Era bastante pasada la medianoche, y las antorchas se
estaban apagando. Los músicos tocaban cerca de la hoguera, mientras que los
bailarines sudaban copiosamente mientras entraban y salían del charco de luz
parpadeante.
Mirando fijamente el brillo de la hoguera, Lali se apoyó
contra Lanzani. Él la sostuvo automáticamente, una mano posada en la pequeña
curva de su cintura, otra ahuecada con cuidado alrededor de su codo. Los ojos
de Lali se entrecerraron cuando el calor de la luz de la lumbre describió su
rostro.
-Lali: Eres más alto -murmuró distraídamente, pensando
como él solía estar de pie con su barbilla descansando en lo alto de su cabeza.
Ahora él no podía hacer lo mismo sin encorvarse. Él dobló su cabeza, su voz
cálida y suave en su oído.
-Peter: No, que va.
-Lali: Sí que lo eres. -El vino había aflojado su lengua-
No encajamos del modo en que solíamos -Su pecho, tan sólido detrás de ella, se
movido en un jadeo de diversión.
-Peter: El apto puede ser mejor que antes. Intentémoslo y
veamos -Lali sonrió y casi se permitió derretirse contra él, como deseaba,
necesitaba, apoyar su cabeza en su hombro y sentir su boca acariciar el frágil
arco de su cuello. En cambio estuvo de pie en calma absoluta, mirando a ciegas
la hoguera.
-Lali: En la casa no -se oyó susurrar. Lanzani no se
movió, pero ella sintió la conmocionada respuesta que le atravesó. Pasó todo un
minuto antes de que él murmurara.
-Peter: ¿Entonces dónde?
-Lali: Paseemos por los bosques -dijo ella de manera
temeraria- por el camino que va al lado del pozo de los deseos.
Lanzani conocía el camino al que ella se refería, una
ruta oscura y poco frecuentada que habían atravesado mil veces en su juventud.
No podría haber duda en su mente en cuanto a porqué lo sugirió.
Una pequeña sonrisa pesarosa se elevó a los labios de Lali
cuando pensó que unirse en el bosque era apenas algo romántico. Furtivo, poco
elegante, precipitado, y casi seguramente incómodo. Pero ella nunca tendría el
lujo de velas y blancas sábanas de lino y hacer el amor despacio. Si iba a
evitar que Lanzani viera sus cicatrices, necesitaba oscuridad y conveniencia,
para que no tuviera la oportunidad de fijarse en sus piernas. El hecho que en
realidad estuviera pensando semejante cosa, un acto tan completamente
desprovisto de gracia y ternura, era asombroso. Pero esto era todo lo que
podría tener de Lanzani. ¿Y a quien le haría daño esto? Sin duda Lanzani quería
la oportunidad de tomar lo que se le había negado en el pasado. Por su parte,
ella quería algo que recordar, durante todos los largos años que aún tenía que
vivir sin él. Se deseaban por lo que eran motivos probablemente egoístas y en
el actual humor de Lali, sencillamente era correcto.
-Peter: El pozo de los deseos... -murmuró- ¿Aún lo
visitas? -Ella recordó como, de niña, a menudo iba a echar un alfiler en el
pozo y deseaba algo que no podía tener.
-Lali: No -dijo, y se dio la vuelta para afrontarlo con
una débil sonrisa- Ese pozo se quedó sin magia hace mucho tiempo. Nunca hizo ninguno
de mis deseos realidad -Su rostro estaba en sobras mientras estaba de espaldas
a la luz de la lumbre.
-Peter: Tal vez no deseaste las cosas adecuadas.
-Lali: Siempre -admitió, su sonrisa sostenía una agridulce
curva.
Lanzani la miró atentamente, luego la alejó de la
hoguera, hacia el bosque que rodeaba Stony Cross Park. Pronto fueron tragados
por la noche, su camino iluminado por la luna cruzada por una nube. Al cabo de
un rato los ojos de Lali se adaptaron a la oscuridad que se espesaba, pero sus
pasos eras menos seguros que los de Lanzani mientras paseaban por los
bosquecillos de avellanos y olmos. Él la cogió de la mano. Recordando como la
había acariciado una vez, los tiernos lugares en los que se había aventurado
aquellos dedos hacía tanto, Lali sintió que su respiración se volvía agitada.
