Lali miraba para arriba del banco cuando Lanzani se le
acercó, su presencia oscura bajaba sobre ella como una sombra. Él literalmente
le quitó la respiración. Lali se horrorizo ante su propia hambre incontrolable
de tocarlo. Éste era el sentimiento de su juventud, el entusiasmo salvaje,
vertiginoso que ella nunca había podido olvidar.
-Lali: Lanzani… dijo ella sin aliento -Buenas tardes… -Él
se paró ante ella y echó un vistazo atento al umbral a través del cual Adam
acababa de salir.
-Peter: ¿Quién era ése? -Preguntó, aunque ella sospechó
que él ya lo sabía.
-Lali: Lord Sandridge -contestó ella -Un amigo muy querido.
-Peter: ¿Solamente un amigo? -Diez minutos atrás, Lali
habría contestado que sí sin dudarlo. Ahora, en luz de la oferta de matrimonio
de Adam, ella consideró la pregunta cuidadosamente.
-Lali: Él desea casarse conmigo -admitió. La expresión de
Lanzani era perfectamente aburrida, aunque había un parpadeo impar en sus ojos.
-Peter: ¿Y vos lo deseas? -Lali lo miró fijamente allí
parado ante ella, mitad en la sombra, mitad en la luz, y sintió un cambio sobre
su cuerpo, la piel zumbando debajo de la seda azul, las puntas de sus pechos
endureciéndose. El calor se esparció sobre la superficie de su pecho y estómago
como si alguien respirara contra ella.
-Lali: Probablemente -ella oyó su propio susurro. Lanzani
vino hacia ella, tomándole la mano como una orden silenciosa. Ella permitió que
la levantara de su asiento, y sintió que sus dedos largos se cerraban sobre
muñeca enguantada apenas debajo de su anillo de pimpollos blancos. Su muñeca
permaneció flexible y sin ofrecer resistencia a su asimiento. Ella sintió su
corazón contraerse brevemente al sentir su pulgar deslizarse por su palma. Sus
manos estaban forradas en gruesos guantes, pero la mera presión de sus dedos
contra ella era suficiente para acelerar su pulso –Lanzani…? -preguntó ella
tranquilamente -¿por qué no me advertiste antes de volver tan repentinamente a
Stony Cross Park?
-Peter: No pensé que te importaría si venía o no.
La obvia mentira fue entregada suavemente. Cualquier
persona le habría creído, excepto ella. ¿No me importaría? Pensó ella,
suspendida entre la angustia y una risa miserable. Cuántos días lluviosos y
noches solitarias había pasado anhelándolo. Durante el delirio que indujo la
fiebre al umbral de su muerte, ella lo había nombrado, lo había llamado, había
soñado que él la sostenía mientras ella dormía.
-Lali: Por supuesto que me importa -dijo ella con una
ligereza forzada, echando a un lado las memorias -Fuimos amigos después de
todo.
-Peter: Amigos -él repitió sin cambiar el tono de voz. Lali
retiró cautelosamente su muñeca.
-Lali: Claro que sí. Muy buenos amigos. Y tantas veces me
preguntaba que había sido de ti, después de que te fuiste.
-Peter: Ahora lo sabes -Su rostro era duro y llano -¿Me
preguntaba también, qué te sucedió a ti después de que me enviaran a Bristol? He
oído mencionar una enfermedad.
-Lali: No hablemos de mi pasado -interrumpió con una
rápida risa desaprobadora -Es bastante tonto, te lo aseguro. Estoy más
interesada en oír todo de ti. Cuéntame todo. Comienza con el momento en que
primero pusiste un pie en Nueva York -La ingeniosa adulación de su mirada
pareció divertir a Lanzani, como si entendiera de alguna manera que ella había
decidido mantenerlo a distancia flirteando con él, de tal modo evitando la
posibilidad de discutir cualquier cosa significativa -No es conversación para
un salón de baile.
-Peter: Ah, ¿Entonces es conversación de salón?
¿Conversación de salón de juego de naipes? ¿No? Cielos, debe ser espeluznante
entonces. Caminemos fuera a alguna parte. A los establos. Los caballos se entretendrán
con tu historia, y ellos casi nunca cotillean. ¿Puedes dejar a tus huéspedes?
-Lali: Oh, Gastón es un experto anfitrión, él lo hará
bien.
