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lunes, 14 de enero de 2013

CAPÍTULOS 44 y 45



Los salones estaban atiborrados de visitantes. Había un día a la semana dedicado a las visitas, y ese día las mujeres de Nueva Orleans se visitaban, compartían refrescos e intercambiaban noticias y chismorreos. Esa semana parecía como si todas las chicas, matronas y tantes, de una distancia más o menos aceptable, hubiesen decidido que la plantación Vallerand era el lugar más interesante. Las noticias relativas al regreso de Pablo Vallerand se habían extendido por toda la ciudad.

El número de visitas era muy superior a la media debido a que Gimena tenía muchas amistades tanto entre las criollas como entre las americanas. Daba la impresión de que sólo bajo su techo los dos grupos podían relacionarse de manera armónica. Había muchos motivos de conflicto entre criollos y americanos. En la última década, éstos habían empezado a establecerse en la ciudad y tomar el control de la riqueza, los negocios y el gobierno. Estaban construyendo un nuevo barrio para competir con el Vieux Carré de los criollos, quienes consideraban de muy mal gustó discutir sobre temas económicos, algo que los americanos hacían con frecuencia. Pensaban que los americanos eran zafios, comerciantes sin principios, siempre con prisas y maleducados. A su vez, los americanos creían que los criollos eran perezosos y decadentes, que sus hombres tenían mal carácter y sus mujeres eran demasiado coquetas.

Los Vallerand, sin embargo, resultaban extrañamente compatibles entre ambas culturas. Tanto Nicolás como Gimena provenían de familias de renombre entre los criollos. Su sangre era innegablemente aristocrática, pero Nicolás era respetado por los americanos debido al rentable negocio naviero que poseía y dirigía. Es más, era amigo del gobernador americano. Por su parte, Gimena, joven y elegante, era una respetada dama que las muchachas criollas tenían como espejo de comportamiento ejemplar. Hablaba inglés perfectamente y entre sus amigas se contaban un buen número de americanas.
—¿Qué harías si algún día un americano cortejase a una de tus hijas, Nicolás? —le preguntó uno de sus amigos criollos—. Supongo que no permitirías algo así. La interacción con los americanos no puede traer nada bueno.
—Nico: Juzgaré al hombre en cuestión por sus méritos —respondió con sorprendente candor—. Ser criollo no le garantiza automáticamente a un hombre merecer la mano de mi hija, al igual que ser americano no supone lo contrario. —Era un punto de vista bastante liberal, pero Nicolás era conocido por ser un hombre de creencias heterodoxas.

La voz de Gimena llegó desde lo alto de las escaleras cuando trató de calmar el nervioso parloteo de sus invitadas. Su voz, habitualmente suave, tuvo un punto agudo que se dejó escuchar por encima del ruido cuando les indicó que era el momento de los refrescos. El aroma del café, fuerte y muy azucarado, llegó hasta las habitaciones de la planta superior por donde Peter merodeaba.

No se atrevía a bajar por miedo a ser acosado por una avalancha de mujeres ansiosas. Tal como Gimena le había explicado, Pablo había sido el médico más solicitado de toda Nueva Orleans. La combinación de sus habilidades médicas, su apostura y su sereno encanto le habían hecho muy popular, y la noticia sobre su «regreso de la muerte» había sido recibida con entusiasmo.

—Peter: Bien sûr, Pablo —masculló irónicamente—. Ahora entiendo por qué tenías ese afán en hacerte médico.

Recorrió el pasillo ayudado de su bastón, aguzando el oído al notar la voz de Lali abajo. No dejaban de hacerle preguntas, pero él no llegaba a captar sus respuestas. Al pasar por la habitación de Pablo, cerrada como siempre, escuchó un ruido dentro. Se le erizó el vello de los brazos y sintió una pequeña conmoción. ¿Cuántas veces había entrado en aquella habitación sin llamar a la puerta y había hecho que Pablo dejase de leer? Los recuerdos se agolparon en su mente. Casi pudo sentirse un niño de nuevo, y se dijo que si abría la puerta adecuada encontraría allí a Pablo. Con una mano no del todo firme accionó el pomo.

La puerta se abrió y Peter se topó de frente con las pequeñas caras de las hijas de Gimena. Sus hermanastras. Estaban sentadas en el suelo con una caja de madera entre ellas y unos cuantos objetos diminutos esparcidos por el suelo. Rebuscaban entre las cosas de Pablo. Para ellas investigar era un impulso natural.

