Capítulo Seis: Trampa

Normalmente, la mañana del lunes era tranquila en la taberna, así que Peter aprovechaba para cerrar y dedicarse a hacer las cuentas y el papeleo.

Y en eso estaba desde hacía dos horas, mientras oía música, pero no había logrado hacer nada y todo porque no había podido dejar de pensar en Lali.

Después de solo un día de trabajo, la situación se le había escapado por completo de las manos. Cuando había entrado en la zona de empleados el día anterior, había sido para poner fin a esa farsa. Ella le había parecido tan cansada sentada en el sofá con los ojos cerrados, tan dulce y serena... Sonrió.

Ciertamente no se lo iba a decir a nadie, pero no solo se estaba acostumbrando a esa forma de ser de ella, sino que le estaba gustando. Ella decía lo que se le pasaba por la cabeza y, a pesar de que no siempre, a él le gustaba y, por lo menos, tenía que respetar su sinceridad. La no usaba de su femineidad para salirse con la suya o manipular a la gente. No jugaba a la seducción o a tratar de ligar. Cuando tenía que hacer algo, lo hacía sin dudarlo. Pero de todas formas, le había fastidiado eso que había dicho de la sofisticación. Esa era una taberna, por Dios. Si la hubiera dejado salirse con la suya, probablemente habría puesto velas y tenedores para ensalada. Y para él, esos tenedores eran el epítome de la tontería. Así que se había visto tentado a continuar con esa pequeña parodia. Solo por un par de días más, se dijo a sí mismo. Eso sería suficiente como para que ella arrojara la toalla.

Tenía un plan. Le dio un trago a su taza de café. Y pensar que había estado a punto de besarla... Y seguía queriendo hacerlo.

¿Qué tendría esa mujer que no podía dejar de pensar en ella cuando debería estar trabajando? Nunca antes había pensado así en ella.

-Hola, Peter, ¿estás ahí?

Dio un respingo al oír la voz de Agus y se le cayó el café, salpicándole la camisa. Seguía maldiciendo cuando entró Agus y se sentó en un sillón al otro lado de la mesa.

Agus vio la mancha y le dijo:

-Agus: ¿Llevas mucho bebiendo?

-Peter: ¿Y tú llevas mucho mirándome sin que me diera cuenta?

-Agus: No lo estaba haciendo. Es que estabas en otra galaxia. Por lo menos, mentalmente. ¿Cómo se llama?

-Peter: ¿Quién? -encontró una servilleta bajo los papeles de la mesa y trató de limpiarse la camisa.

-Agus: Por la cara que tenías, aquella con la que estabas soñando cuando entré, hermano. ¿Quién es? ¿Susan? Tengo entendido que Larry y ella han roto.

-Peter: Esos rompen una vez por semana. Estoy tratando de trabajar, Agus. Márchate.

Pero Agus no le hizo ningún caso.

                                                           

-Agus: Es Nancy Turlow, ¿verdad? El sábado pasado vino a la taberna con Heather y no pudo apartar los ojos de ti.

-Peter: Si el negocio de la construcción va tan mal que no tienes nada mejor que hacer que sentarte ahí y especular con mi vida amorosa, hay una grieta en una de las habitaciones de huéspedes. Hazme un presupuesto y vuelve a verme mañana.

-Agus: Vaya, gracias. Tan pronto como terminemos con el centro comercial que estamos construyendo en Ridgeway y, después del edificio de oficinas de Ángel City, me ocuparé de eso. Pero para que lo sepas, estoy aquí por negocios. Estoy buscando a Lali.

-Peter: ¿A Lali? ¿Qué quieres de ella? -le preguntó interesado.

-Agus: Vico me ha pedido que me pase por su casa y tome unas medidas para la barra que le encargó. No estaba allí, así que pensé que podía estar aquí.

-Peter: ¿La has visto aquí?

-Agus: No. Pero dado que fuiste tú quien ganaste en esa partida, pensé...

-Peter: Yo no la gané, maldita sea -se levantó y se acercó a la ventana- ¿Cómo iba yo a saber que ella sabía jugar realmente al poker?

Agus miró fijamente a su hermano por un momento.

-Agus: Hiciste trampa.

-Peter: ¿Qué?

-Agus: Que hiciste trampa. Te conozco, hermano. Puedes echarte un buen farol, pero a mí no me puedes mentir. Lo llevas escrito en la mirada. Hiciste trampa.

Peter se metió las manos en los bolsillos.

-Peter: Ella me estaba ganando. Y se mostraba demasiado orgullosa por ello. Necesitaba que le dieran una lección.

-Agus: Y, por supuesto, tú eras el hombre adecuado para hacerlo -Peter se encogió de hombros.

-Peter: No me esperaba que ella fuera a seguir con ello. Era solo una broma.

-Agus: Pues no me parece como si estuvieras riendo.

-Peter: Traté de dejarlo, sobre todo ayer, después de que ella trabajara tanto en la taberna. Incluso estaba dispuesto a confesar. Entonces ella levantó de nuevo esa bonita nariz que tiene por alguna razón que no alcanzo a imaginar.

Agus se rio.

-Agus: Bueno. Había lujuria en tus ojos, hermano. ¿Quién hubiera pensado que te fuera a gustar Lali?