-Peter: ¿Y qué hay de tu dama de compañía? -Preguntó,
aunque ya la dirigía a la entrada lateral del salón de baile.
-Lali: Yo no necesito ninguna, Lanzani -Él le dio un vistazo
cuidadosamente alarmante.
-Peter: Yo creo que sí lo necesitas -Caminaron a través
de los jardines exteriores hacia la entrada trasera de los establos. Se
detuvieron en el cuarto de los arneses, en las paredes colgaban sillas de
montar, frenillos, cabestros, pecheras y cueros. Lanzani vagó hacia una silla
de montar y pasó sus yemas sobre la superficie pasada de moda. Su cabeza oscura
se inclinó, y pareció como si repentinamente se perdiera en recuerdos.
Lali esperó hasta que su mirada volvió a ella.
-Lali: ¿Cómo conseguiste comenzar en Nueva York?-
preguntó. -Hubiera creído que encontrarías algo en relación con los caballos.
¿Por qué es que te convertiste en un barquero?
-Peter: Mover cargo en los muelles fue el primer trabajo
que pude encontrar. Cuando no cargaba los barcos, aprendí cómo defenderme a mí
mismo en una pelea callejera. La mayoría del tiempo los cargadores del muelle
tienen que pelearse para definir quien consigue el trabajo- Se detuvo
brevemente, y agregó francamente -Aprendí en poco tiempo la forma de pelear
para conseguir lo que deseaba. Finalmente pude comprar un pequeño barco de vela
con calado hondo, y me convertí en el barquero más rápido en ir y volver a
Staten Island -Lali escuchó cuidadosamente, intentando comprender el proceso
gradual por el cual el arrogante muchacho se había convertido en este hombre
duro que estaba parado frente ella.
-Lali: ¿Alguien fue tu mentor? -Preguntó ella.
-Peter: No, no tuve ningún mentor -Él recorrió sus dedos
por la línea firme de su pelo corto -Yo me considere a mí mismo un criado
durante mucho tiempo. Nunca pensé que sería más de lo que era entonces. Pero
después de un tiempo me di cuenta que los otros barqueros tenían ambiciones
mucho mayores que las mías. Me contaban historias sobre hombres como John Jacob
Astor ¿has oído hablar de él?
-Lali: Creo que… ¿Es contemporáneo de los Martínez? -La
pregunta hizo reír a Lanzani repentinamente, sus dientes destellaban blancos en
su rostro oscuro.
-Peter: Él es más rico que los Martínez, aunque ni Pablo
lo admitirá. Astor era el hijo de un carnicero que comenzó con nada e hizo una
fortuna en el comercio de las pieles. Ahora él compra y vende propiedades
inmobiliarias en Nueva York. Tiene un patrimonio de al menos quince millones de
dólares. He conocido a Astor, es un hombrecillo dominante que apenas sabe
hablar inglés y se ha convertido en uno de los hombres más ricos del mundo -Los
ojos de Lali se agrandaron. Ella había oído hablar del explosivo crecimiento de
las industrias en América, y del crecimiento rápido del valor de las
propiedades en Nueva York. Pero le parecía casi imposible para un hombre,
especialmente uno de clase baja, haber adquirido tal fortuna. Lanzani pareció
seguir el tren de sus pensamientos.
-Peter: Todo es posible, allá. Tú puedes hacer mucho
dinero si estás dispuesto a hacer lo que sea necesario. Y el dinero es todo lo
que importa, puesto que los americanos no se caracterizan por los títulos o la
sangre noble.
-Lali: ¿Qué quieres decir con, 'si estás dispuesto a
hacer lo que sea necesario? ¿Qué has tenido que hacer?
-Peter: He tenido que sacar ventaja de otros. He
aprendido a ignorar mi conciencia y a poner mis propios intereses sobre los de
cualquier persona. Sobre todo, he aprendido que no puedo darme el lujo de
cuidar a otras personas sino sólo a mí mismo.
-Lali: Tú no eres así -dijo ella.
-Peter: No lo dudes ni por un minuto, Lali. No soy nada
como el muchacho que conociste. Él más bien pudo haber muerto cuando dejó Stony
Cross -Lali no podía aceptar eso. Si no hubiera quedado nada de ese muchacho,
entonces una parte vital de su corazón moriría también. Girando hacia una
tachuela en la pared más cercana, ella ocultó la infelicidad que había
convertido su mirada.