Evelina y Angeline lo miraron con aquellos ojos idénticos a los de su madre. Ambas eran como réplicas exquisitas de Gimena, sin apenas rasgos de los Vallerand. Habían evitado encontrarse con Peter, cautelosas de forma instintiva respecto a aquel extraño que había aparecido misteriosamente causando un enorme alboroto. Las niñas sabían de sobra que no era Pablo, el hermanastro al que adoraban.

Peter las observó con curiosidad, dado que hasta entonces no se había interesado por ellas. Las había visto de pasada por la casa y había pensado que eran muy bonitas, pero no había sentido cariño alguno hacia ellas.

—Peter: ¿Qué haban encontrado? —les preguntó con tacto, entrando en la habitación.
Evelina recogió rápidamente un puñado de los objetos desperdigados por el suelo y los metió de nuevo en la caja. Angeline se había quedado paralizada, con la mirada clavada en Peter. Él le sonrió y se sentó con dificultad en una silla.
—Peter: Son puntas de flecha —les dijo—. Pablo y yo solíamos encontrarlas en las orillas del pantano. En una ocasión incluso encontramos un hacha. Los indios choctaw vivieron por aquí mucho tiempo. Siempre pensamos que si buscábamos con el suficiente empeño encontraríamos a uno o dos. O tal vez incluso a un pirata.

Evelina se dirigió a él con gran dignidad.
—Tú eres un pirata, ¿n'est-ce pas?
—Peter: Oh, pero no de los malos.
—Todos los piratas son malvados.
Peter le sonrió.
—Peter: Pero yo nunca le haría daño a niñas pequeñas. —Alargó la mano para que le entregase la caja y Evelina lo hizo, cuidándose de no tocarle la mano. Abrió la tapa y observó las numerosas puntas de flecha que Pablo había conservado durante todos esos años. Una sonrisa se dibujó en sus labios al recordar. Sólo Pablo habría sido capaz de guardar aquellos objetos inútiles por razones sentimentales—. Recuerdo que recorríamos el pantano en busca de aventuras —dijo más para sí mismo que para las niñas—. Teníamos un pequeño bote con el que íbamos de aquí para allá. ¡Cómo se enfadaba la abuela cuando regresábamos embarrados de la cabeza a los pies! —Rió y miró a Evelina—. ¿Alguna vez has bajado al pantano, enfant?
—Papá nos ha dicho que no vayamos. C'est dangereux.
—Peter: Ah. —Asintió—. Papá me dijo lo mismo en una ocasión. Obedecerle es una decisión inteligente.

Angeline se arrastró por el suelo hasta que sus pequeñas manos se apoyaron en los brazos de la silla en que estaba sentado Peter.
—¿Él también es tu papá? —preguntó con infantil asombro.
—Angeline, viens, ven conmigo —dijo Evelina tirando de su hermana—. Mamá nos dijo que teníamos que quedarnos en el cuarto de los niños.

A regañadientes, Angeline la siguió, echándole varias miraditas a Peter por encima del hombro.

CAPÍTULO 45

Peter les dedicó una sonrisa a las niñas y volvió a centrar su atención en las puntas de lanza. Sacó una y dejó la caja a un lado. Frotó la superficie pulida con el pulgar y el índice, mientras recordaba el día en que había visto por última vez a Pablo, cuando tenían dieciséis años...

—Peter, ¡no te vayas! —Pablo le detuvo justo antes de llegar al bote. Las escasas posesiones que Peter había pensado llevarse con él ya las había colocado en la diminuta barca. Era medianoche, pero la clara luz blanca de la luna iluminaba sus jóvenes rostros—. Si te vas ahora, sé que será para siempre —dijo Pablo con desesperación—. Tienes que quedarte. Te necesito aquí, Peter.
—Peter: No me necesitas, y lo sabes. No hago más que traerle problemas a todo el mundo. Yo no pertenezco a este lugar. Yo... Dieu, ya conoces mis razones.
—Pablo: Espera un poco más, espera y piénsatelo. Si sólo...
—Peter: He esperado y me lo he pensado. —sonrió desganado—. La razón por la cual elegí marcharme en mitad de la noche, mon frére, es que quería evitar esta clase de escenas.
—Pablo: Pero los problemas entre padre y tú se han acabado.
—Peter: Sí. Pero cada vez que me mira me recuerda el pasado y... todas las cosas dolorosas. Relacionadas con ella. Lo veo en su cara.
—Pablo: Peter, tú no tienes nada que ver con nuestra madre, tú...
—Peter: Soy exactamente igual que ella—dijo fríamente—. No quiero serlo, pero no puedo cambiar. Es mejor para todos que me vaya.
—Pablo: ¿A qué te dedicarás?
—Peter: No te preocupes. Lo haré mucho mejor por ahí que aquí. Quiero ir a un lugar en el que nadie sepa que soy un Vallerand. Nunca le he gustado a nadie aquí, y nunca le gustaré a nadie, así que tengo que empezar a gustarme a mí mismo. Quédate tú y sigue siendo el buen hijo. El único hijo. Me llevaré la mala sangre conmigo. —Vio un destello en los ojos de su hermano—. Lloras como una muchacha —se burló Peter, pero Pablo siguió mirándole. Y de repente Peter se percató de que tenía los ojos húmedos. Maldijo y dio media vuelta, montó en el bote...