-Peter: Incluso viniendo de ti, Agus, esa es la mayor estupidez que he oído en mi vida. No estoy ni remotamente interesado en Lali de esa manera.

Peter se tensó cuando un ruido afuera, pero se relajó de nuevo cuando Kate, una de sus camareras de noche, asomó la cabeza.

-Hola jefe. ¿Puedo recoger mi talón ahora? -Su mirada se deslizó entonces hacia Agus y su sonrisa se hizo provocativa -Hola Agus.

-Agus: Hey, Kat. ¿Qué pasa? -respondió él poniéndose encantador. Peter encontró el talón sobre la mesa mientras los otros dos tonteaban un poco y luego la hizo marcharse.

-Peter: Mira, ya sé que me dejé llevar. Y créeme, lo estoy pagando -dijo-. Pero entre eso y que haya algo entre Lali y yo hay un abismo.

-Knock, knock, ha llegado la hermanita -Peter gimió cuando Euge entró en el despacho, cargada con bolsas de la compra. Pensó que podía poner unas puertas giratorias si seguía entrando y saliendo gente de esa manera.

-Euge: ¿Qué pasa con Lali? -preguntó.

-Agus: Que le gusta a Peter -dijo, que se levantó y tomó las bolsas de su hermana.

Euge dudó y miró a Peter.

-Euge: ¿Que te gusta Lali? -Peter se preguntó por qué no podía haber sido hijo único.

-Peter: No me gusta Lali. ¿Es que ya nadie trabaja en esta familia?

-Euge: Los lunes no -dijo y se sentó en el sillón que había dejado Agus- He comprado cosas para decorar la fiesta sorpresa que les vamos a dar aquí el sábado a Vico y Cande -añadió.

-Peter: ¿Qué fiesta sorpresa? -preguntó deseando salir del tema de Lali.

-Euge: No llegamos a celebrar su compromiso, así que Rochi y yo pensamos que les debíamos dar una fiesta sorpresa con cena aquí -Se quitó las zapatillas y se miró los hinchados pies-Cielo santo, a este paso voy a tener los pies como cajas de zapatos cuando nazca el niño -añadió.

-Agus: Se van a casar dentro de un mes -dijo al tiempo que lo dejaba todo junto a la mesa-. ¿Para qué necesitan una fiesta a estas alturas?

-Euge: Hombres... Por supuesto que tenemos que darles una fiesta.

Peter y Agus se miraron confusos y se encogieron de hombros.

-Euge: Solo para la familia. Algo bonito, pero no lujoso. Yo me ocuparé del menú con Corky.

-Peter: ¿Ocuparte del menú? -preguntó con el ceño fruncido-. ¿Qué tiene de malo el que hay ya?

-Euge: No tiene nada de malo, pero Rochi y yo pensamos que debemos hacer algo especial. Y ahora, ¿qué pasa con Lali y contigo? -Peter gruñó en silencio. Debería haber sabido que volverían al único tema del que él no quería hablar.

-Peter: No pasa nada. Ella solo... Me está ayudando aquí mientras yo ando escaso de personal. Ya les explicamos todo ayer. Yo traté de convencerla de que no cumpliera su parte, pero ella es terca como una muía.

-Euge: Honorable es una palabra mejor –dijo y lo miró pensativamente- Y si hubieras sido tú el que hubieras perdido esa apuesta, ¿qué?

-Peter: Habría tenido que encerrar a Boomer para que dejara de cavar en sus flores.

-Euge: ¿Qué clase de trato es ese? De todas formas deberías tenerlo sujeto, con o sin trato. Lali es lista para hacer una apuesta como esa. ¿Qué te estás callando, Peter? -insistió su hermana.

Él mantuvo la vista en los papeles que tenía delante como si fueran una novela fascinante.

-Peter: Yo habría tenido que trabajar para ella durante dos semanas -murmuró rápidamente.

Ahora fueron Euge y Agus los que se miraron sorprendidos. Cuando ambos empezaron a reírse, Peter dejó con fuerza el lápiz sobre la mesa.

-Peter: ¿Qué es tan gracioso?

-Agus: Tú -dijo sin dejar de reír- ¿Tú trabajando para Lali Espósito en un restaurante francés? Sería capaz de comerme todo un plato de esos caracoles con tal de verlo.

-Peter: ¿Qué tal si me comes el trasero en vez de eso?

-Euge: Nada de violencia en presencia de una dama embarazada -intervino tratando de contener la risa- Peter, tienes que admitir que, si hubieras perdido, habría sido muy gracioso.

-Peter: ¿Por qué no se van a pasear? Tengo mejores cosas que hacer que pasarme todo el día pensando en Lali.

Euge se quedó muy quieta y hasta Agus dejó de reírse y lo miró fijamente.

-Euge: ¿Pensando en Lali? -preguntó.

¡Maldita sea!

-Peter: Hablando, he dicho hablando.

-Agus: No, no lo has hecho. Has dicho pensando. Vaya, vaya. Así que Lali y tú tienen algo el uno con el otro.

-Peter: Yo no tengo nada con Lali.

-¡Por supuesto que no lo tiene!

Continuará-------------------------

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