber sido su propósito, el comentario
desarmó su compostura. Ruborizándose, Lali dio una risa lastimera.
-Lali: No has perdido tu maña en hacer comentarios
escandalosos, por lo que veo. Recuerda que estás en compañía de una protegida
dama inglesa -Él no la miró cuando replicó.
-Peter: Sí, me acuerdo -Se aproximaron a la parte de los
solteros, una pequeña residencia puesta aparte de la casa principal y reservada
para el uso de los huéspedes que desearan más privacidad de la que permitía la
mansión. Gastón le había dicho a Lali que el señor Martínez había pedido
específicamente que el sólo estaría en el pabellón de solteros, aunque tuviera
que ser acomodado con tres huéspedes más. Pese a que todavía no se veía señal
del señor Martínez, Lali vio un par de criados entrando en el lugar con baúles
y equipaje.
Lanzani se detuvo, sus vívidos ojos atrapando la luz del
sol cuando miró hacia la pequeña casa.
-Peter: ¿Te importa si nos separamos aquí? Iré pronto a
la mansión, pero primero quiero echar una ojeada por aquí.
-Lali: Claro, por supuesto -suponía que debía resultarle
abrumador regresar a Stony Cross, con recuerdos escondidos en cada esquina y
sendero- Lanzani -dijo insegura- ¿fue una coincidencia que el señor Martínez
decidiera aceptar la invitación de una visita de mi hermano, o arreglaste
deliberadamente las cosas para poder regresar?
Lanzani se giró para hacerle frente, sus hombros
pendiendo amenazadores sobre los suyos.
-Peter: ¿Qué razón tendría yo para regresar?
Lali buscó su mirada indescifrable. Y entonces entendió
lo que él escondía tan cuidadosamente, lo que nadie podría ver a menos que lo
hubiera amado alguna vez. Odio. Había regresado por venganza, y no se iría
hasta que la hubiera castigado de miles de maneras por lo que ella le había
hecho. “Oh, Lanzani” pensó ella ciegamente, sintiendo una curiosa simpatía por
él incluso mientras sus instintos le gritaban que se alejara del peligro
inminente “¿Todavía te duele tanto?” Apartó su mirada, juntando sus cejas
mientras reflexionaba sobre qué poco le costaría a él aniquilarla.
Haciéndose levantar la mirada a su oscuro rostro, habló
con gran precaución:
-Lali: Cuánto has conseguido, Lanzani. Pareces haber
tenido éxito con todo lo que has querido. Incluso más -Girándose, lo dejó con
pasos medidos, llamando a todo el autocontrol que le quedaba para evitar salir
corriendo.
-Peter: No todo -dijo en voz baja, su mirada
persiguiéndola cuidadosamente hasta que desapareció.
Lanzani vagó por el pabellón de solteros, sin prestar
atención a los criados mientras colocaban las pertenencias de Pablo.
Lanzani sabía exactamente por qué necesitaba Pablo la
intimidad del pabellón de solteros. Siempre un caballero, Pablo evitaba
escrupulosamente hacer escenas o aparecer fuera de control. Lanzani nunca lo
había visto borracho en realidad. Pablo sólo se encerraría a solas en una
habitación con una o dos botellas, y reaparecería dos o tres días después,
pálido e inestable, pero perspicaz y perfectamente acicalado. Esos episodios no
parecían ser provocados por nada en particular, era simplemente su modo de
vida. Sus hermanos le habían comunicado en secreto que los rituales de bebida
habían comenzado no mucho tiempo después de que Lanzani y él se habían
conocido, cuando su hermano mayor había muerto por su corazón débil.
Lanzani vio como el ayuda de cámara de Pablo sacaba una
caja japonesa de puros de un aparador con multitud de cajones y casilleros.
Aunque Lanzani rara vez fumaba, y nunca a esa hora del día, tomó la caja.