Se liberó de él de un tirón con una risa grave y nerviosa.
-Peter: ¿Ando demasiado rápido para ti? -preguntó
Lanzani.
-Lali: Solamente un poco -Ella había andado demasiado esa
tarde.
-Peter: Entonces nos detendremos durante un momento -Él
la atrajo al lado del camino, donde se extendía un enorme roble, y se apoyaron
en una hendidura de sus raíces. El bosque parecía suspirar mientras los
envolvía en una susurrante humedad musgosa. Cuando Lali se apoyó contra el
tronco del árbol, Lanzani surgió sobre ella, su aliento revolvió los mechones
de pelo que caían sobre su frente.
-Lali: Lanzani -dijo, tratando de parecer despreocupada-
Quiero preguntarte algo -Las yemas de sus dedos rozaron el lado de su cuello,
acariciando los nervios sensibles.
-Peter: ¿Sí?
-Lali: Háblame sobre las mujeres que has conocido. Las
que... -hizo una pausa mientras pensaba la palabra apropiada. Lanzani
retrocedió unas pulgadas.
-Peter: ¿Qué quieres saber?
-Lali: Si amaste a alguna de ellas -En el silencio de
Lanzani, Lali alzó la vista para encontrarlo mirándola fijamente con una
intensidad que envió escalofríos calientes y fríos por su cuerpo.
-Peter: No creo en el amor -dijo- Es una píldora
azucarada, la primera vez que la pruebas es bastante tolerable, pero
rápidamente llegas a las capas amargas de debajo -Ella había sido la única,
entonces. Lali sabía que debería lamentar el hecho de que después de ella, sus
relaciones con mujeres hubieran sido puramente físicas. Pero como siempre, era
egoísta en lo que se refería a Lanzani. No podía evitar alegrarse de que sus
palabras de hace tanto se hubieran demostrado verdaderas. "Tendrás mi
corazón siempre, me has arruinado de por vida."
-Peter: ¿Qué pasa con Adam? -preguntó- ¿Lo amas?
-Lali: Sí -susurró. Ella amaba a Adán cariñosamente, sólo
que no de la manera que él quería decir.
-Peter: Y sin embargo estás aquí conmigo -murmuró.
-Lali: Adam -se detuvo y se aclaró la garganta- Lo que
quiera que yo decida hacer no le importa. Esto no tiene nada que ver él. Tu y
yo...
-Peter: No, no lo tiene -dijo él con repentina cólera-
Dios mío, él debería tratar de arrancarme la garganta, en lugar de dejarte ir a
cualquier parte sola conmigo. Él debería estar dispuesto a hacer cualquier cosa
excepto matar, maldición, yo ni siquiera me detendría ante eso, para mantener a
otros hombres lejos de ti -La repugnancia espesó su voz- Te mientes a ti misma,
si crees que alguna vez estarás satisfecha con la clase de matrimonio sin
sentimientos que tenían tus padres. Necesitas un hombre que iguale tu voluntad,
que te posea, que ocupe cada parte de tu cuerpo y cada rincón de tu alma. A los
ojos del mundo, Adam es tu igual, pero tú y yo lo sabemos mejor. Él es tan
diferente de ti como el hielo del fuego -Él se inclinó sobre ella, su cuerpo
formó una fuerte jaula viviente a su alrededor- Yo soy tu igual -dijo
seriamente- aunque mi sangre sea roja en vez de azul, aunque yo fui condenado
por mi mismo nacimiento a no tenerte jamás, por dentro, somos iguales. Y
rompería cada ley de Dios y del hombre sí…
Lanzani se detuvo de repente, mordiendo las palabras
cuando se dio cuenta que estaba revelando demasiado, permitiendo que sus
desbocadas emociones trajeran lo mejor de él. Lali deseaba decirle que ella
nunca había pensado en él sino como en un igual. En cambio alargó la mano a los
botones del chaleco de Peter y comenzó a desabrocharlos.
