Cande estaba desilusionada. Pablo no había aparecido al
día siguiente. Después del ofrecimiento de la Sra. Julia de hacer discretas
averiguaciones sobre que le había pasado, Cande aprendió que Martínez
simplemente se había encerrado a si mismo en la casa de solteros y había dejado
dicho que no lo molestaran con ningún problema.
-Cande: ¿Está enfermo? -había preguntado, imaginándolo
sólo y afiebrado en su enfermedad -¿Podría querer estar tanto tiempo sólo?
-Julia: Está con la bebida, cualquiera podría adivinarlo -Contestó
con desaprobación -En ese caso, el Sr. Martínez definitivamente querría estar
solo. Hay sólo unas pocas cosas más desagradables que ver a un caballero con
sus copas encima.
-Cande: ¿Qué razón tendría él para hacer una cosa así? -dijo
preocupada -¿Qué le puede haber pasado para aislarse de esa manera? A mí me
pareció que estaba perfectamente bien la tarde pasada -La Sra. Julia esperó
para contestar hasta que las criadas habían tomado los pasteles para llevarlos
a la otra sala.
-Julia: Las borracheras no necesitan nada en particular
para provocarlas -A Cande no le agradó la imagen que se le formo en la cabeza,
de un poco agradable, desaliñado y ridículo hombre que decía desagradables
cosas y que tropezaba con muebles invisibles y que terminaba rubicundo y gordo.
Cande había conocido muy pocos hombres así. De hecho, ella nunca había visto a
Gastón intoxicado, él siempre había mantenido un perfecto auto control.
-Cande: Pablo no puede estar borracho -Dijo en un medio
susurro, la mitad de los sirvientes tenían la oreja parada -Él esta sólo,
bueno… -Parando, arrugó la frente hasta que se pareció a un postigo de una
ventana -Tienes razón, él es un alcohólico -admitió ella -Como quisiera que no
lo fuera! Si sólo algo o alguien lo inspirara a cambiar…
-Julia: Esa clase de hombres nunca cambia -murmuró con
una certeza desmayada.
-Cande: Alguien debería ir para cerciorarse que él está
bien -El ama de llaves le contestó con desaprobación.
-Julia: Si yo fuera tú, dejaría la cosa tal como está -Cande
sabía que la Sra. Julia tenía razón, como siempre. Sin embargo, mientras los
minutos y horas pasaban, y la hora se aproximaba, ella se fue a buscar a Lali.
Por primera vez en el día, Cande se salió de sí misma y
de su obsesión por Pablo Martínez, lo suficiente para preguntarse qué estaba
pasando entre su hermana y Lanzani. Cande los había visto caminando juntos en
la feria, y por supuesto, ella había escuchado sobre la serenata de la
"Rosa de Tralee". Ella había encontrado muy interesante que Lanzani,
que era la personificación de la autocontención, hiciera esa demostración
pública de cuanto le interesaba Lali.
Nadie estuvo muy sorprendido, porque estaba claro que
Lali y Lanzani se pertenecían el uno al otro. Había algo invisible y a la vez
irrefutable que los hacía parecer una pareja. A lo mejor era la manera en que
intercambiaban miradas cuando pensaban que nadie los estaba mirando, miradas de
pregunta y de deseo. O tal vez, la manera en que le cambiaba el tono de voz a
Lanzani cuando hablaba con Lali, era un tono profundo y suave a la vez. No
importaba cuan correcto fuera su comportamiento, cualquiera podía ver que ambos
estaban ahogados el uno con el otro por una fuerza muy potente.
Parecía que querían respirar del mismo aire. La necesidad
por el otro era penosamente obvia.
Cande estaba absolutamente convencida que Lanzani adoraba
a su hermana. A lo mejor eso estaba mal, pero Cande no podía evitar desear que
su hermana encontrara el coraje necesario para contarle la verdad acerca de su
accidente.
Absorbida por sus pensamientos, Cande se las arregló,
para encontrar a Lali en el escritorio privado de Gastón.
Aunque Lali visitaba frecuentemente a Gastón para
discutir asuntos de la casa, Ahora parecía que estaban discutiendo algo de una
índole más personal.
En verdad, parecían estar peleando.
-Lali: No veo por qué tú lo has tomado como un asunto
personal… -le estaba diciendo bruscamente, justo cuando Cande entraba en la
habitación después de haber tocado débilmente a la puerta.
Ninguno de sus hermanos parecía estar contentos con su
interrupción.
-Gas: ¿Qué es lo que quieres? -le gruñó. Imperturbable a
pesar de su rudeza, Cande centró su atención en su hermana.
-Cande: Quiero hablar contigo antes de la cena, Lali. Se
trata… bueno, Te lo diré después -Parando, los miró a los dos con las cejas
levantadas -¿De qué están discutiendo?