-Lali: No digas eso.
-Peter: Es la verdad.
-Lali: Parece que me estuvieras advirtiendo de mantenerme
lejos de ti -dijo ella con voz poco clara.
Lali no se dio cuenta del acercamiento de Lanzani, pero
repentinamente él estaba detrás de ella. Sus cuerpos no se tocaban, pero ella
estaba agudamente conciente de la solidez y del tamaño de él. En el medio de su
agitación interna, un hambre puramente física la envolvió. Se sentía débil con
la necesidad de reclinarse contra él y atraer sus manos a su cuerpo. Había sido
una mala idea haberse ido sola con él, pensó ella, cerrando los ojos
firmemente.
-Peter: Te lo estoy advirtiendo -dijo suavemente -Debes
pedirme que me vaya de Stony Cross. Me iré, Lali, pero sólo si tu dejas que
suceda -Su boca estaba muy cerca de su oído, su respiración acariciando el
blando borde externo.
-Lali: ¿Y si no lo hago?
-Peter: Entonces me voy a acostar contigo -Lali se dio
vuelta para hacerle frente la mirada estupefacta.
-Lali: ¿Qué?
-Peter: Ya me oíste -Lanzani se inclinó hacia adelante y
apoyo sus manos a ambos lados de ella, sus palmas aplanadas en la madera
antigua del establo -Voy a tomarte -dijo, su voz enlazada con una amenaza suave
-Y no será nada como la forma gentil de hacer el amor a la que estás acostumbrada
con Sandridge -Eso era un tiro en la oscuridad. Lanzani la miró atentamente,
para ver si ella contradecía su presunción.
Lali guardó silencio mientras se daba cuenta que decirle
algo de la verdad haría que todos sus secretos quedaran revelados. Era mejor
que él pensara que ella y Adam eran amantes, antes que preguntarse por qué ella
había permanecido sola por tantos años.
-Lali: Tu... tu no pierdes tiempo en delicadezas, ¿no es
así? -Se las arregló para decir, mirándole con asombro, mientras que una
sensación caliente invadió el agujero de su estómago.
-Peter: Yo sólo pensé que era justo darte una advertencia
-La familiaridad extraña del momento la sacudió, mientras se sentía esclava de
esos extraordinarios ojos verdosos. Esto no podía realmente estar sucediendo.
-Lali: Tu nunca me lastimarías -murmuró ella -No importa
lo mucho que hayas cambiado -Lanzani contestó firmemente, mientras que su
mirada abarcaba cada grado de temperatura entre el fuego y el hielo.
-Peter: Si no me envías lejos de Stony Cross para mañana
por la mañana, lo tomaré como una invitación personal a tu cama -Lali sintió
una mezcla desconcertante de emociones, diversión, consternación, para no
mencionar admiración. El muchacho que había nacido para servir se había
convertido en un espléndido y arrogante hombre, y ella amaba su furiosa
confianza en sí mismo. Si las circunstancias fueran diferentes, ella estaría
completamente gustosa de darle todo lo que el deseara de ella. Si sólo… De
repente su mente se puso en blanco al sentir las manos de Lanzani sobre su
collar de perlas. El apoyo la mayoría de su peso en una pierna, dejando que la
otra jugara libremente entre sus faldas. En ese momento de proximidad
completamente vestidos, Lali sintió su propio control derrumbarse. La fragancia
de su piel llenó sus fosas nasales, un indicio de colonia y jabón de afeitar, y
la limpia y calidad fragancia masculina que sólo le pertenecía a él. Respirando
profundamente, ella sintió una sacudida elemental en respuesta.
Con una deliberación que la dejo perpleja, Lanzani
utilizo el frente de su cuerpo para anclarla contra la pared. Ella sintió su
mano libre resbalar detrás de su cuello, y su enguantado pulgar y dedo índice
esparcirse firmemente alrededor de la parte posterior de su cráneo. Por alguna
razón no se le ocurrió a Lali que ella debería intentar oponerse. Ella sólo
podía quedarse allí, colgando su asimiento, débil con excitación, deseo y
agitación.
-Peter: Dime que me vaya -murmuro Lanzani, pareciendo
querer que ella luchara, casi deseando que lo hiciera. Su falta de oposición
parecía enardecerlo. El aire caliente de su respiración golpeó sus labios, y
ella sintió su cuerpo tensarse por dentro –Dime… -él la urgió, mientras su
cabeza se acercaba a la suya.
