CAPÍTULO 65

Peter vio salir a Legare por la puerta principal como si tal cosa. Sus ojos verdes no se desprendieron de su fulgor depredador hasta que aquel canalla estuvo fuera de su vista. Entonces miró a Lali, cuyas silenciosas lágrimas habían cesado de un modo tan abrupto como habían empezado.

—Lali: Intenta engañarnos —susurró ella—. No le dejes que...

—Peter: Shhh... —le hizo alzar la cabeza y mirarle. Habría dado su vida en ese mismo instante si con ello hubiese podido borrar el horror que reflejaban sus ojos. Sintió el inmenso amor que le profesaba, fluyendo entre ambos, eliminando cualquier rastro de frialdad o temor.

Ella cerró los ojos y le apretó las manos. Aquel apretón resultó conmovedor. Él no supo cuánto tiempo permanecieron allí, y tampoco le importaba quién pudiese haberlos visto, simplemente se dejó llevar por la calidez de Lali, hasta que la voz de su padre lo sacó de aquel estado.

—Nico: Has encontrado a Legare, ¿no es cierto? ¿Qué te dijo? ¿Dónde está?

—Peter: Padre. —soltó a Lali y se colocó delante de Nico—. Se ha ido —dijo en voz baja. No tenía ganas de andarse por las ramas ni había tiempo para subterfugios—. Afirma que Pablo sigue vivo. Que lo tiene prisionero en la isla.

—Nico: ¿Qué...? —abrió unos ojos como platos.

—Peter: No haremos nada de momento. Si las autoridades navales o civiles se inmiscuyen, Pablo lo pagará con su vida. Tengo que encontrar a Vico. Lali te lo explicará. Cuida de ella.

Nico maldijo entre dientes e intentó detener a su hijo, pero Peter se fue sin añadir ni una palabra más.

Cabalgó hasta la casa del lago, donde estaba Vico. Durante el trayecto, una fina niebla impregnó su pelo y sus ropas, pero él no notó ni la humedad ni el frío. La casa estaba a oscuras. Empujó la puerta y entró sin más. Oyó el clic de una pistola.

—Peter: Soy yo—dijo.

Vico encendió una pequeña lámpara y lo miró a través del amarillento resplandor. Bajó el arma.

—Vico: ¿Qué ha ocurrido?

—Peter: ¿Hay noticias de Maxi? —preguntó.

—Vico: No.

—Peter: ¿Le aceptó Legare entre los suyos?

—Vico: Eso parece. —arrugó el entrecejo, esperando que su capitán le explicase qué hacía allí.

—Peter: He visto a Legare esta noche —dijo, y sonrió cuando Vico se quedó boquiabierto. Le detalló el encuentro con pelos y señales. Cuando llegó a la parte del intercambio, Vico explotó.

—Vico: Quiere tenerte a su merced sin ofrecerte el derecho a morir espada en mano. Y una vez te tenga a su merced, te torturará, te sacará las tripas y te hará mil cosas horribles hasta que supliques que te mate.

—Peter: Si Pablo sigue vivo, no tengo elección.

Vico sacudió la cabeza.

—Vico: Estas loco, Peter. Si tiene a Pablo, quedará bien poco del pobre diablo. Apostaría lo que fuese a que tu hermano está en el fondo del mar y no en la fortaleza de Legare. ¿Y qué pasa con la chica que te espera en la plantación? Desde que te conozco, jamás había visto que desearas nada con tanta intensidad.

Peter lo miró iracundo.

—Peter: ¿Estás sugiriendo que deje que mi hermano se pudra en la isla para así quedarme con su mujer?

Vico se encogió de hombros.

El primer impulso de Peter fue endilgarle una perorata, pero se contuvo al comprender que el enfoque de Vico era el mismo que habría tenido la mayoría de hombres con que había trabajado en los últimos años. Toma lo que desees sin importarte el daño que causes a los demás. El mismo había creído en esa filosofía durante mucho tiempo. Pero ya no podía seguir viviendo de ese modo. Y no podría mirarse en el espejo si le daba la espalda a su hermano, aunque eso significase perder a Lali en favor de Pablo.

—Peter: Tengo que saber si mi hermano está vivo —dijo—. ¿Irás a la isla?

—Vico: Sí. Iré a la maldita isla. Y veré si la afirmación de Legare es cierta. Puedes contar conmigo, Peter.

—Peter: Bien.

—Vico: Pero sólo si me prometes que después volveras a ocupar tu lugar al frente del Vagabond...

—Peter: Olvídalo. Ya te lo dije. Abandono. Te di el barco...

—Vico: ¡No quiero el maldito barco! —espetó—. ¿No entiendes que los hombres no querrían seguirme? No estoy hecho para liderarlos, ¡y tampoco quiero hacerlo! No tengo dotes de mando. ¡O sigo a algún otro o también dejo de piratear!

Peter lo miró con los ojos entornados.

—Peter: Ya no puedo seguir —dijo—. ¿Creías que continuaríamos así hasta el fin de los tiempos?

—Vico: ¡Pues claro! —bramó enfadado.

Peter sacudió la cabeza.

—Peter: No me montes el numerito del traicionado. Sacaste buena tajada de nuestras andanzas. ¿Por qué no te relajas y disfrutas de tus ganancias? Podrías tener una vida acomodada...

—Vico: Yo no quiero otra vida. Quiero la misma. ¡La misma que siempre he llevado!

—Peter: Ya no es posible—se obstinó—.Ambos hemos cambiado.

—Vico: No, yo sigo siendo el mismo. El único que ha cambiado eres vos.

Continuará...

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Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! 

ok... empezamos la maratón... PERO ANTES... perdón! MUY perdón por no subir ayer... pero bueno ya saben a veces no se puede!... :O ... HOY HAY CAPÍTULOS INTERESANTÍSIMOS! y tenemos q terminar la maratón para antes de q empiece Solamente Vos! porque no quiero distraerlas en ese momento y a demás también quiero verla yo!!! ayer no pude! :(

YA SABEN!!... 

+15 FIRMAS y más...