-Lali: Dejaré que Gastón te explique -Dijo cortamente. Se
sentó en el borde del largo escritorio, descansando sus manos en la brillante
superficie. Cande miró con desconfianza a Gastón.
-Cande: ¿Qué estaba pasando? ¿Qué has hecho?
-Gas: Lo correcto -Le dijo. Lali le hizo un gesto despreciativo
-Yo solamente le mande unas cartas a unos posibles inversores de Martínez,
todos son conocidos míos, para que sean cautelosos con los fundidores de Martínez.
Yo les informe de que podría haber posibles problemas con el trato que Martínez
y Lanzani les habían propuesto. Les advertí que al querer expandir sus negocios
en las Américas no podía tener garantías de la calidad del producto, podría
haber corrupción en la industria, el servicio podía ser defectuoso, e incluso,
un fraude.
-Lali: Esa es una tontería -lo interrumpió -Tú estás
siendo como el típico inglés que siente miedo en las producciones de gran
escala. Tú no tienes ninguna evidencia que pruebe que hay algún problema en los
fundidores de Martínez.
-Gas: Pero tampoco tengo pruebas que no los haya -Cruzando
los brazos alrededor de su pecho, Gastón las miró desafiante.
-Cande: ¿Por qué estás haciendo esto? -le preguntó.
-Lali: Simple -dijo, antes que Gastón pudiera contestar -Causándole
problemas en el camino del Sr. Martínez, Gastón se está asegurando que él y
Lanzani van a tener que irse a Londres inmediatamente, para lidiar con todo el
malentendido que él está armando -Cande miró a su hermano con una reciente
furia.
-Cande: ¿Cómo pudiste hacer eso?
-Gas: Porque quiero mantener a esos dos bastardos lo más
lejos posible de mis hermanas. Yo actué por tú bien, el de las dos, y algún día
me darán las gracias -Cande miró como loca, alrededor de la habitación, para
encontrar algo que tirarle.
-Cande: Eres igual que papá, dándote tanta importancia,
interfiriendo en cosas que no te incumben!
-Gas: En este preciso momento -le dijo con furia -Martínez
se está ahogando a sí mismo en la bebida de algo o podría ser también que
estuviera cavando su propia tumba en esa oscura habitación. Que mejor carácter
para que te asocies con él, Cande. Que contento estaría Victorio, si supiera lo
que has estado haciendo -Cande empalideció con el sarcasmo. Perturbada por el
dolor y la ira, salió de la habitación, sin molestarse, si quiera, en cerrar la
puerta.
Lali miro a su hermano con los ojos entrecerrados.
-Lali: Eso fue ir demasiado lejos -le advirtió
gentilmente -Que no se te vuelva a olvidar, Gastón, que algunas cosas no pueden
retractarse una vez dichas.
-Gas: Cande haría bien en recordar lo mismo -le replicó -Tu
ya oíste lo que ella me dijo.
-Lali: Sí, que tú eres igual que papá. Pero deberías usar
tu inteligente cerebro en considerar algo, querido ¿cuántas otras maneras
tienes para manejar la situación? Tomaste la más corta y la más eficiente ruta
para anotar tu golpe, sin considerar los sentimientos de los demás. Y si no
fueras como papá… -su voz se fue apagando, y movió su cabeza lanzando un
suspiro -Ahora me voy para buscar a Cande. Dejando a su arrepentido hermano en
el estudio, Lali, se apuró en encontrar a su hermana -Cande, ¿a dónde crees que
vas?
Encontró o Cande parada a mitad del camino hacia el hall,
sus mejillas estaban rojas de rabia.
-Cande: Él no tenía ningún derecho -dijo, temblando por
la violencia de sus sentimientos. Lali le dio su comprensión.
-Lali: Gastón ha sido demasiado arrogante -estuvo de
acuerdo -y obviamente se ha equivocado. Pero las dos debemos tener en mente que
lo ha hecho por amor.
-Cande: No me importan sus motivaciones, eso no cambia
los resultados.
-Lali: ¿Y cuáles son? -Cande le miró con irritación, como
si fuera incorregiblemente obtusa.
-Cande: ¡Que no podré ver a Pablo, por supuesto!
-Lali: Gastón está asumiendo que tu no dejarás Stony
Cross. No has salido fuera del país desde la muerte de Victorio. Pero lo que no
se les ha ocurrido, a ti y a Gastón, es que tú puedes ir a Londres -Lali sonrió
cuando vio la sorpresa dibujada en el rostro de su hermana.
-Cande: Podría, supongo –dijo distraída.
-Lali: ¿Entonces por qué no lo haces? Nadie puede
pararte.