Y los recuerdos de quiénes y de que habían sido, de los
últimos besos, de anhelos agonizantes, fueron consumidos en un rugido de deseo.
Sólo existía su gemido atrapado en la boca caliente de Lanzani, el beso comenzó
como una agresión, transformándose velozmente en un tipo de rápida y eufórica
reverencia. Su lengua se hundió dentro de ella, fuerte y segura, y ella lanzo
un grito ante el placer de ello, el sonido suavizado por sus labios. Lanzani le
había enseñado como besar, y el aun recordaba todos los trucos que la
excitaban. Él se detuvo para jugar con ella, usando sus labios, dientes,
lengua, luego volviendo dentro, ahondando dentro de su boca con besos
gloriosamente agresivos. Su mano se deslizo desde su cuello al final de su
espina dorsal, atrayéndola mas firmemente contra él. Arqueándose en respuesta, Lali
gimió cuando su palma alcanzo su trasero y la impulso contra sus caderas. Aun
con el espesor de sus faldas entre ellos, ella pudo sentir la dura marca de su
excitación.
EL placer se intensifico hasta llegar a un tono casi
atemorizante. Demasiado, muy fuerte, muy rápido... De pronto Lanzani hizo un
sonido ronco y se separó de ella. Mirándolo, Lali se apoyó contra la pared, sus
piernas amenazando ceder bajo ella. Ambos respiraban con profundas succiones de
sus destruidos pulmones, mientras que la pasión frustrada saturaba el ambiente.
Finalmente Lanzani pudo hablar.
-Peter: Vuelve a la casa -dijo roncamente -mientras aun
pueda dejarte. Y piensa en lo que te dije.
Le llevo varios minutes recomponerse para volver a la
fiesta. Ella pensaba que había logrado llevar en su rostro una fachada de
equilibrio sobre sus emociones internas, nadie parecía notar que todo estaba
mal mientras ella saludaba a los invitados y conversaba y reía con alegría
artificial. Sólo Gastón, quien le dio una mirada meditativa desde el otro lado
del salón de baile, la hizo consiente de las estrechas franjas de calor que
brillaban en la parte superior de sus mejillas. Y Adam, por supuesto, quien
apareció en su codo izquierdo y observo su trastocado rostro con discreta
preocupación.
-Lali: ¿Luzco bien? -Le susurró ella.
-Adam: Aparte de ser la usual belleza arrebatadora -dijo
Adam -estas un poco acalorada. ¿Qué sucedió entre ustedes? ¿Hablaron? -Mas que
hablar, pensó tristemente. Ese beso, el placer aniquilante como nada que ella
hubiera sentido antes. Años de deseo y fantasía rezumando en una pura sensación
física. Parecía imposible deshacerse del ferviente deseo, permanecer parada
mientras sus rodillas mostraban una inclinación a ceder. Imposible pretender
que todo era como debía ser, cuando nada lo era.
Ese beso, cargado con el mutuo apetito de descubrir los
cambios que se habían sucedido en tantos años de vivir separados. Lanzani
presentaba un peligro a Lali, en todo sentido, y aun así ella estaba segura de
que tomaría las decisiones equivocadas, correría riesgos dementes, todo por el
intento fútil de calmar su necesidad de él.
-Lali: Adam… -murmuró ella sin mirarlo -¿alguna vez has deseado
algo tan fuertemente que harías cualquier cosa por tenerlo, aun sabiendo que
sería malo para ti?
Caminaron lentamente, dando un giro por las afueras del
salón de baile.
-Adam: Por supuesto -respondió Adam -Todas las cosas
verdaderamente agradables de esta vida son invariablemente malas para ti y son
aún mejores cuando las haces en exceso.
-Lali: No me estas ayudando -dijo severamente, luchando
por mantener una sonrisa.
-Adam: ¿Te gustaría que alguien te dé permiso para hacer
lo que tú ya has decidido? ¿Eso te ayudaría a pacificar tu culpable conciencia?
-Lali: Si, a decir verdad. Pero nadie puede hacer eso por
mi.
-Adam: Yo puedo -Ella rió de repente -Mediante esto te
doy permiso para hacer lo que desees. ¿Te sientes mejor ahora?
