La señora Julia llegó a la puerta del escritorio de Lali,
una pequeña antecámara de su dormitorio, y la encontró acurrucada en la esquina
de un sillón que había estado alojada contra la ventana del añejo vidrio, con
la mirada fija en la nada. El estrecho umbral por debajo de los cristales de la
ventana estaba alineado con pequeños objetos, un diminuto caballito pintado de
metal, un par de soldados de hojalata, uno de ellos sin un brazo, un botón
barato de madera de la camisa de un hombre, un pequeño cuchillo enfundado con
un mango tallado con la punta de un cuerno.
Todos los artículos eran trocitos y piezas del pasado de Lanzani
que Lali había coleccionado. Sus dedos estaban enrollados alrededor del dorso
de un pequeño libro de versos, la absurda clase de libros utilizados para
enseñar a los niños las reglas de la gramática y la ortografía. La señora Julia
recordó más de una ocasión en la que había visto a Lali y Lanzani de niños,
leyendo juntos el abecedario, con sus cabezas muy juntas mientras Lali se
empeñaba en tratar de enseñarle sus lecciones. Y Lanzani había escuchado de
mala gana, aunque era bastante claro que hubiera preferido mucho más andar
corriendo por los bosques como una criatura incivilizada.
Frunciendo el ceño, la señora Julia colocó un plato de
sopa y tostadas sobre la falda de Lali.
-Julia: Es hora de que comas algo- dijo, acentuando su
preocupación con una voz severa.
En el mes en que Lanzani había partido, Lali no había
podido comer o dormir. Débil y desanimada, pasaba la mayor parte de su tiempo a
solas. Cuando se le ordenada acompañar a la familia en la cena, se sentaba sin
tocar su comida y permanecía anormalmente silenciosa. El conde y la condesa
decidieron considerar el rechazo de Lali como un capricho infantil. Sin
embargo, la señora Julia no compartía esa opinión, preguntándose cómo podían
desestimar tan fácilmente el profundo afecto que existía entre Lali y Peter.
El ama de llaves había tratado de razonar acerca de su
preocupación, recordándose a sí misma que ellos eran simples niños, y como
tales, eran criaturas muy animosas. Aún así, perder a Lanzani parecía desquiciar
a Lali.
-Julia: Yo también lo extraño -dijo el ama de llaves, con
un nudo en la garganta y dolor compartido- Pero debes pensar en lo que es mejor
para Lanzani, no para ti. No querrías que él permaneciera aquí y estuviera
atormentado por todas las cosas que no podría tener. Y no le sirve a nadie
dejarte convertir en pedazos de esta manera. Estás pálida y delgada, y tu
cabello está tan áspero como la cola de un caballo. ¿Qué pensaría Lanzani si te
viese ahora? -Lali elevó una lánguida mirada hacia la de ella.
-Lali: Él pensaría que es lo que merezco por ser tan
cruel.
-Julia: Él entenderá algún día. Reflexionará sobre ello y
se dará cuenta de que vos sólo podías haberlo hecho por su propio bien.
-Lali: ¿Vos piensas eso? -Preguntó sin aparente interés.
-Julia: Por supuesto -asintió vehemente la señora Julia.
-Lali: Yo no -recogió el caballito de metal de la ventana
y lo observó sin emoción- Pienso que Lanzani me odiará por el resto de su vida
-El ama de llaves meditó en las palabras, convenciéndose cada vez más de que si
algo no se hacía pronto para sacudir a la joven de su congoja, se podría
provocar un daño permanente en su salud.
-Julia: Quizá debería decirte que... he recibido una
carta de él -dijo aunque había tenido la intención de guardar esa información
para ella misma. No se podía predecir cómo reaccionaría Lali ante las noticias.
Y si el conde se enterara de que la señora Julia había permitido a Lali ver
aquella misiva, habría aún otro puesto libre en Stony Cross Park... el de ella.
Los ojos marrones de la joven revivieron de repente, cargados de un brillo
frenético.
-Lali: ¿Cuándo?
-Julia: Esta misma mañana
-Lali: ¿Qué escribió? ¿Cómo está?