-Cande: Pero Gastón…
-Lali: ¿Qué puede hacer él? ¿Encerrarte en tu cuarto?
¿Atarte a una silla? Anda a Londres si tú quieres, quédate en Marsden Terrace.
Yo manejaré a Gastón.
-Cande: Parece un poco escandaloso, ¿no es cierto?
Persiguiendo al Sr. Martínez…
-Lali: Tú no lo estarás persiguiendo -le aseguró
inmediatamente -Tú irás de compras a la ciudad un largo y cansador viaje,
debería agregar. Necesitas visitar a la modista, todas las ropas que tienes son
tristes o están pasadas de moda. ¿Y quién se desconcertara si tu yendo de
compras, accidentalmente, te encuentras con el Sr. Martínez? -Cande sonrió de repente.
-Cande: ¿Me acompañarás, Lali?
-Lali: No, yo debo quedarme en Stony Cross con nuestros
invitados. Y… se quedó pensativa por un largo momento. Pienso que sería buena
una separación entre Lanzani y yo.
-Cande: ¿Cómo andan las cosas entre ustedes dos? -le
preguntó -En la feria ustedes parecían...
-Lali: Lo pasamos maravillosamente -dijo ligeramente -Nada
pasó y espero que nada vaya a pasar -Ella sintió la punzada de desilusión que
tuvo su hermana. La experiencia de la noche pasada con Lanzani era demasiado
personal sin embargo, ella no estaba preparada para contársela a nadie.
-Cande: Pero no piensas que Lanzani...
-Lali: Mejor que te vayas a hacer planes… -le avisó -Necesitarás
una chaperona. No tengo la menor duda que la tía abuela Clara se quedará en la
terraza contigo, o quizás…
-Cande: Invitaré a la vieja señora Smedley de la aldea. Ella
es de una respetable familia, ella podría disfrutar un viaje a Londres -Lali se
preocupó.
-Lali: Querida, la Sra. Smedley no escucha nada y es
ciega como un murciélago. Es la chaperona menos efectiva que me podría
imaginar.
-Cande: Por eso mismo -dijo con tanta satisfacción que
Lali no pudo evitar reírse.
-Lali: Está bien, entonces, lleva a la Sra. Smedley. Pero
si yo fuera tú, sería lo más discreta posible, hasta que estés absolutamente
acabada.
-Cande: Sí, tienes razón -Con una sospechosa excitación,
Cande se volvió y apuró el paso por el pasillo.
--
Decidiendo que era justo que Lanzani supiera sobre los
planes de su hermano, Lali decidió acercársele después de la cena. Sin embargo,
tuvo la oportunidad de hablar con Lanzani antes de lo que esperaba, la comida
terminó de una precipitada y mala manera. Pablo Martínez estaba sospechosamente
ausente y su hermana Susan parecía estar de muy mal humor.
Viendo que Susan consumía su vino muy libremente, Lali le
dio una mirada al mozo, comunicándole que el vino debería ser mejor racionado.
En pocos minutos, el mozo le había pasado a un subordinado la garrafa del vino,
quién secretamente la había cambiado en la sala de servicio y había vuelto con
otra de peor calidad. El proceso completo no fue notado por ninguno de los
invitados excepto por Lanzani, que regaló a Lali una sonrisa rápida.
Cuando el primer plato de sopa de espárragos con salmón y
salsa de langosta, fue removido, la conversación trataba sobre el tema de los
negocios que serían tratados en Londres. El Sr. Cuyler inocentemente le
preguntó a Gastón su opinión respecto a cómo creía él que las negociaciones
terminarían, Gastón le contestó fríamente:
-Gas: Dudo que este tema pueda ser tratado sin la
presencia del Sr. Martínez, cuando los resultados dependerán fuertemente de su
actuación. A lo mejor deberíamos esperar hasta que no esté indispuesto.
- ¡Indispuesto! -dijo Susan con una risa burlona -¿Está
refiriéndose al hábito de mi hermano, de beber desde el amanecer hasta el
atardecer? Que cabeza de familia tenemos, ¿no es cierto? -Toda la conversación
se paró. Para sus adentros, todos estaban sorprendidos por la hostilidad de
Susan hacia su hermano, Lali trató de aligerar la tensión en la sala.
-Lali: Me parece, Sra. Chamberlain -dijo ella -que su
familia ha prosperado bajo el mando del Sr. Martínez.