Lali estaba en la puerta, había dejado a las visitas en la planta de abajo con la excusa de ir a echar un vistazo a las niñas. Camino del cuarto de juegos vio que la puerta de la habitación de Pablo estaba entornada.

Peter estaba dentro, sentado en una silla con las rodillas separadas y la cabeza inclinada. Apretaba algo con el puño. Su expresión resultaba indescifrable. Al mirarle, nadie habría sabido desentrañar sus emociones, pero Lali sintió su dolor, la pena que se esforzaba por superar. Y junto a la empatia se dejó llevar por la sorpresa.
—Lali: Así que te preocupas por él —dijo.

Peter dio un respingo, sorprendido. Le llevó unos segundos poder hablar.
—Peter: Sal de aquí, maldita sea —bramó.
Lali no se amilanó.
—Lali: Hablas de Pablo de un modo tan distante... Creí que su muerte no significaba nada para ti. Pero lo que sucedía era que tú no lo aceptabas como algo real. Hasta ahora, ¿no es así? No puedes creer que haya muerto.
Él dejó de mirarla.

Lali entró en la habitación y estudió su perfil.
—Lali: Le querías, ¿verdad? —susurró. Él no respondió, pero para ella fue respuesta más que suficiente. Lentamente, se arrodilló junto a la silla para mirarle a la cara.
—Peter: Siempre estábamos juntos —dijo él mirando su puño apretado—. De niños vivíamos como salvajes, rondando por el pantano y haciendo lo que nos venía en gana. Durante mucho tiempo nos levantábamos solos. A padre le importábamos bien poco siempre que no le causásemos problemas. —Sonrió con amargura—. Era un jodido bastardo. Toda Nueva Orleans sospechaba que había matado a nuestra madre. Durante años yo también lo creí.
—Lali: Tú... tú... —tartamudeó, preguntándose si había escuchado correctamente.
—Peter: Mi madre era una zorra sin corazón, sólo le interesaba su propio placer. Avergonzó a mi padre manteniendo relaciones con otros hombres. No tenía ningún instinto maternal. Pablo y yo no éramos más que un inconveniente para ella. Tras su muerte, mi padre no podía mirarnos sin acordarse de ella. —Sus ojos se clavaron en los de Lali—. Para todos los demás, Pablo y yo éramos objetos que despertaban curiosidad, suspicacias y a veces lástima. Otros chicos nos retaban a pelear por nuestro honor. Yo siempre estaba dispuesto, pero Pablo siempre interpretaba el papel de pacificador. —Rió sin alzar la voz—. Aunque a veces yo lo provocaba, Pablo siempre salía en mi defensa, incluso a pesar de que tuviésemos que compartir el castigo por mis travesuras. Y yo lo protegía siempre que podía. Era un soñador, un idiota sentimental. Yo no entendía su maldita inocencia. Era alguien... extraordinario. Era lo único que tenía. ¿Si le quería? Dios, sí, yo... —Tragó saliva y apretó más el puño.
—Lali: Peter... ¿qué tienes ahí?
Él no aparentó escucharla.

Ella le cogió el puño y empezó a abrirlo dedo a dedo. En la palma había una punta de flecha marrón. Él dejó la mano abierta y no se resistió cuando ella tomó aquel pequeño objeto. Reconoció lo que era porque lo había visto en la caja de Pablo. Lali abrió mucho los ojos al ver la mancha de sangre en la mano de Peter. La punta de flecha le había pinchado.
—Lali: Peter—dijo con un jadeo, y sin pensar posó los labios sobre la gota de sangre. 

Él se quedó sin aliento al notar la suave boca sobre su palma. Su cabeza  estaba inclinada sobre su mano, la punta de la lengua rozaba la herida y recogía las gotitas, pero se detuvo al ser consciente de lo que estaba haciendo. Apartó los labios y observó la mano, sosteniéndola entre las suyas. Sorprendida de su propia reacción, siguió arrodillada a sus pies. Peter estaba inmóvil, y ella también, pero notó cómo a él se le había acelerado la respiración. Ella quería mirarle a la cara, pero estaba asustada. ¿Qué le había ocurrido? Quería llevar aquella fuerte y cálida mano hacia su cuello y después hacerla descender hasta su pecho. Quería colocarse entre sus muslos y pegar los labios a los suyos. De algún modo, el espectro de la muerte de Pablo se había evaporado entre ellos, y ahora temía a Peter como nunca antes.