-Julia: Aún no he leído la carta, tú sabes cómo son mis
ojos. Necesito la luz apropiada y he extraviado mis lentes -Lali empujó el
plato a un lado y salió con esfuerzo del sillón.
-Lali: ¿Dónde está? Déjame verla de una vez, oh, porqué esperaste
tanto para decírmelo? -Inquieta por el color febril que se había apoderado del
rostro de la joven, la señora Julia trató de calmarla.
-Julia: La carta está en mi habitación, y no la tendrás
hasta que termines cada bocado de ese plato -Dijo con firmeza- A mi entender,
nada a pasado a través de tus labios desde ayer. Te desmayarás antes de
alcanzar las escaleras.
-Lali: Por todos los cielos, ¿cómo puedes hablar de comida?
-preguntó salvajemente -La señora Julia la retuvo en su posición, sosteniendo la
mirada desafiante de Lali sin parpadear, hasta que la muchacha liberó sus manos
con un sonido iracundo. Recogiendo el plato, agarró un trozo de pan y lo
desgarró furiosamente con sus dientes. El ama de llaves la observó con
satisfacción.
-Julia: De acuerdo, ven a buscarme cuando hallas
terminado, estaré en la cocina. Y luego iremos a mi cuarto por la carta.
Lali comió tan rápido que casi se atragantó con el pan.
Pasó un poquito mejor la sopa, con la cuchara temblando de una manera tan
violenta que repartió poco más que algunas gotas a su boca. Parecía no poder
concentrarse en un pensamiento, su mente estaba revuelta y girando. Sabía que
no habría palabras de perdón o comprensión en la carta de Lanzani, no haría
ninguna mención con respecto a ella. Eso no importaba. Todo lo que ella quería
era alguna seguridad de que él estaba vivo y bien. Oh Dios, estaba hambrienta
de noticias de él.
Tanteando con la cuchara, la arrojó con impaciencia en la
esquina, y calzó sus pies en sus zapatos. Era una señal de lo estúpidamente
absorbida que estaba en si misma, ya que no se le había ocurrido pedirle a la
señora Julia comenzar una correspondencia con Lanzani. Aunque era imposible
para Lali comunicarse con él, ella aún podía conseguir una frágil conexión a
través del ama de llaves. La idea causó un cálido sentimiento de alivio en su
interior, disolviendo el aislamiento que se había encajonado en ella por
semanas. Voraz por la carta, anhelando ver las marcas que las manos de Lanzani
habían hecho en el pergamino, Lali se apresuró a salir de la habitación.
Cuando llegó a la cocina, su aparición atrajo algunas
miradas extrañas por parte de la fregadera y el par de cocineras, y se dio
cuenta que su rostro debía de estar muy rojo. La excitación ardía en ella,
haciendo difícil permanecer en calma mientras rodeaba la enorme mesa de madera
hacia el lado en donde permanecían la señora Julia y la cocinera, cerca del
horno de ladrillos sobre el hogar. El aire estaba cargado con el olor del
pescado friéndose, el rico y graso aroma parecía cuajar el contenido del estómago
de Lali. Luchando contra una oleada de náuseas, tragó repetidamente y se
dirigió hacia el ama de llaves, que estaba haciendo una lista junto con la
cocinera.
-Lali: La carta -murmuró a su oído, y la señora Julia
sonrió.
-Julia: Sí. Sólo un momento más, pequeña.
Lali asintió con un suspiro impaciente. Se dio vuelta de
frente al horno, donde una de las criadas procuraba voltear el pescado de una
manera muy tosca. El aceite salpicaba repetidamente de la sartén cuando cada
pieza era golpeada, el líquido se derramaba dentro de la canasta rellena con
las brazas nuevas. Elevando sus cejas ante la ineptitud de la muchacha, Lali
dio un codazo al rechoncho cuerpo de la señora Julia.
-Lali: Señora Julia…
-Julia: Sí, ya casi terminamos -Murmuró el ama de llaves.