- Eso no tiene nada que ver con él -dijo Susan con
desprecio, resistiendo el intento de su marido por callarla -No, diré lo que
tengo que decir ¿Por qué tengo que pagar homenaje a Pablo, por tener la tonta
suerte de ser el segundo en la línea cuando el pobre Frederick murió? -su boca
se torció con amargura -La razón de que Pablo haya prosperado, Lady Lali, es
porque mi hermano ha decidido poner el bienestar de su familia en la merced de
inmigrantes maleducados y tuvo la suerte de tomar unas decisión afortunadas -Ella
empezó a reír -Un borracho y un peón, que distinguido par. Y mi futuro está por
completo en sus manos. Es muy divertido, ¿no le parece?- A su comentario le
siguió un largo momento de silencio. Lanzani harto por la compañía, se paró. Su
mirada se encontró brevemente con la de Lali.
-Peter: Perdóneme -le murmuró -Parece que no tengo hambre
esta tarde -Todos le desearon una placentera tarde, excepto Susan Chamberlain,
quien procedió a enterrar su resentimiento en otro vaso de vino.
Lali sabía que debía quedarse para aligerar el ambiente
con la conversación. Pero ella miraba fijamente la silla vacía de Lanzani, la
urgencia por seguirlo se le hacía insoportable. Segundos después, Lali se
encontró parándose de la mesa y obligando al resto de los caballeros a pararse.
-Lali: Les pido permiso… -murmuró, intentando encontrar
alguna excusa que justificara su apuro -Yo… -no obstante, ella no podía pensar
en nada –Discúlpenme -dijo de forma poco convincente, y salió de la habitación.
Ignorando los susurros que dejó su partida, se apuró detrás de Lanzani. Cuando
ella miró hacia el principio de las escaleras, lo encontró esperándola. Debió
haber escuchado pasos detrás de él.
Oleadas de frío y calor la golpearon mientras se miraban
el uno al otro. Los ojos de Lanzani brillaban, su penetrante mirada hizo que
recordara a los dos aferrados ansiosamente uno del otro en el bosque, su cuerpo
atravesado y retorciéndose junto a él.
Confusa, Lali cerró sus ojos, mientras un determinado
calor cubría su rostro. Cuando finalmente se tranquilizó, lo miró una vez más,
los ojos de él aún sostenían un inquietante destello.
-Lali: ¿Son todos los Martínez así? -le preguntó refiriéndose
a Susan Chamberlain.
-Peter: No, ella es la más amable -le dijo secamente, y
empezó a reírse de ella. Retorciendo sus dedos, ella le preguntó
-Lali: ¿Puedo hablar contigo un minuto? Tengo algo muy
importante que decirte -Él la miró con alarma.
-Peter: ¿A dónde quieres que vayamos?
-Lali: Al salón familiar de recibimiento -le sugirió. Era
el más apropiado salón en el segundo piso, para sostener esa conversación.
-Peter: No -Tomó su mano, y la tiró para que lo siguiera.
Aturdida por sus maneras autoritarias, Lali fue sin ninguna resistencia. Su
corazón empezó a saltarle del pecho cuando se dio cuenta a dónde la llevaba él
para conversar.
-Lali: No podemos ir a mi habitación -le advirtió ella,
mirando de arriba para abajo el largo pasillo -Fue ahí donde tú… no, en verdad,
no podemos… -Ignorando su protesta, Lanzani fue a la puerta de la habitación
donde ella había dormido toda su vida. Una breve mirada de sus anchos hombros,
lograron convencer a Lali que era inútil discutirle. Ella apenas podría echarlo
afuera, después de todo. Con un suspiro de exasperación, ella entró al cuarto y
cerró la puerta.
Había una lámpara que reposaba en la mesa cerca de la
entrada. Lali prendió la luz y se dirigió a la antigua ventana. Al pararse
Lanzani detrás de ella, Lali vio su rostro y el suyo propio, reproducidos
infinitamente en el resplandor de la luz de la lámpara.
Explorando, Lanzani se dirigió a la ventana y recogió un
objeto del alfeizar pintado. Era un juguete de un niño, un pequeño caballo de
metal con la figura de un jinete montado. Lali se dio cuenta inmediatamente que
él había reconocido el objeto, había sido su favorito, tan amado que casi todos
los colores brillantes se habían desvanecido.
Compasivamente Lanzani lo dejo en su lugar sin hacer
ningún comentario.
-Peter: ¿Qué es lo que quieres decirme? -pregunto
tranquilamente.
-Lali: Me temo que mi hermano ha hecho tus negociaciones
más difíciles de lo que te esperabas -dijo ella. Su mirada se profundizo.
-Peter: ¿En qué sentido? -Mientras ella continuaba
explicando lo que Gastón había hecho, Lanzani escuchaba con una tranquilizante
falta de preocupación.
-Peter: Todo saldrá bien -dijo cuando ella termino -Puedo
tranquilizar las preocupaciones de los inversores. Y buscare la forma de
convencer a Eltham que es por su bien que tiene que vendernos los derechos de
esos muelles. Si eso falla, construiremos nuestro propio maldito muelle -Lali
sonrió ante su seguridad.