-Lali: No, sólo asustada. Y como mi amigo, tu deberías
estar haciendo lo máximo para prevenirme de cometer un error que resultara en
un gran dolor.
-Adam: Tu ya sientes el dolor -él le marco -Ahora podrías
también tener el placer de cometer ese error.
-Lali: Dios mío -susurro apretando su brazo -eres una
terrible influencia, Adam.
-Adam: Lo intento -murmuro, sonriéndole.
Pablo deambulaba por los jardines detrás de la casa,
siguiendo un camino de lajas que giraba alrededor de una fila de tejos
habilidosamente diseñados. Él esperaba que el aire del exterior lo distrajera
de las tentaciones. La noche aún era joven, y él debía aminorar el ritmo de su
bebida un poco. Más tarde, cuando los invitados se dispersen, él daría rienda
suelta a su sed, y se emborracharía correctamente. Desgraciadamente, aun tenía
que sufrir unas pocas horas de relativa sobriedad. Unas pocas antorchas,
estratégicamente colocadas, proveían luz suficiente para alojar una caminata
nocturna. En su deambular errante, Pablo dio con un pequeño espacio abierto que
contenía una fuente en el medio.
Para su sorpresa, vio una muchacha desplazándose por el
claro. Ella parecía estar disfrutando de la música distante que flotaba de las
ventanas abiertas del salón de baile. Tarareando suavemente, ella se deslizaba
en una soñadora aproximación a un vals, deteniéndose ocasionalmente para beber
un sorbo de su copa de vino. Observando un atisbo de su perfil, Pablo vio que
no era una muchacha sino una mujer joven, con hermosas, pero comunes facciones.
Debe ser una sirvienta, pensó el, notando que su vestido era viejo, y su
cabello estaba entrelazado flojamente en su espalda. Tal vez ella era una mucama
disfrutando de un vaso de vino robado.
La mujer giro de acá para allá como una cenicienta
descarriada cuyo vestido de baile había desaparecido antes de que ella llegara
a la fiesta. Ella hizo que Pablo sonriera. Olvidando temporalmente su deseo de
otro trago, Pablo se acercó, mientras el salpicar de la fuente ocultaba el
sonido de sus pasos.
En el medio de un lento giro, la mujer lo vio y se
congelo.
Pablo permaneció parado delante de ella con su
acostumbrada elegancia desgarbada, girando su cabeza y mirándola con una mirada
bromista. Recuperándose rápidamente, la mujer le clavo la mirada. Una sonrisa
arrepentida curvo sus labios, y sus ojos destellaban en la suave luz de las
antorchas. A pesar de su falta de belleza clásica, había algo irresistible en
ella, un tipo de vibrante alegría femenina que él nunca había visto antes.
- Bueno -ella dijo -esto es bien humillante, y si tienes
algo de piedad, olvidaras lo que has visto.
-Pablo: Tengo la memoria de un elefante -él le dijo con
un arrepentimiento fingido.
- Que desagradable de tu parte -contestó ella, y rió
libremente. Pablo fue seducido instantáneamente. Cientos de preguntas llenaron
su cabeza. Quería saber quién era, porqué estaba allí, si le gustaba el té con
azúcar, si había trepado árboles de niña, y como había sido su primer beso.
El desborde de curiosidad lo dejo perplejo. El
generalmente evitaba el preocuparse por alguien lo suficiente como para evitar
estas preguntas. Sin confiar en poder hablar, Pablo se acercó a ella
cuidadosamente. Ella se puso levemente rígida, como si no estuviera
acostumbrada a la proximidad con un extraño. Mientras él se acercaba, vio que
sus facciones eran llanas y su boca era suave y dulcemente formada. Sus ojos
eran de un color obscuro, marrones quizá, ojos brillantes que contenían
profundidades inesperadas.
-Pablo: Bailar un vals es de alguna manera más fácil con
un compañero -comento él -¿Te gustaría probar?
La mujer lo miro como si de pronto se encontrara en una
tierra lejana con un amable extranjero. La música del cuarto de baile se
deslizaba por el aire en una corriente intoxicante. Después de un momento, ella
sacudió la cabeza con una sonrisa de disculpas, buscando una excusa para
rechazarlo.