Incluso a través de las capas de tela, podía sentir la
dureza de su estómago, las rígidas capas de músculo. Lanzani estaba inmóvil,
los nudillos de sus puños apretados clavados en la corteza del roble. Ella se
movió con cuidado en la fila de botones, luego comenzó con su camisa. Él no
trató de ayudarle, sólo permanecía inmóvil bajo sus cuidados. Temblando de
excitación, finalmente le desabotonó la camisa y se la sacó del pantalón. La
ropa estaba arrugada y caliente donde había estado metida en su cintura.
Deslizando las manos dentro de la ropa abierta de Lanzani, Lali inhaló
rápidamente. Su piel estaba muy caliente, olía a sal y era tentadora. Sus
palmas se movieron despacio por su pecho. Estaba fascinada.
Lanzani respiraba con rapidez y empujó sus manos detrás
de ella, tirando de los cierres detrás de su vestido. Su boca llegó a su
garganta, acariciando con la nariz y besando, mientras tiraba con fuerza de la
parte trasera de su corpiño. Su vestido cayó alrededor de su cintura, revelando
un corsé que alzaba sus pechos bajo una delgada camisa de algodón. De pronto el
sentido de irrealidad volvió a Lali intrépida. Deslizando los tirantes de su
camiseta por sus hombros, liberó a tirones sus brazos y se bajó la ropa por
encima de su corsé. Sus pechos se derramaron, las sombreadas puntas se
contrajeron al aire libre.
Los dedos de Lanzani se deslizaron bajo la curva pálida
de un pecho, e inclinó la cabeza sobre su pecho. Ella saltó un poco cuando el
calor húmedo de su boca se cerró sobre ella. Su lengua trazó el borde de la
tensa aureola, luego acarició la punta, cosquilleando la carne sensible. Ella
se retorció y jadeó, mientras el deseo palpitaba por todo su cuerpo. Liberando
el pezón, Lanzani retrocedió para acariciar su excitada carne con la ráfaga
húmeda de su aliento. Su lengua la exploró, lamiéndola con la suavidad de una
pluma haciendo que se retorciera y gimiera.
Él tomó la cima palpitante entre sus dientes,
mordisqueando con una presión delicada que provocó dardos de sensación que
bajaron hasta los sus dedos de sus pies. Lali estaba tan fascinada por el
placer de su boca que no notó que él le bajaba el vestido hasta que cayó al
suelo en un montón, dejándola en su ropa interior. Consternada, se dobló
automáticamente para recuperar su vestido, pero Lanzani le empujó la espalda
contra el árbol y agarró su boca en un beso devastador. Sus dedos fueron a las
cintas de sus calzones, soltándolas hasta que cayeron a sus rodillas.
Con torpeza ella alargó las manos a la parte alta de sus
medias, comprobando para asegurarse que sus ligas no habían resbalado. Su
corazón dio un espeluznante vuelco cuando sintió que una de sus manos cubrían
las suyas.
-Peter: Yo lo haré -murmuró, pensando sin duda que ella
quería desatar la liga.
-Lali: No -A toda prisa ella agarró su mano y tiró de
ella hasta su pecho. Para su alivio, Lanzani al instante se distrajo por la
maniobra, acariciando con su pulgar el capullo de su pezón. Lali levantó el
rostro para que la besara, separando los labios con impaciencia bajo los suyos.
Sentía la forma de su excitación contra su muslo, la dureza presionando tras la
hilera de los botones del pantalón.
Ávidamente Lali alargó la mano hacia él para desabrochar
los botones, el dorso de sus nudillos bajaron tras la tela calentada por piel.
Ambos jadearon cuando finalmente le liberó, su rígida carne saltó de los
límites de la gruesa tela. Temblando por la anticipación, Lali le rodeó con sus
dedos en un delicado y caliente apretón. Él besó su boca, buscándola con la
lengua mientras su mano libre vagaba sobre su estómago. Él examinó
cuidadosamente los rizos oscuros entre sus muslos, mientras uno de sus pies la
empujaba en su empeine, obligándola a abrirse. Lali experimentó una emoción de
primitivo placer al ser tan completamente dominada. Habiendo soltado la pasión
de Lanzani, ahora tenía que aceptar las consecuencias y estaba más que
preparada para darle lo qué ambos habían deseado durante tanto tiempo.