-Lali: Eso no será fácil.
-Peter: Nada que valga la pena nunca lo es.
-Lali: Estoy segura de que estarás furioso con Gastón.
Pero el sólo lo hizo por un deseo erróneo de...
-Peter: Protegerte a ti y a tu hermana -concluyo por
ella, al verla vacilar -Apenas si puedo culparlo por ello -Su voz era muy suave
-Alguien debería protegerte de hombres como yo -Dándose vuelta, Lali se
enfrentó a los paneles de espejos, el mosaico de su propio rostro ruborizado, y
la forma en que la luz se dispersaba sobre el brillante cabello oscuro de
Lanzani mientras se acercaba y se colocaba detrás de ella. Sus miradas se
encontraron en el medio de las imágenes fragmentadas.
-Lali: Deberás viajar a Londres enseguida, ¿no es así? -pregunto
aturdida al encontrarse tan cerca de él.
-Peter: Sí, mañana.
-Lali: ¿Qu-qué harás con el señor Martínez? -Su cabeza se
inclinó sobre ella hasta que sintió su respiración en su frente. Una de sus
manos se posó en la parte superior de sus hombros desnudos, las puntas de sus
dedos tocaban la pálida piel con la ligereza de un aleteo de mariposa.
-Peter: Tendré que desembriagarlo, supongo- Lanzani
volteó su rostro para que lo mirara, su mano se movía sobre su cuello mientras
sus dedos tomaban su mentón.
-Lali: ¿Qué estás haciendo? -le preguntó, tensándose
cuando sintió que su mano se deslizaba bajo su vestido.
-Peter: Exactamente lo que sabías que pasaría, si tú me
dejabas entrar aquí -la besó mientras le desabrochaba el vestido, el temblor de
su mentón hizo que sintiera hormigueos por su piel.
-Lali: No me dejaste otra alternativa -protestó -Tú me
empujaste hacia aquí y… -Su boca se deslizó sobre la de ella, mientras sus
dedos trabajaban hasta exponer los lazos de su corsé. Él enrolló los cordones
alrededor de sus nudillos y los tiró, hasta que la maraña del corsé se expandió.
El corsé calló al suelo, debajo del vestido que aún llevaba puesto.
La rapidez de sus latidos se sentía en sus oídos mientras
su boca la poseía con dulce y hambrientos besos. El cálido olor a hombre de su
piel, mezclado con su colonia, aderezado con una mezcla de almidón y acre del
tabaco, la hizo sentirse ahogada de placer. Sintió una salvaje excitación por
la posibilidad de tenerlo dentro de ella de nuevo, pero al mismo tiempo una voz
interna le advertía que no podía permitirle que la explorara con ocio.
-Lali: Date prisa -le urgió ella con apuro -Ahora mismo,
por favor -sus palabras fueron interrumpidas por el choque de sus bocas, con
húmedos y deliciosos besos, la mareante aproximación excitó su cuerpo. Sus
manos resbalaron por dentro de su abierto vestido, deslizando sus manos por la
suave línea de su espalda, bajando hacia sus redondas nalgas. Ella sintió en
respuesta un dolor entre sus muslos, la oculta carne se volvió suave y caliente,
ella se tensó hambrienta dentro del malvado conjuro de sus dedos.
Sintió como él la aferraba de las caderas, sus pulgares
hundiéndose en la redondez de sus nalgas. Una de sus manos se deslizó entre sus
piernas, buscando la abertura de su ropa interior de lino. Daba la apariencia
de medir con sus dedos la longitud de la abertura de la prenda bordeada de
lazo, y Lali se estremeció cuando sus nudillos rozaron los rizos debajo de la
tela. Él usó sus dos manos para agrandar la abertura unos pocos centímetros,
hasta que la prenda cedió. Suavemente Lanzani ajustó su posición, empujándola hacia
delante para reclinarla mejor el sillón, separando sus piernas con sus rodillas
hasta que ella se encontró completamente abierta frente a él. Lanzani se acercó
con sus hombros ligeramente encorvados.
-Peter: Lentamente -murmuró mientras ella se estremecía
debajo de él -Lentamente, no te haré daño esta vez.
Lali no pudo responder. Ella sintió el cambio en sus
caderas, y algo que la rozó en medio de sus piernas, su parte masculina,
rozando los tejidos delicados que él había expuesto. La sensación suave y
enloquecedora de su órgano, una tentadora caricia de seda rígida. Ella contuvo
el aliento mientras permanecía absolutamente dócil, sus muslos abiertos en un
indefenso ofrecimiento. Lanzani entró en ella en una lenta estocada,
nuevamente, ella experimentó esa sorprendente sensación de plenitud, pero esta
vez sólo hubo una pizca de dolor. Él entró más profundo, sin encontrar
resistencia mientras las palpitantes profundidades de su cuerpo lo recibían.