Extrajo un puro, sus hojas aceitosas y opulentamente ásperas. Inmediatamente,
el bien entrenado ayuda de cámara generó un diminuto par de perversamente
afiladas tijeras, y Lanzani las recibió con un cabeceo de agradecimiento. Cortó
el extremo del puro, esperó a que el ayuda de cámara encendiera el extremo, y
tiró rítmicamente de él hasta que produjo una opresiva corriente de humo
tranquilizante. Desapasionadamente observó el temblor de sus propios dedos.
El shock de ver de nuevo a Lali había sido mayor de lo
que había anticipado.
Detectando la evidencia de sus nervios destrozados, el
ayuda de cámara le disparó una mirada valorativa- ¿Puedo traerle algo más,
señor?- Lanzani sacudió la cabeza.
-Peter: Si viene el señor Martínez, dile que estoy en el
balcón de la parte de atrás.
- Sí, señor.
Como la mansión principal, los alojamientos de solteros
estaban dispuestos cerca de un farallón que dominaba el río. La tierra estaba
excesivamente arbolada con pinos, los sonidos del fluir del agua subyacentes al
trinar de los nidos de currucas de los sauces. Arrojando su chaqueta, Lanzani
se sentó en una de las sillas del balcón cubierto y fumó negligentemente hasta
que recuperó una apariencia de autocontrol. Apenas notó cuando el ayuda de
cámara le trajo un plato de cristal para los pegotes de ceniza de su puro. Su
mente estaba completamente ocupada por la imagen de Lali en el río, la
abundante masa de su cabello recogida en lo alto, las exquisitas líneas de su
cuerpo y su garganta.
El tiempo sólo había hecho más elocuente la belleza de
Lali. Su cuerpo era maduro y plenamente desarrollado, con la forma de una mujer
en pleno florecimiento. Con la madurez, su rostro se había vuelto más
delicadamente esculpido, la nariz más delgada, los labios se habían decolorado
de profundo rosa al pálido matiz de rosa que se encuentra en el interior de una
concha. La visión de Lali había provocado que un retazo de humanidad se
removiera dentro de Lanzani, recordándole que una vez había tenido la habilidad
de experimentar dicha, una habilidad que se había desvanecido hace mucho
tiempo. Le había llevado años alterar el obstinado curso de su destino, y había
sacrificado la mayor parte de su alma para hacerlo.
Apagando su puro medio acabado, se inclino hacia delante
con los antebrazos apoyados sobre los muslos. Mientras miraba un espino cercano
en pleno florecimiento, se preguntó por qué había permanecido soltera Lali.
Quizás era como su padre, de naturaleza esencialmente fría, siendo reemplazadas
con el tiempo las pasiones de su juventud por el auto interés. Fuera cual fuera
la razón, no importaba. Iba a seducir a Lali. Su único pesar era que el antiguo
Lord Westcliff no estuviera por los alrededores para descubrir que Lanzani
había tomado su placer entre los muslos blancos como la nieve de su hija.
La atención de Lanzani fue abruptamente capturada por el
crujir del pavimento y el líquido tintineo de cubos de hielo en un vaso.
Recostándose en la silla, levantó la mirada cuando Pablo cruzó el emparrillado
de la galería cubierta.
Girándose para encarar a Lanzani, Pablo se medio sentó en
la barandilla y colgó flojamente el brazo libre de una columna. Lanzani le miró
fijamente. La suya era una compleja amistad, que los extraños suponían basada
únicamente en un deseo compartido de ganancias financieras. Aunque esa era una
innegable faceta de su relación, no era en absoluto su única razón. Como la
mayoría de las amistades sólidas, y fervientemente ambicioso, mientras que Pablo
era cultivado, refinado y complaciente. Lanzani hacía ya mucho que reconocía
que no podía permitirse los escrúpulos. Pablo era un hombre de impecable honor.
Lanzani se había involucrado sombríamente en las batallas diarias de la vida,
mientras que Pablo había elegido permanecer al margen.