Sus dedos localizaron los hinchados pliegues de su
hendidura, luego la separó con total suavidad. Tirando con impotencia de sus
muñecas prisioneras, Lali se contrajo al sentir la yema de su dedo deslizándose
contra la apertura de su cuerpo.
Entonces él la llevó al límite, y quedó suspendida en un
atormentado placer, su cuerpo contrayéndose en espasmos, su garganta
dilatándose con un jadeo profundo de aire. Después de lo que pareció una
eternidad, el placer se alivió en exquisitas oleadas, y ella gimió contra sus
labios.
-Lali: No puedo soportarlo -jadeó- Por favor Lanzani...
por favor...
Al parecer aquellas palabras eran lo que él había estado
esperando. Él la juntó contra su cuerpo y la levantó con la facilidad
increíble. Uno de sus brazos le protegió la espalda de la raspadura del tronco
del árbol, mientras enganchaba el otro cuidadosamente bajo sus nalgas. Lanzani
la besó, su aliento caliente llenaba su boca. Ella sintió la brusca presión de
su sexo, la dureza empujando en el vulnerable valle de su cuerpo. Su carne se
resistió, apretándose contra la amenaza de dolor. La punta de su miembro entró
en ella, y cuando Lanzani la sintió cerrarse caliente y acogedora, su urgencia
pareció ampliarse cien veces. Él empujó hacia arriba, permitiendo al mismo
tiempo que el propio peso de Lali la impulsara en su hinchada longitud. Un
jadeo entrecortado salió de la garganta de Lali cuando su cuerpo cedió el paso
a la invasión implacable. De pronto él estaba dentro de ella, desgarrando y
llenando y estirando los suaves tejidos. Lali se arqueó conmocionada, sus manos
se cerraron en puños contra su espalda.
Lanzani se congeló cuando los signos de su dolor hicieron
mella en su cerebro nublado por la lujuria. Comprendiendo lo que la peculiar
resistencia de su cuerpo había querido decir, él soltó un aliento asombrado.
-Peter: Dios mío. No eres virgen. No puedes serlo.
-Lali: No importa -jadeó ella- No te detengas. Todo está
bien. No te detengas -Pero él permaneció inmóvil, mirándola fijamente en la oscuridad,
sujetando los brazos con fuerza alrededor de ella hasta que ella apenas pudo
respirar. Él era parte de ella, finalmente, en este último y necesario acto al
que la había conducido su vida entera.
Se agarró a él con cada parte suya, atrayéndolo
profundamente, atándolo en el ligero y seguro abrazo de sus brazos. Sintiendo
el rítmico apretón de sus músculos interiores, Lanzani se inclinó para besarla
con ferocidad, su lengua acariciando el borde de sus dientes y sondeando el
oscuro dulzor más allá. Lali apretó sus piernas cubiertas por las medias
alrededor de su cintura, mientras él comenzaba a embestir con movimientos
lentos, incansables. El escozor se alivió, aunque no se desvaneció completamente
y a Lali no le importó. Todo lo que importaba era poseerle a él, contener su
carne inflamada, su cuerpo y su alma cambiaron para siempre por su invasión
apasionada.
Gimiendo con los dientes apretados, Lanzani afirmó sus
pies mientras entraba y salía con más fuerza, clavado más profundamente,
sudando por el placer y el esfuerzo. Él se derramó dentro de ella con un
orgasmo primitivo, feroz, infinito. Lali le envolvió, arrastrando su boca
abierta por su rostro y su cuello, lamiendo con avidez los rastros de sudor.
Lanzani jadeaba y temblaba y se mantuvo dentro de ella
durante mucho tiempo. Despacio la tensión se escurrió del cuerpo de Lali,
dejándola agotada. Cuando Lanzani se retiró de ella, sintió el líquido caliente
que rezumaba entre sus muslos. Dándose cuenta que sus medias habían resbalado,
se meneó con ansiedad repentina.