Cada vez que retrocedía para volver a arremeter contra ella, Lali se retorcía
para acercarse más a él. Sus dedos jugaban con los húmedos rizos de su sexo,
frotando suavemente la fuente de su deseo ardiente, acariciando dulcemente en
contraste con el ritmo de sus estocadas. La sensación se multiplicó
rápidamente, elevándose con cada deliciosa arremetida, el duro avance cada vez más
profundo en el resbaladizo canal de su cuerpo. El placer se agudizó hasta
llegar a un tono extremo, juntándose en esa parte de ella que el tan
posesivamente consumía, hasta que ella no pudo soportarlo por más tiempo.
Arqueándose contra sus dedos, ella se estremeció incontrolablemente,
amortiguando sus gemidos en el tapizado del sillón. Lanzani lanzó un gruñido de
comprensión, impulsándose fuertemente dentro de ella hasta que un sonido crudo
se escapó de su garganta y se derramó violentamente dentro de ella.
Permanecieron juntos por un largo minuto, sin poder
respirar, sus cuerpos unidos y adheridos, mientras que el peso de Lanzani casi
la sofocaba. Lali no quería moverse jamás de allí. Sus ojos permanecieron
cerrados, sus húmedas pestañas pegándose en sus mejillas. Cuando sintió que él
se separaba de ella, se mordió el labio para evitar que una protesta escapara
de sus labios. En lugar de eso, ella continúo acostada sobre los almohadones en
una masa de seda y lino desgarrado, sus extremidades débiles como consecuencia
de hacer el amor.
Lanzani arregló sus ropas y palpó en busca de su saco. Él
tuvo que aclararse la garganta antes de hablar, su voz sonaba rasposa.
-Peter: Sin promesas, sin arrepentimientos tal
como tú lo querías -Lali no se movió mientras él abandonaba el cuarto. Esperó
hasta que el abandonó completamente sus habitaciones, escuchando el sonido de
la puerta al cerrarse, para dejar que las lágrimas se deslizaran de sus ojos.
La larga e infernal cena había terminado. Aunque Cande
sabía que casi todos sospechaban que ella había ido a visitar la casa de
solteros, ella sintió que era decente el tratar de ser discreta. Ella usó un
camino del costado de la casa y se mantuvo al costado de un alto cerco de tejas
antes de deslizarse a la tranquila residencia. Sin duda hubiera sido
conveniente no haber ido sola, pero su preocupación por Pablo Martínez la
impulsó a ir a verlo.
Llamando a la puerta, Cande esperó tensamente la
respuesta. Nada. Frunciendo el cejo, Cande llamó nuevamente.
-Cande: ¿Hola? -Ella llamó -¿Hola? ¿Alguien me oye? -Justo
cuando consideró la opción de ir a buscar la llave de la Sra. Julia, la puerta
vibró y sonó mientras la destrababan. Se abrió una grieta cautelosa revelando
la figura del ayuda de cámara de Martínez.
- ¿Si, milady?
-Cande: He venido a ver al Sr. Martínez.
- El Sr. Martínez no está recibiendo visitas en este
momento, milady -La puerta comenzó a cerrarse. Cande apuró su pie en ella.
-Cande: No me iré hasta que lo haya visto -La mirada del
ayuda de cámara transmitía una exasperación infinita, aunque permanecía cortes
y atento.
- El Sr. Martínez no está en una condición adecuada, milady
-Cande decidió ser directa.
-Cande: ¿Está borracho?
- Como la semilla de David -el ayuda de cámara confirmó
agriamente.
-Cande: Entonces enviaré por té y sandwiches.
- El Sr. Martínez ha pedido más brandy -La mandíbula de
Cande se afianzó, mientras empujaba para entrar. Siendo un criado, él no podía
detenerla nadie se atrevería a poner una mano en una de las damas de la casa.
Ignorando las protestas del ayuda de cámara, ella examinó el oscuro recibidor.
El aire estaba cargado con el olor del licor y tabaco.
-Cande: Nada de brandy -dijo en un tono que no dejaba
espacio para discutir -Vaya a la casa, y traiga una tetera de té y un plato de
sandwiches.
- Él no lo tomara bien, milady. Nadie se interpone entre
el Sr. Martínez y lo que él desea.
-Cande: Es hora de que alguien lo haga -dijo haciéndole
señas para que saliera. El ayuda de cámara re retiro a regañadientes, y Cande
se adentró más en la habitación de luz tenue.