-Pablo: Me he encontrado con la señorita Espósito cuando
volvía a la casa. Una hermosa mujer, justo como la describiste. ¿Está casada?
-Peter: No -lo miró malhumorado a través del velo de humo
del aire.
-Pablo: Eso te facilita las cosas, entonces -Los anchos
hombros de Lanzani se crisparon al encogerse de hombros.
-Peter: Ocurriría de un modo u otro.
-Pablo: ¿quieres decir que no dejarías que un asunto
menor como un esposo se interpusiera en el camino de lo que querías? -La
sonrisa de Pablo se amplió en una mueca admirativa- Maldición, eres un despiadado,
Lanzani.
-Peter: Por eso me necesitas como socio.
-Pablo: Cierto. Pero… ¿No crees que estás llevando la venganza
un poco demasiado lejos? No dudo que tendrás éxito con Lali. Pero no creo que
eso te traiga nada de paz.
-Peter: Sólo quiero… -Se detuvo en silencio. Como siempre, estaba preso de un hambre que había comenzado seis años antes, cuando había sido lanzado a una vida que nunca había concebido para sí mismo. En América, el paraíso de los oportunistas, había tenido éxito más allá de sus sueños más salvajes. Pero aún no era suficiente. Nada podía satisfacer a la bestia de su interior.
-Peter: Sólo quiero… -Se detuvo en silencio. Como siempre, estaba preso de un hambre que había comenzado seis años antes, cuando había sido lanzado a una vida que nunca había concebido para sí mismo. En América, el paraíso de los oportunistas, había tenido éxito más allá de sus sueños más salvajes. Pero aún no era suficiente. Nada podía satisfacer a la bestia de su interior.
Los recuerdos de Lali le habían atormentado
perpetuamente. Ciertamente no la amaba, esa ilusión había empalidecido hacía
mucho tiempo. Ya no creía más en el amor, ni quería. Pero tenía que satisfacer
la furiosa necesidad que nunca le permitía olvidarla. Había visto los ojos de
Lali, su boca, la curva de su mentón, en el rostro de miles de extrañas. Cuanto
más fervientemente intentaba ignorar su recuerdo, más persistentemente le
obsesionaba ella.
-Pablo: ¿Y qué ocurrirá si ella resulta herida durante lo
que llamas exorcismo?- preguntó. Su tono no estaba sombreado por ningún tipo de
enjuiciamiento.
-Peter: Quizás quiero herirla -Eso era una subestimación.
Lanzani no pretendía meramente herir a Lali. La iba a hacer sufrir, llorar,
gritar, suplicar. Iba a ponerla de rodillas. Quebrarla. Y era sólo el comienzo…
Pablo lo miró escéptico.
-Pablo: Es una actitud bastante extraña, viniendo de un
hombre que una vez la amó.
-Peter: No fue amor. Fue una mezcla de pasión animal,
juventud y estupidez.
-Pablo: Qué gloriosa pócima -dijo con una sonrisa llena
de recuerdos- No me he sentido de esa forma desde que tenía dieciséis años y me
encapriché con amiga de mi hermana -Se paró, resquebrajándose su sonrisa,
oscureciéndose sus ojos azules - Me voy a tomar otra bebida. ¿Te importa venir
conmigo?
Lanzani sacudió la cabeza.
-Peter: Tengo algunos asuntos que atender.
-Pablo: Sí, claro. Querrás hacer la ronda… no dudo que
algunos de los criados se acordarán de ti -Una sonrisa burlona tocó los labios
de Pablo -Un lugar adorable, Stony Cross. Uno se pregunta cuánto tiempo le
llevará a sus habitantes comprender que han dejado entrar una serpiente en su
paraíso.
Continuará...