-Lali: Por favor bájame -Bajándola con cuidado al suelo,
Lanzani la estabilizó con sus manos, mientras ella buscaba a tientas para
subirse las medias, y tirar los tirantes de su camiseta sobre sus hombros.
Cuando estuvo bien cubierta, alargó la mano al montón mojado de su vestido. Oh,
como deseaba yacer con él en algún sitio, y dormir recostada contra su cuerpo,
y despertar para verle a la luz del sol de mañana. Ojalá fuera posible.
Tirando con torpeza del resto de su ropa, Lali se puso de
pie con el rostro apartado, y dejó que Lanzani le abrochara la espalda del
vestido. Algo le había pasado a uno de sus zapatos, le había dado patadas de
durante su encuentro, y le llevó un minuto de dedicada búsqueda antes de que
Lanzani finalmente lo localizara detrás de una raíz del árbol.
Los labios de Lali se contrajeron reticentemente
divertidos cuando él le trajo el zapato.
-Lali: Gracias -Lanzani no sonrió, pese a todo. Sus
rasgos eran tan duros como la piedra, sus ojos brillaban peligrosamente.
-Peter: ¿Cómo demonios es posible -preguntó con furia
controlada- que fueras virgen?
-Lali: No tiene importancia -murmuró.
-Peter: Para mí sí -Le agarró la barbilla con los dedos
sin demasiado cuidado, obligándola a mirarle- ¿Por qué nunca le has permitido a
ningún hombre acostarse contigo antes de esta noche? -Lali se lamió los labios
secos mientras trataba de dar con una explicación satisfactoria.
-Lali: Yo... decidí esperar hasta que me casara.
-Peter: ¿Y en los cinco años que conoces a Adam, nunca le
has dejado tocarte?
-Lali: No necesitas hacer que parezca como si fuera un
crimen. -dijo a la defensiva- Era una cuestión de respeto, y una elección
mutua, y…
-Peter: ¡Es un crimen! -explotó- ¡Es antinatural y vas a
decirme por qué! ¡Y luego vas a explicar por qué me dejaste tomar tu
virginidad! -Lali luchaba por encontrar una mentira que le entretuviera,
cualquier cosa para ocultar la verdad.
-Lali: Yo... supongo que sentía que te lo debía, después
del modo en que te eché de Stony Cross hace tantos años -Lanzani la agarró por
los hombros.
-Peter: ¿Y ahora crees que la deuda ha sido pagada?
-preguntó con incredulidad- Seamos claros en este punto, no has empezado a
compensarme por aquello. Vas a recompensarme de muchas más maneras de las que
te puedas imaginar, con intereses -Lali se quedó congelada llena de alarma.
-Lali: Me temo que esto sea todo lo que puedo ofrecer,
Lanzani -dijo ella- Una noche, sin promesas ni excusas. Lo siento si quieres
más que esto. Sencillamente no es posible.
-Peter: Estás a punto de recibir una educación en como
llevar una aventura. Porque mientras dure mi estancia en Stony Cross, vas a
saldar tu deuda conmigo de espaldas, de rodillas, o en cualquier otra posición
en la que te desee -Él la separó del enorme roble, su vestido mojado, y su pelo
enredado y desarreglado con las manchas de la corteza. Tirando de ella hacia
delante, le cubrió la boca con la suya, besándola no con intención de
complacerla, sino de demostrar su propiedad. Aunque Lali sabía que para ella
sería ventajoso evitar responder, su beso era demasiado irresistible para
resistirse. No tenía fuerza para liberarse de su inexorable abrazo, tampoco
podía evitar su irresistible boca, y poco después se derritió contra él con un
tembloroso gemido, sus labios contestaron febrilmente a los suyos.
Sólo cuando su respuesta fue obvia para ambos Lanzani
levantó la cabeza. Su rápida respiración se mezcló con la suya cuando habló.
-Peter: Iré a tu habitación esta noche -Lali se alejó con
gran esfuerzo de él, volviendo a tropezones al camino forestal.