La escena que tenía frente la dejo sin aliento. Pablo Martínez
estaba recostado un una tina que había sido colocada cerca del fuego, su cabeza
ladeada hacia atrás contra el borde de caoba, una larga pierna colgaba
descuidadamente sobre el borde. Él sostenía una copa llena de hielo en su mano,
su mirada fija en ella mientras tomaba un trago.
Buen Dios, pensó Cande perplejamente. Los caballeros que
sufren los efectos secundarios de una gran dosis de alcohol, generalmente lucen
terriblemente. Sin embargo, Cande jamás había visto algo tan magnifico como Pablo
Martínez, descuidado y sin afeitar en una tina. Frunciendo el cejo Martínez se
levantó levemente, causando que el agua se derrame suavemente fuera de la tina.
Brillantes arroyos se deslizaban sobre la superficie musculosa de su pecho.
-Pablo: ¿Que estás haciendo aquí? -Pregunto secamente. Cande
estaba tan fascinada que apenas pudo responder. Separando finalmente su mirada
de él, se humedeció los labios secos con la punta de su lengua.
-Cande: He venido a ver si estabas bien.
-Pablo: Ya me has visto -dijo el fríamente -Estoy bien.
Ahora vete.
-Cande: No estás bien -rebatió ella -Estas ebrio, y
probablemente no has comido nada en todo el día. Necesitas algo más nutritivo
que el contenido de tu copa, Sr. Martínez -Su fría mirada encontró la de Cande.
-Pablo: Yo sé lo que necesito, mocosa arrogante. Ahora
vete, o sino ganaras una vista completa de Pablo Martínez -Cande jamás había
sido llamada mocosa. Ella suponía que debería estar ofendida, pero a pesar de
ello sintió una suave sonrisa crecer desde su pecho.
-Cande: ¿No sabes que te ocurrirá si sigues bebiendo así?
Te convertirás en un hombre asqueroso y arruinado, con una gran nariz colorada
y la barriga que le cuelga.
-Pablo: Así que en eso me convertiré -dijo el fríamente,
tragando el resto de su licor en un sólo y deliberado trago.
-Cande: Si, y tu cerebro se pudrirá.
-Pablo: Lo estoy esperando -Él se inclinó sobre el borde
de la tina, dejando la copa en la alfombra.
-Cande: Y serás impotente -finalizo triunfante -Tarde o
temprano, el alcohol roba la virilidad del hombre. ¿Cuándo fue la última vez
que le hiciste el amor a una mujer, Pablo? -Evidentemente el reto era demasiado
para que el aguantara. Martínez salió a gatas de la tina con una risa
sardónica.
-Pablo: ¿Estas pidiendo prueba de mi virilidad? Creo que
sólo hay una verdaderamente efectiva refutación para tu argumento -Mientras la
mirada de Cande vagaba sobre el incontrolable cuerpo excitado de él, sintió
como se ruborizaba.
-Cande: No es necesario… Y-Yo debería irme. Te dejo para
que pienses en lo que te he dicho… -Dio vuelta para escaparse, pero antes de
que pudiera dar un paso él la agarro por detrás. Cande se detuvo, sus ojos se
cerraron al sentir el cuerpo mojado y masculino apretarse contra su espalda. Su
brazo chorreante la sostuvo justo por debajo de sus pechos.
-Pablo: No deberías lanzar calumnias sobre mi virilidad.
Es un tema bastante susceptible para los hombres.
-Cande: Tendré que recordarlo –susurró.
-Pablo: Recuerda hacerlo -Girándola en sus brazos, cubrió
la boca de ella con la suya. La suavidad de sus labios, rodeados por la piel
áspera sin afeitar, era locamente excitante. Cande se curvo hacia el ardientemente,
sus manos deslizándose por el brillante cuerpo de él. Dándose levemente cuenta
que estaba a punto de tomar un nuevo amante luego de Victorio, Cande trato de
recuperar su juicio, pero era imposible pensar, con él besándola una y otra
vez, hasta que ambos cayeron sobre la alfombra cubierta de agua. Pero Pablo la
soltó de repente, separándose de ella con un gemido.
-Pablo: La primera vez no puede ser así. Estoy demasiado
borracho para hacerlo correctamente, y no te insultare de esa manera -Cande lo
miro fijamente, demasiado excitada como para pensar claramente.
-Cande: No me sentiré insultada. No lo estabas haciendo
mal para nada, por el contrario...
-Pablo: Y en el piso, nada más perdóname, no mereces que
te trate de esta manera.