Alzó la cabeza y le miró. El oscuro y profundo azul de sus ojos destilaba un desconcierto igual, si no mayor, al suyo propio. Lali fue incapaz de moverse o hablar. Sentía que la cara le ardía y que el corazón le palpitaba. Sabía que su inmovilidad y su silencio eran una invitación. Gradualmente, Peter giró las manos hasta cogerle las suyas. Y así se quedaron durante lo que parecieron minutos, horas, en un lugar sin tiempo ni espacio donde la conciencia de ambos crecía en oleadas.

Se separaron de golpe, Lali poniéndose en pie con una excusa incoherente.

—Lali: Las niñas... Tengo que encontrarlas.
—Peter: La…

Pero ella se había ido antes de que él pudiese decirle nada más. Peter miró la puerta vacía, después dejó caer la cabeza y maldijo entre dientes. Tenía que irse. Sus instintos le indicaban que a su alrededor se estaba tejiendo una tela de seda. Si no escapaba pronto, se vería atrapado para siempre entre sus suaves y tenaces lazos. Pero no podía irse, no disponía ni de la fuerza ni de los medios para evitar a Dominic Legare. Esa frágil mascarada era su única protección posible. Pero ¿qué amenaza suponía un mayor peligro? ¿La encarnada por Dominic Legare... o la representada por su cuñada?

Continuará...
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Bueno ahí la dejamos no???... 
ESPERO q les gustaran los caps de hoy!... les subí muchos caps verdad! :D 

NO SE PUEDEN PERDER LOS CAPITULOS DE MAÑANA!!!
se los digo enserio! estan interesantísimos! ;D

BESOS GRANDES!!
<3

18 comentarios:

  1. Buenisimos!no podran escapar a la atraccion q existe entre ellos!Nos leemos mañana!

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  2. Me dará algo por esperar jajaj ....

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  3. ahhhhh se pone mas interesante definitivamente eperamos mas mañanaaaa :)

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  4. No!! uno más!! Me encanta!! De apoco el nunca se convierte en un hasta hoy!! je!

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  5. muy intersante, nos leemos mañana suerte

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  6. Gracias!
    Esta genial la nove!
    La espero mañana!
    Te quiero! Besos
    V.

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  7. fhjikjuhygtfrdfwfojeow ME ENCANTARON LOS CAPS!!!!! estuviern buenisimoooos muchas gracias Danii y ya quiero leer los de mañana si yo fuera Peter me iria bien lejos donde nadie me conociera y empezaria una vida de cero :) @LuciaVega14

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  8. que preguntasssss
    me encantaron los cap
    besos

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  9. me encanta tu nove mas


    keny

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  10. mañana ,amañana mañana que pasa mañana?

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  11. Por nada me perdere los siguientes capitulos se ven muy buenos, ahora la atraccion que hay entre los dos no lo podran negar mas.... Mañana nos leemos..

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  12. Los amoooo son el uno para el otro. Me encanta la novee es increiblee. Espero que mañana si pongas mas capitulos. Cada ves esta mas interesanteee @luciagm13

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  13. Hahaha me encanto son hermosos ya quiero ver como transcurre quiero más más más más

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  14. como estoy en vacasiones y solo me quedan 5 dias mas esta novela es lo unico a que me pongo feliz jajaja enserio no tengo ganas de hacer absolutamente NADA,esta novela es mi unica diversion (un poco patetica mi vida pero hay que decir la verdad jajaja) Ganas tremendas de que subas los nuevos caps!!

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  15. Ay si no fuera porque tengo que ir al colegio y cuando subes es tarde y ya duermo me quedaria leyendo! :) espero mas.. y quiero leer esos caps tan imperdibiles! nos dejaste picando ahora ajja! besos! Giu

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  16. Que lindo se estan acercando *---*
    Espero mas!!!!

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  17. Hola! ¿Queres saber todo lo que va a pasar en Solamente vos?¿Queres enterarte de todo a tiempo, tener los capitulos, sintesis, noticias actualizadas y contenido confiable sobre la nueva novela de El Trece? Entonces entrá a -----> http://solamente-vos.blogspot.com.ar/ Y NO TE PIERDAS NADA DE SOLAMENTE VOS

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  18. Bueenisimos caps y la nove mas genial todavia :D
    Espeero mas, besoo

    Arii

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