- Mi vino aún no se ha acabado -Lentamente Pablo alcanzo
la copa casi vacía de su mano. Ella se rindió sin una palabra, su mirada
permanecía trabada con la de él. Llevando la copa a sus labios, Pablo trago el
contenido en una experta maniobra, luego apoyo el frágil recipiente en el borde
de la fuente.
Ella rió intensamente y sacudió sus dedos a él en una
mueca de reproche.
Él le ofreció su mano desnuda, habiéndose quitado los
guantes y colocado en su bolsillo tan pronto como él ingresó al jardín.
Volteando su palma hacia arriba, el deseaba silenciosamente que ella la tomara.
Aparentemente la decisión no era nada fácil. Ella miro
mas allá de él, su expresión repentinamente contemplativa, el borde de sus
dientes mordiendo la exuberante curva de su labio inferior. Justo cuando Pablo
pensaba que iba a rechazarle, ella lo alcanzo impulsivamente, sus cálidos dedos
cerrándose en los de él. Él sostuvo su mano como si sostuviera un frágil
pájaro, y la acerco lo suficiente como para oler una pizca de agua de rosas en
sus cabellos. Su cuerpo era delgado, dulcemente formado, su cintura sin corsé
suave debajo de sus dedos. A pesar de lo innegable romántico del momento, Pablo
sintió un tirón de deseo totalmente antiromántico mientras que su cuerpo
reaccionaba con la típica conciencia masculina ante la presencia de una mujer
deseable. Él deslizo a su compañera en un lento vals, guiándola expertamente a
través del irregular camino de lajas.
-Pablo: He visto duendes bailando en el jardín antes
-dijo él -cuando tomo lo suficiente de brandy. Pero nunca había realmente
bailado con una antes -Él la sostuvo más estrechamente cuando ella trató de
cambiar su dirección.
- No, déjame guiarte. Estábamos muy cerca del borde del
pavimento -protesto ella, riendo mientras él la obligaba a volver a su ritmo.
-Pablo: No, no lo estábamos.
- Americano mandón -dijo ella, arrugando su nariz -Estoy
segura que no debería bailar con un hombre que admite haber visto duendes. Y
sin duda tu esposa tendrá una o dos cosas que decir sobre esto.
-Pablo: No tengo esposa.
- Si la tienes -Ella le dio una sonrisa amonestadora,
como si fuera un niño de colegio al que encontró en medio de una travesura.
-Pablo: ¿Porque estas tan segura?
- Porque tu eres uno de los americanos, y ellos están
todos casados, exceptuando al Sr. Lanzani. Y tu no eres Lanzani.
-Pablo: Hay otro americano no casado en el grupo -comento
perezosamente -soltando su cintura y haciéndola girar con una mano. Al completar
la vuelta, la volvió a sostener contra sí y le sonrió.
- Si -respondió ella -pero ese sería el...
-Pablo: Sr. Martínez -dijo servicialmente, mientras la
voz de ella se iba perdiendo.
- Oh... -Ella lo miró con los ojos bien abiertos. Si él
no la hubiese estado sosteniendo tan fuertemente, ella se hubiera tropezado -Eres
un libertino, entonces.
-Pablo: De la peor clase -Ella se soltó con una risa.
- Al menos eres honesto. Sin embargo, será mejor que me
vaya ahora. Gracias por el vals... fue encantador.
-Pablo: No te vayas -dijo, su voz suave y apremiante
-Espera, dime quien eres.
- Tienes tres oportunidades.
-Pablo: ¿Eres una criada?
- No.
-Pablo: ¿Eres del pueblo?
- No -Pablo frunció el ceño ante una idea repentina.
-Pablo: No eres la amante del Conde ¿no?
- No -ella dijo dulcemente, sonriendo -Esa fue tu tercera
oportunidad. Adiós Sr. Martínez.
-Pablo: Espera…
- Y nada de bailar con duendes en el jardín -lo amonesto
ella -Esta mojado, y te arruinaras los zapatos -Ella lo abandono velozmente,
dejando sólo la copa vacía en la fuente, y la confusa sonrisa en los labios de
Pablo, como única evidencia de que ella había estado allí.
Continuará...
