Capítulo Cuatro: Desagradable

-¿¡Quién ha puesto manteles en esas mesas!?

Peter estaba en el centro de la taberna, con los brazos en jarras y mirando a su alrededor. Unos manteles blancos cubrían las mesas de madera de roble y, en el centro de cada mesa, había un pequeño florero con una rosa solitaria. Aunque tenía los manteles y floreros en el almacén, los usaba solo a veces, en fiestas privadas.

-Peter: ¡Lali!

La había dejado sola demasiado tiempo, maldita sea. Se había duchado y vestido en un tiempo récord, pero aún así, no había sido demasiado rápido como para evitar que esa mujer causara problemas.

Manteles y flores, ¡por Dios!

-Peter: ¡Lali! -gritó y se dirigió a la cocina- ¿Dónde dem...?

Él estaba entrando cuando ella salía. La puerta le dio un fuerte golpe en la nariz, produciéndole un fuerte dolor y una maldición potente y ruda.

-Lali: Peter Lanzani, ¿qué forma de hablar es esa? -dijo ella pasando a su lado sin hacerle caso- ¿Eres siempre tan desagradable por las mañanas?

-Peter: ¿Desagradable? -respondió él con la mano en la nariz y siguiéndola hasta la puerta- Tú no sabes lo que es ser desagradable. Pero te garantizo que lo vas a saber muy pronto.

-Lali: Tal vez debieras haberte quedado dormido. No deberías tratar con la gente si es así como te comportas por las mañanas.

-Peter: Por si no lo recuerdas, yo estaba durmiendo cuando tú irrumpiste en mi dormitorio. ¿Y qué quieres decir con eso de que no debería tratar con la gente?

Peter se quitó la mano de la nariz y vio si sangraba. Por suerte, no lo estaba haciendo.

-Peter: ¿Eres una amenaza con piernas para la sociedad y soy yo el que no debería tratar con la gente?

-Lali: ¿Por qué estás tan molesto? -dijo ella y dejó en el caballete la pizarra que llevaba en la mano- ¿Y por qué te estas sujetando así la nariz?

                                                           

-Peter: Manteles.

-Lali: ¿Perdón?

-Peter: Esto es una taberna, no una casa de té. No usamos manteles.

Ella frunció el ceño.

-Lali: ¿Es por eso por lo que te estás sujetando la nariz? ¿Porque no te gustan los manteles? Cielos, Peter  ¿no es eso un poco infantil, aun tratándose de ti?

Él contó despacio hasta diez.

-Peter: No -dijo entre dientes-. Tú me has dado con la puerta de la cocina en la nariz.

-Lali: Oh, vaya. Déjame ver.

Peter se protegió la nariz con la mano y se apartó.

-Peter: Ya has hecho bastante, muchas gracias. Me conformo con solo un hematoma.

-Lali: Deja de comportarte como un niño. Solo quiero echarte un vistazo. Ni siquiera te voy a tocar.

-Peter: Sí, eso es lo que dicen todas -respondió él levantando una mano para mantenerla alejada, pero ella siguió avanzando.

Lo acorraló contra el banco de madera para los clientes que tenían que esperar mesa, le puso las manos en los hombros y lo hizo sentarse.

-Lali: Y ahora, quédate quieto. Hmmm. Parece que está un poco colorada.

-Peter: Por supuesto que lo está. Me has dado con la puerta.

-Lali: La verdad es que parece un poco rota.

-Peter: Ya lo estaba. Agus me la rompió cuando éramos adolescentes.

Le estaba gustando el contacto de los dedos de ella en el rostro. Sus manos eran suaves y cálidas. Y también olía bien. Como la noche anterior. A lavanda y algo más.

Vainilla. Eso era. Lali olía a lavanda y vainilla. Le pegaba.

-Lali: ¿Tu propio hermano te rompió la nariz? Eso me parece un poco bárbaro.

Lali llevaba un pequeño reloj de oro y su sonido le resonó en los oídos siguiendo el ritmo de su corazón. No podía recordar una mujer cuyos dedos fueran tan suaves.

-Peter: No lo hizo queriendo. Por lo menos, no a mí. El golpe iba dirigido a Pablo, pero él se agachó y me dio a mí, que estaba detrás.

Ella agitó la cabeza, le hizo girar la suya al otro lado y se metió entre sus rodillas para inspeccionarlo mejor.

-Lali: Así que todas esas historias que he oído acerca de los salvajes Lanzani son ciertas, ¿eh?

-Peter: Somos malos hasta la médula, cariño. No lo olvides.

