CAPÍTULO 69

La tarde siguiente, Peter bajó hasta el pantano para esperar a Vico. Hacía veinticuatro horas que no veía a Lali. Ella había pasado todo el día y toda la noche con la madre enfebrecida y los niños en el barracón de los esclavos. 

Mientras tanto, Peter se aseguraría de que Vico le confirmase lo que ya sabía y sus planes seguirían de acuerdo a lo previsto. Sería un alivio confirmar que su hermano estaba vivo. 

Quería a Pablo, y así habría sido aunque su gemelo no fuese la persona más amable y honorable que jamás había conocido. Pablo nunca se había visto expuesto a la violencia real. Sólo Dios sabía el efecto que habrían causado en él aquellos cinco meses de cautiverio. ¡Oh, iba a disfrutar de lo lindo matando a Legare!

Los pensamientos de Peter se vieron interrumpidos por la presencia de Lali. Supo que era ella la que se acercaba antes incluso de oír sus pasos o su suave voz.

—Lali: Peter... has estado evitándome.

—Peter: ¿Qué quieres? —repuso él, intentando que su voz sonase enérgica.

—Lali: Esperar contigo.

Peter la miró. Aunquela noche era fría, Lali no llevaba capa ni chal. Su vestido de manga larga estaba manchado de sudor por la parte del corpiño. Sin duda estaba cansada después de dedicar tantas horas al cuidado de los enfermos. Olía a medicina en lugar de a lavanda, como en ella era habitual. Llevaba el pelo recogido en una irregular trenza, con unos cuantos mechones sueltos que le caían sobre la frente y las mejillas. Peter deseó cuidar de ella, hacer que se diese un buen baño caliente y después acurrucarse en la cama.

—Peter: Te vas a enfriar—dijo.

—Lali: No; en el barracón hacía un calor asfixiante. Necesito aire fresco. —Pero ya empezaba a tiritar debido a que la brisa enfriaba el sudor. Protestó cuando él se quitó la chaqueta y se la puso por los hombros—. Peter, no lo hagas, vraiment, no tengo frío y... oh... —La gruesa lana estaba caliente y todavía mantenía el olor de Peter. Se acurrucó dentro del abrigo y él sonrió—. Peter —preguntó en voz baja—, si Vico nos dice que Pablo está vivo, ¿qué haremos?

Él se puso serio.

—Peter: Hablaremos de eso cuando estemos seguros.

—Lali: Eso me da mala espina.

Él la estudió con sus oscuros ojos azules.

—Peter: Sea cual sea el resultado, no será fácil para nosotros. Lo entiendes, ¿verdad?

Ella sonrió vacilante.

—Lali: Yo seré feliz si estamos juntos. —Pero él no respondió y ella se puso seria—. Peter —susurró—, abrázame, por favor.

No habría podido negarse aunque su vida hubiese dependido de ello. La rodeó con los brazos antes de pensarlo siquiera.

Su menudo cuerpo parecía más voluminoso con aquella chaqueta. Cuando ella apoyó la cabeza en su hombro, la calidez de su aliento se coló por el cuello de la camisa y rozó su piel. Se recostó en Peter mientras él observaba el pantano.

—Lali: He soñado varias veces con Pablo —dijo con aire ausente—. En todos mis sueños se estaba ahogando y yo estiraba los brazos hacia él. Pero nunca podía salvarle.

—Peter: Pronto lo tendrás de vuelta.

—Lali: ¿Qué quieres decir...?

—Peter: Shhh. —La apartó de sí con cuidado al ver aproximarse un bote.

Era Vico, remando lentamente, con el cabello cubierto por un pañuelo. Miró por encima del hombro hacia ellos y sonrió. Peter se encaminó hacia la orilla para asegurar el bote mientras Vico saltaba a tierra. Miró en primer lugar a Lali.

—Lali: ¿Está vivo? —preguntó ella sin más.

—Vico: Sí —dijo sonriendo—. Vivo, sano y ansiando verla.

Peter frunció el ceño. Lali era demasiado inocente para saber que, entre los marinos, la palabra «ansia» tenía un matiz puramente sexual.

—Lali: ¿Lo han tratado mal? —preguntó.

—Vico: Lo han tenido encerrado en una celda de las mazmorras —dijo mirando a Peter—. Ya sabes cuáles. Las usaban cuando los barracones de los esclavos se rompieron y necesitaban más espacio... 

—Peter: ¿Viste a Maxi en la isla? —le interrumpió.

—Vico: No, no pude...

Lali lo interrumpió sorprendida.

—Lali: ¿Maxi está en la isla?

Se produjo un silencio. Peter la tomó por los hombros y la miró a los ojos.

—Peter: Vuelve a la casa —le dijo.

—Lali: No es necesario, me quedaré callada y no diré ni una palabra...

—Peter: Vuelve a la casa —repitió con suavidad pero ceñudo. Ella bajó la mirada y se fue, maldiciendo entre dientes por no haber mantenido la boca cerrada.

Continuará...

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Ok... eso es todo por hoy!
espero que les gustaran los caps YY... creo que ya nos falta poquito para el final... :)
estamos entrando al descenlace pronto saldran a las luz los misterios las mentiras los engaños y esas cosas...
YYYY mañana les subo SI o SI!!... enserio!! aunque tal vez solo dos caps PERO LES SUBO ENCERIO!!!

BESOS chiquitos... y GRACIAS POR SUS FIRMAS!!
nos leemos mañana!! :D
adiós linduras!!!