-Cande: Estas perdonado -le dijo rápidamente -Me gusta
esta alfombra. Entonces volvamos a... -Pero
su compañero ya estaba parado a sus pies. Cande aprendió después que Pablo
sentía horror de ser poco caballeroso. Encontrando una bata, se la puso de un
tirón y la amarró a su cintura. Él volvió a donde estaba Cande y la levantó del
suelo.
-Pablo: Lo siento. Te tienes que ir, Cande. Ahora, antes
que te ponga de espaldas de nuevo -Sólo el orgullo le impidió decirle cuanto le
gustaba esa idea, cuando él obviamente quería deshacerse de ella. Suspirando
con derrota, ella le permitió que la sacará a empujones del dormitorio.
-Cande: Mandé a tu ayuda de cámara a traer sándwiches -le
dijo, precediéndolo por el camino del pasillo- Y espero que te los comas, y que
no habrá más brandy para ti esta noche.
-Pablo: No tengo hambre -Cande puso su voz lo más severa
posible.
-Cande: Tú comerás, es parte de tu pena por haberme
forzado en el suelo.
-Pablo: Esta bien –dijo apresuradamente -Comeré. Devolviéndole
una cortante sonrisa, Cande le permitió que le abriera la puerta y ella cruzó
el umbral. Sólo cuando la puerta estuvo cerrada detrás de ella, ella dejó salir
un tembloroso suspiro y termino la frase
-Cande: Como deseo que hubieras terminado.
Continuará....
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Les dejo los caps de hoy!!!
Tengo una tarea horrible!! de mate que no entiendo, así que no sé si podré subirles más tarde, si les subo quiere decir que no pude hacerla y me rendí! jaja o que soy una genia y la terminé rápido!...aunque no creo que eso sea probable! :P
cualquier cosa PREGUNTEN: http://ask.fm/ficslaliter
ee... estaba aburrida y me cree eso!! jiji
Besos ^-^
Me encantóoo.... espero más
ResponderEliminarMe fascinaron los capitulo!
ResponderEliminarPobre lali :S
Espero que Cande "arregle" a Pablo!
Gaston se paso con lo que hizo pero lo entiendo y hasta cierto punto estoy de acuerdo con él, sin contar que cuando lleguen las concecuencias de lo que estan haciendo Lali y Cande él va a hacer el que las va a tener que apoyar y ayudar
Besos
Te visitare en el ask! ;) y suerte con la tarea de Math!
@vagomi
masssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarnoveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarmassssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss
ResponderEliminarnoveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
ResponderEliminarquiero mas nove!
ResponderEliminarXxx fis sube mas nove hoy sisisi xfis
ResponderEliminarmas me encanto....
ResponderEliminarcuando decias que se iban al bosque y todo eso te juro que pense que ya habian estado =)
ResponderEliminarSi pudiera ir a tu casa y hacer tu tarea de matemáticas, lo haría, todo para que nos subas un capitulo mas jajajaj pero creo que vivimos demasiado lejos u.u
ResponderEliminarme encantaron los capituloooos!
besooos!
me encanto maaas :d
ResponderEliminarMe quede muy triste por Lali :/
ResponderEliminarMuy bueno :)
ResponderEliminarespero el proximo!
Un beso
Juli♥
jaja mirala a cande :O
ResponderEliminarjajajaj
masss ♥
Lali me da pena,no sólo por la actitud de hoy de Peter sno por cómo ella planteó el juego por temor a q él sepa la verdad!Cande no se hasta dónde no sufrirá con Pablo,y aunq no justifico los medios creo q la intencion de Gastón es ahorrarles sufrimiento a sus hnas!
ResponderEliminarmmm no se que decir osea peter la deja asi como is nada y antes dice que entiende a su hermano y de todas formas y sabiendo que se tiene que ir y leugo cande con pablo mm no no se que decir
ResponderEliminarme dio una lastima lali
ResponderEliminaresta sufriendo demasiado con la actitud de peter
beso
MAAAAAAAAAAAAAAASS NOVE!!!!!
ResponderEliminarComo están las hermanitas!! A Lanzani le vendría bine una buena cachetada y lali q le diga de una vez la verdad. Espero más!
ResponderEliminarP.D: la próxima pregúntame cualquier duda de matemática, no soy excelente pero me llevo bastante bien y las comprende con facilidad je! @vale_cadenas
Wow como están las hermanitas! A Lanzani me dan ganas de pegarle y lali q se digne a contarle la verdad! Más nove!
ResponderEliminarMassss nove y espero que peter cambie porq esta lastimando demasiado a lali y después no le va alcanzar la vida para arrepentirse
ResponderEliminarMas Noveee
ResponderEliminarNoooooooooooooo malvada!!!!!!!!!!! :( porqeee!!?!?!? quiero que vuelva el Peter buenoooooo el qe me dejaste esta fallado :S no aceptas cambios??? :P jajajajaja
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