Ella sonrió y Peter vio un destello de diversión en sus ojos. Luego, pasó la mirada a esa tentadora boca y, sin su permiso, el pulso se le aceleró. Esos labios eran realmente excitantes. Eran los labios que encajarían perfectamente en la boca de un hombre. Y sabía que debían saber dulces. De alguna manera, saberlo no le pareció suficiente y sintió el loco deseo de experimentar esa dulzura.

Algo pasó entre ellos. Era como si se estuviera aproximando una tormenta eléctrica, una pesadez que les hacía difícil respirar. Y la postura que estaban, él sentado y ella entre sus piernas, hizo que Peter fuera muy consciente de Lali como mujer. Una mujer con curvas, unas curvas muy bonitas. Estaba seguro de que ella no era consciente de ello, pero tenía los senos a menos de un palmo de la cara. De la boca.

El corazón empezó a latirle fuertemente en el pecho. No podía estar pensando eso, sintiendo eso sobre Lali. Lali y el sexo no encajaban. El golpe debía haberle afectado el cerebro. Pero lo cierto era que ya había sentido esa atracción sexual en su dormitorio.

Y ahora había vuelto. Con la fuerza de una explosión nuclear.

Ella se acercó más y le tocó el puente de la nariz. Entonces a él empezó a hervirle la sangre. Deseaba besarla, deslizarle los dedos bajo el jersey y sentir el calor de su piel y llenarse las palmas de las manos con su suavidad.

Apretó los puños y los labios firmemente.

-Lali: Deberíamos ponerte un poco de hielo -dijo ella.

Había como una duda en su voz. Como incertidumbre.

-Peter: Probablemente.

-Lali: ¿Te sigue doliendo?

-Peter: Sí.

Pero no era de su nariz de lo que estaba hablando él. Había otra parte de su anatomía que le estaba molestando ahora.

-Lali: Lo siento. Parece un poco hinchada -dijo ella abarcándole el rostro entre las manos.

Él se atragantó ante semejante elección de palabras, entonces ella apartó las manos y le dio una palmada en la espalda.

-Lali: ¡Peter! ¿Estás bien?

Como no podía hablar, él se limitó a asentir. Luego, se levantó tan rápidamente que sus cuerpos chocaron. Lali empezó a caer de espaldas, pero él la agarró por los hombros para sujetarla.

Y entonces la miró a los ojos.

Esos ojos cafés que le devolvieron la mirada.

Esa maldita boca de ella.

Empezó a bajar la cabeza...

Entonces se abrió la puerta de la taberna y entraron Vico y Cande. Luego entraron Pablo y Rochi. Y por fin, Euge y Nico. El nivel de ruido de la taberna se incrementó notablemente cuando la familia de él se repartió por el local.

-Vico: ¡Hey, la familia llegó! –exclamó.

Pero Peter vio la forma en que su hermano levantaba las cejas al verlo sujetando los brazos de Lali. La soltó inmediatamente. Magnífico. Se imaginaba lo que aquello podía significar para todos. Exactamente lo que era. ¡Cielo santo! ¡Casi la había besado!

Gracias a Dios que su familia había evitado que cometiera semejante error. Peter sabía que se reirían un poco de él, pero ese era un pequeño precio a pagar por haberlo salvado de la locura.

-Rochi: Hola, Lali –dijo sonriendo.

                                                           

-Euge: ¿Has venido para el desayuno del domingo? -preguntó mientras se quitaba el chaquetón de marino.

Aunque todavía casi no se le notaba el embarazo, se puso una mano en el vientre y su marido, Nico, le rodeó la cintura con un brazo.

-Lali: Algo así -respondió y miró a Peter extrañada de que no les contara lo que pasaba.

Entonces, todos guardaron silencio y lo miraron.

Peter nunca había pretendido que aquello llegara tan lejos y, mucho menos, que él tuviera que explicarle el juego a su familia.

Y, por la expresión de Lali, ella no tenía la menor intención de facilitarle las cosas.

-Peter: Bueno, tiene gracia, la verdad... -Se aclaró la garganta y añadió -Miren, anoche Lali y yo estábamos jugando al poker...

Eso hizo que algunas cejas se levantaran, pero nadie dijo nada todavía.

-Peter: Bueno, hicimos una especie de apuesta y yo, hum, gané. Así que Lali va a trabajar aquí para mí durante un par de semanas.

La verdad era que aquello sonaba completamente ridículo.

Ocho pares de ojos se centraron en él.

Y luego empezó lo desagradable.

Continuara---------------------------------------------------

LUNES MARATóN!!!! :D

El Valor de las Palabras Bego tenés el cumple re cerquita!.... EL MARTES!!! jaja ya ni sé en que día andamos... :D cuantos cumplís?? 

Espero que les guste en cap!

Besos

@Fics_Laliter