------------------------------------
Les dejo dos caps!! :D como prometí!!
bueno para repasar un poquito: Lali tiene una cicatriz en la pierna, secuela del accidente que tuvo, eso le creo una gran complejo es por eso que no deja que nadie la vea excepto la Sra. Julia y Cande y es una de las razones por la que evitó relacionarse con hombres en ciertos aspectos... espero haber podido responder algunas preguntas aunque surgen muchas más como: ¿Qué pensará Peter cuando se entere? ¿Se enterará? y otra muy importante: ¿Quién era la mujer que Pablo conoció???.... espero sus opiniones! :D
una vez más les doy las gracias por leer y firmar!... bienvenidas a las nuevas lectoras y saludos a las que siempre firman... y perdón por no haber subido más pero los horarios se me mezclaron y estoy un poquito atrasada con las tareas jeje... sé que Va está más que dispuesta a ayudar pero no pude adaptar ningún cap! :(
espero sepan comprender!
Ahora me voy a dormir, estoy mui cansada!
Besos y que mañana la pasen lindo...
:D
Me fascina!! Peter no se si amarlo o odiarlo, aunque calculo q con el paso de los capítulos lo voy a amor, pablo todo un caballero con Cande??? Espero más mañana Besos!
ResponderEliminarGracias por los capítulos, que Lali caiga en las redes de Peter, sufrirá pero también disfrutará jaja:)-
ResponderEliminarRuthy_lu
Muy buenos los capi y estoy casi segura de que era cande la que bailo con Pablo en la fuente espero madssssssss capi
ResponderEliminarMe encanta la nove! Yo creo que la chica que bailó con Pablo es Cande. Gracias por la maratón! Espero más novee!!
ResponderEliminarPara mí es Cande.Peter tiene un poder increible sobre Lali,caera a sus pies sólo espero q no la haga sufrir demasiado,q sobreviva el verdadero sentimiento q el tiene por ella ,AMBOS SE AMAN!
ResponderEliminarmasss noveeeee!!! creo q es Cande pero nose, nose.... y Lali pues....espero q caiga en las redes de Peter!! un besooo!! :D
ResponderEliminarme la lei toda hoy!! me encanta!! creo q la chica es cande :-) besitsss
ResponderEliminarfaty****
yo no creo que sea cande pro qeu dijo que no es del pueblo entonces sabiendo creo qeu seria rochi si la metes jaja
ResponderEliminary lo de lali mm la cicatriz de un accidente no es el del fuego ???
y no creoq eu lali pueda defenderse contra lanzani el es mas fuerete y mas por que lali quiere que pase
ahora con lo de la cicatriz se me aclararon las cosas jaja
ResponderEliminarpara mi la mujer q vio pablo fue cande jeje
espero mas
besoss
Muchas gracias por subir esta novela ..... aunque ya la he leido, te cuento que con Laliter es mas linda de leer .....
ResponderEliminarDe verdad, que sos una genia como haces para combinar todo: el logo, el papel de fondo, en bien, con cada novela que subis me enamoro mas del blog.
Seguire esperando todo lo que se viene, aunque muchas estan encaminadas, hay varias sorpresas dando vueltas en esta historia.
Besos enormes
Vas a seguir con el asunto de las maratones los dias que dijiste?
ResponderEliminarPorque estoy bastante liadas con cosas del trabajo y por ahi es facil leer varios capis seguidos en forma de maraton que dia a dia ..... esta bien que despues me como los codos por saber como va a seguir ( mas alla de haberla leido ) pero es para ver como hago .....
Besos ( de nuevo )
MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE
ResponderEliminarMAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE MAS NOVE
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QUIERO MAS NOVELA
ResponderEliminarQUIERO MAS NOVELA
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QUIERO MAS NOVELA
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hayy me encantaron los caps!!! mass novee ♥
ResponderEliminarEs candeee :D amooo esta nove :D
ResponderEliminarMe gusta muchísimo esta novela :D ♥
ResponderEliminarUna pregunta: ¿alguna de ustedes sabe en qué blog puedo encontrar novelas laliters para descargar? Me refiero a como hay en esta. Muchas gracias de antemano :)
Maas!!
ResponderEliminarnove
ResponderEliminarno me gusta este nuevo peter :c
ResponderEliminarestoy segurisima de que la chica de pablo es cande :D
Sube maaaas!
Me encanto el capitulo!
ResponderEliminarLo leí ayer pero no alcance a leer!
Besos
@vagomi
Para mi qe es Cande :) obvio qe Peter se va a enterar y estoy segura de que cn cicatriz y todo le va a decir qe es hermosa :D me encanto buenisimo el cap
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