-Lali: Lo sé, pero el horno… no creo que la criada
debiera…
Lali fue interrumpida por una sorpresiva ráfaga de aire
caliente acompañada por un explosivo rugido mientras que la canasta empapada de
aceite se prendía fuego. Las llamas alcanzaron el techo y se esparcieron hasta
la sartén con el pescado, transformando la cocina en un infierno. Aturdida,
Lali sintió que la criada tropezó con ella, y el aire escapó de sus pulmones
mientras su espalda chocaba con el borde de la mesa dura.
Hipando por un poco de aire, Lali estaba débilmente consiente
de los gritos de temor de la criada, opacados por los agudos alaridos de la
señora Julia para que alguien trajera un saco de sales de bicarbonato de la
despensa, para sofocar las llamas.
Lali dio la vuelta para escapar del calor y del humo,
pero parecía que estaba rodeada por él. De repente su cuerpo estaba abarcado
por el dolor más sofocante de lo que hubiera imaginado posible. Entrando en
pánico ante la comprensión de que sus ropas se prendieran fuego, corrió
instintivamente, pero no podía escapar de las llamas que la devoraban viva.
Tuvo la empañada visión del rostro horrorizado de la señora Julia, y luego
alguien la arrojó violentamente contra el suelo, la voz de un hombre
maldiciendo. Había punitivas quemaduras en una pierna y en su cuerpo mientras
él sacudía sus ropas incendiadas. Lali lloró y luchó contra él, pero no pudo
respirar más, o pensar o ver mientras se sumergía en la oscuridad.
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Vivu: es una de las cosas que me encantó de la nove! que está bien escrito y es muy conmovedora (añadiendo que es una historia con reencuentro, que me encantan)
Wandii: Nooo!! las gracias las tengo que dar yo a todas ustedes por tomarse tiempo en leer y firmar!!
ca_amorlaliter: Dul jaja opino como vos! Peter esta kjdfkja en la foto!! jaja
@Ari_StaFe: No falta mucho para el reencuentro!! y prometo q no volverás a llorar con los otros!... ;)
Hablando de la maratón SOLO DIGAN PARA CUANDO LA QUIEREN!!! esta semana se me dificulta un poquito pero, gracias a Va (GROSSA) que siempre está dispuesta a ayudarme ella podría subir los caps! ^-^
besos
Danii
Me sorprendí mucho con este final! Lo que me gusta de tus historias es que nunca son las mismas!
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminarmas porfa!
ResponderEliminarsolo espero qie lali este bien
ResponderEliminaraww me encanto
ResponderEliminarhay me muero quiero saber que le paso a Laliii
ResponderEliminarGracias por lo de grosa! ;) TU NO TE QUEDAS ATRAS!
ResponderEliminarGENIA!
Dios que capitulo! :O
ResponderEliminarOh por Dios! Pobre Lali! :S
Ya quiero capitulo!!!
ResponderEliminarNO puedo con esta intriga!
Las quemaduras de Lali seran que la afectaran demasiado??? Perdera la belleza que es lo unico por lo cual de cierta manera su padre la soporta??
aaaahhh necesito cap!
ResponderEliminarEsto si no me lo esperaba! Es enserio no lo puedo creer!
ResponderEliminarPOBRE LALI!
Danii! Sube ya! jajaja
ResponderEliminarEN SERIO QUE NO PUEDO CON LA INTRIGA Y LA PREOCUPACIÓN! QUIERO SABER YA COMO ESTA LALI!!!
AY!Me está doliendoa mí,no hay peor dolor q el q provoca el fuego!Pobre Lali!
ResponderEliminarQ buen capitulo aunq vamos de triste a muy triste,pero todo ha de sumar a la historia,siento como q nada está puesto al azar.Cada cap me engancha más!
me encanta.... que le habra dicho lali para q peter se fuera( ?
ResponderEliminarpobre lali esto era lo ultimo que pense que iba a pasar
ResponderEliminarMAAS NOVE <3
huyyy mass nove!! :O
ResponderEliminarPobrecita Lali, me dio una cosita porqe me imagine toda la situación de Lali cn los juguetes de Peter :( ya quiero leer el reencuentro :). Esta buenisima esta Nove me encantaaa gracias por subirlaaa :)
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