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Sé que aún tienen muchas preguntas por lo de la carta y el accidente pero no coman ansias, todo se va a resolver... Lucia: Gastón es uno de mis personajes favoritos en la novela! cuida mucho a sus hermanas y no quiere que nadie las lastime! eso incluye a Peter!... Anónimo: Lali no perdíó su belleza física si es eso a lo que te referís! la cicatriz no está en su cara... conocerán los detalles en los siguientes caps! :) abril como dice el cap 11 el papá de Lali si murió! :D Vivu: Gas, Cande y Julia si participarán mucho en la unión de Lali y Peter! especialmente Gastón! ;) katy ♥ Tranquila! no hay problema sé que leés la nove y te agradezco eso!!
MAÑANA MARATóN!!! :D
quiero mas nove... me encanta esta nove...!!!!
ResponderEliminarEspero q subas pronto...
Besos q estes bien...!!! :)
jaja si ya vi que pusiste que se murio :P
ResponderEliminarcreo que me agrada y creo que entiendo por que no esta casada lali :P mm siento que peter quiere hacer venganza por que cree lo que lali le dijo que jugaba con el pero pienso cuando se de cuenta que no era siento se va a querer morir
Me gusta, me gusta!! Me da entre penita y bronca peter por lo q quiere hacer con lali pero se q en fondo la sigue queriendo!1 Más nove!
ResponderEliminarEra peter volvio con sed de venganza :O!!!!
ResponderEliminarmañana espero la maratón kja sdsnda
me encantaaaaaaaaaaaaa el cap
Estoy ansiosa por el maratón!!!!!!!! AMO TU NOVELA!
ResponderEliminarMe encanto los caps!
ResponderEliminarGracias por subir! POR SUBIR DOS! GENIA!
Ya entiendo mucho mas la nove! Me encanta, esta genial!
Me alegro que Lali se halla dado cuenta de las intenciones de Lanzani, lo que creo es que se va dejar lastimar por él! :S
Besos
@vagomi
Es obvio que Peter la sigue amando porque nadie se venga de una persona que no le interesa, ademas si se la imagina en otras chicas, pues es obvio que aún la quiere.
ResponderEliminarPablo me tiene un poco confundida, nose si es bueno o malo. Creo que es como neutral no le importa lo que Peter haga, ni lo apoya ni le da la espalda...Noseee
quiero ver como se va a quedar peter cuando sepa toda la verdad!
ResponderEliminarPeter está dolido y mucho ...pero la ama de la misma manera q ella aun lo ama.Me gusta mucho la historia!
ResponderEliminarquiero mass
ResponderEliminarMAAAS NOVE!
ResponderEliminarQuiero masssss capi me esta atrapando esta nove como las demás me facina
ResponderEliminarMe gusta mucho esta noveee! Peter vengativo, aun está dolido con todo lo que pasó pero la amaa...
ResponderEliminarmañaana maratón, qué genial!!
Yo creo que a Peter se le van a voltear las cosas, el acabará sufriendo más con la venganza y pues lali a sabiendas que peter se quiere vengar dará rienda suelta a su amor, intentando recuperarlo.
ResponderEliminarMe dejaste intrigada con lo del accidente, dices que lali no tiene nada físico.
Ruthy_lu
Entonces Lali tiene una cicatriz pero no en la cara... mmm... En el cuerpo..Emm.. O quizas no puede tener hijos!
ResponderEliminarFresy07
masss noveeeee!!!
ResponderEliminarUna pregunta, cuantos capítulos tiene?? porque parece que va para largo jajaja
ResponderEliminarMÁS!!
Mas noveelaa.. peter sabe lo del accidenten?
ResponderEliminarhayy me entristece peter
ResponderEliminarmasss noveee
Ojalá qe Peter se de cuenta qe la gigue amando, es obvio qe se va a dar cuenta pero espero qe pase rapido :) jajajjaa me morí cn el comentario qe le hace Peter del entretenimiento a Lali jajajajaja buenisimo el cappppp :).. me encantooo
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