-Lali: Cerraré la puerta.
-Peter: Entonces la echaré abajo.
-Lali: No seas tonto -dijo con un poco de exasperación,
apresurando su paso a pesar de las protestas de sus piernas demasiado
castigadas.
El resto del paseo de vuelta a la casa fue en silencioso,
excepto por el sonido de sus pies machacando hojas, ramitas y grava. Lali
estaba cada vez más incómoda, dándose cuenta de un montón de punzadas y
dolores, y no digamos la fría pegajosidad entre sus muslos. Le habían comenzado
a escocer y quemar las cicatrices. Nunca había deseado un baño caliente tan
desesperadamente en su vida. Sólo rezaba para que Lanzani estuviera demasiado
preocupado para notar el afligido andar dificultoso de su paso. La casa estaba
oscura y tranquila, sólo ardían unas luces como concesión a los invitados que
habían decidido prolongar sus tertulias. Lanzani acompañó a Lali hasta una de
las entrada de los criados en el lateral de la casa, donde había muchas menos
probabilidades de que les vieran. Nadie que viera el aspecto desarreglado de Lali
adivinaría con facilidad lo que había estado haciendo.
-Peter: Mañana, entonces -la advirtió, de pie en la
entrada mirándola mientras se dirigía lenta y cuidadosamente arriba.
Continuará...
:)
quiero maas nove, sube mas nove porfis
ResponderEliminarhayy quiero q peter se entere d las cicatrices de lali :( para ver como reacciona
ResponderEliminarmasss noveeee
mas nove por favor!
ResponderEliminaresta increible el capitulo
Mas nove
ResponderEliminarMe encanta que él alla sido el primero :) aunque él se haga el malo y piense tanto en la venganza estoy re segura de que cuando se dio cuanta de que era virgen se le removió todo...
ResponderEliminarquiero mas!
Me encantaaaa :)
Juli♥
@amorxca
Me encanto!
ResponderEliminarsupose que Lali era virgen pero pense q esto haria cambiar a Lanzani pero el pobre esta tan confundido q dudo q sea capaz de pensar así
besos
@vagomi
quiero maaaaaaaaaaaaas
ResponderEliminar<3
No se ni q decir...mucha pasión y mucho dolor al mismo tiempo,no creo q pase mucho antes q Peter descubra el secreto de Lali!
ResponderEliminarMuy buen cap!
wau nunca pense que llegara a pasar sin que lanzani se enterar antes....
ResponderEliminarme encanta
ResponderEliminarvas a publicar otro ?
ResponderEliminaryo crei que se iba a enterar de lo de las cicatricez!!
ResponderEliminarsube otro porfavoooor!
besos!
Capitulooon!!!
ResponderEliminarEspero el momento en que Lanzani (Que apellido por Dios) se entere de la verdad!!!
sube nove!
ResponderEliminarohhhh por dios no pense q en este cap pasaria estoy.... adoore el cap.... QUIERO MAS NOVE....... POR FA SUBE MAS!!!!!!
ResponderEliminarBesos q estes bien...!!!!! :)
Wow! Al final para lali fue pero el remedio q la enfermedad, pq ahora como va a hacer para sacarse a lanzani de encima, no le va quedar otra q contarle todo lo q paso! Más nove!
ResponderEliminarpor que lali tiene cicatrices..no entendi o me perdi un par de capitulos :S
ResponderEliminarPorque tuvo un accidente, en el que se quemó...
Eliminar^-^
OMG no pensé que pasaría ésto pero me encantó claro que la pobre padeció pero también disfrutó y me fascinó que Peter se haya dado cuenta que era virgen y que le diga que lo tendrá que recompensar.
ResponderEliminarRuthy_lu
Me encantoooo porqe al fin lo hicieron pero no me gusto lo que le dijo Peter al final :S pobre Lali aunqe nunca voy a entender porqe en las novelas siempre van por el camino dificl y prefieren mentir a decir la verdad :P ajajaja buenisisimo el cap espero qe Peter se entere lo qe le paso a Lali pronto :) un besote enormeeee :D
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