Capítulo TREINTA

Peter paseaba nervioso en la celda donde lo habían encerrado, frotándose los nudillos doloridos, preguntándose dónde estarían Aleli y Luz. No se arrepentía ni un ápice de haber dado un puñetazo a Amadeo. Lo único que sentía era no haberlo hecho antes.

Pensar que aquel imbécil había asustado tanto a Aleli lo ponía furioso. Se lo había advertido. Pero tenía la sensación de que Lali no iba a verlo de la misma manera que él.

Peter suspiró, y se sentó en el único banco de madera que había en la celda. Lali. No tenía ni idea de qué hacer con ella. Si antes estaba enfadado con él, ahora no quería ni pensar en su reacción cuando lo viera.

Bueno, pensó, el Día de Acción de Gracias era dentro de una semana. Si las cosas se ponían muy mal, se trasladaría a un hotel. Había prometido a las niñas que pasaría ese día con ellas, y pensaba cumplir su promesa.

—¿Lanzani? Puede irse.

Un guardia con un uniforme beige perfectamente planchado se detuvo delante de su celda con un llavero en la mano.

Peter recogió su abrigo.

—Peter: Gracias.

El guardia descorrió el cerrojo y abrió la puerta.

—Procure no meterse en líos, amigo —dijo el guardia con expresión aburrida—. Tanto papeleo me aburre enormemente —protestó, dejando salir a Peter al pasillo.

—Peter.

Lali corrió hacia él, tan aliviada al verlo que no se lo podía creer. Le rodeó el cuello con los brazos y lo abrazó.

—Lali: Estaba muy preocupada, y muy asustada.

—Peter: Me extraña verte aquí —dijo, serio.

—Lali: ¿Por qué? —preguntó ella, alarmada—. ¿Por qué no iba a estar aquí?

Peter suspiró.

—Peter: Porque le metí un buen puñetazo a Benjamin, y no pienso disculparme, Lali. Se lo advertí —añadió con voz furiosa—. Le advertí que no se metiera con las niñas. Cuando entré en su despacho y vi a Aleli llorando y muerta de miedo, no podía creerlo. Pase lo que pase, Lali, no permitiré que ese hombre asuste, amenace o intimide a mis hijas. Ni ahora, ni nunca.

—Lali: Peter...

—Peter: Y otra cosa —continuó él, sentándose en una de las sillas alineadas junto a la pared, y haciéndola sentar a ella también en otra—. Sé que seguramente esto afectará negativamente a tu relación con Amadeo, y lo siento, pero no pienso quedarme de brazos cruzados y dejar que nadie asuste a mis hijas, independientemente de la relación que tengas con él. Alguien tiene que protegerlas, y como su padre, no sólo tengo el derecho, sino la responsabilidad y la obligación de hacerlo, y eso es lo que pienso hacer. Que no quieras casarte conmigo, Lali, no significa que no vaya a ser un padre para mis hijas, un padre de verdad, y una parte importante en sus vidas. Creo que me he ganado ese derecho, Lali, pero no te preocupes, no interferiré en tu vida más de lo que sea estrictamente necesario. Te dije la noche que llegué aquí que estaba pensando en cambiar de vida, y lo tengo prácticamente todo resuelto. En enero, empezaré a dar clases en la universidad laboral, y mi abogado acaba de negociar la venta de dos libros. El primero será un libro ilustrado con una selección de las fotografías que he realizado a lo largo de los años, y el otro sobre las aventuras que he vivido para conseguirlas. Así que de momento voy a vivir aquí, y formar parte de la vida diaria de las niñas. Sé que tú preferirías que me fuera, así que iré a casa a recoger mis cosas y me instalaré en un hotel hasta el día de Acción de Gracias. Prometí a las niñas que estaría aquí, y pienso cumplir esa promesa, no sólo este año, sino todos los años.

—Lali: ¡Peter!

—Peter: ¿Qué? —preguntó él, mirándola.

—Lali: Callate.

Lali le cubrió los labios con los suyos para hacerlo callar.

Sorprendido, Peter abrió desmesuradamente los ojos, y se echó hacia atrás.

Lali respiró hondo.

—Lali: Peter ¿sabes por qué te dije que no me casaría contigo?

Peter la miró, preguntándose si aquello no sería una adivinanza.

—Peter: Sí —respondió él, sombrío—, por Benjamín, ¿verdad?

Lali apoyó una mano en el brazo de Peter, sin querer perder la paciencia. Pero al darse cuenta del verdadero significado de las palabras de Peter, Lali abrió los ojos alarmada.

—Lali: ¿Crees que por eso rechacé tu petición de matrimonio, por Benjamin? —preguntó, casi sin voz.

—Peter: Claro —dijo él, con un encogimiento de hombros—. Aquella noche intenté hablar contigo de eso, pero tú no quisiste.

—Lali: Peter —tenía los ojos llenos de lágrimas—. Aquella noche no quería hablar de Benjamin porque quería que me besaras —reconoció ella—. Si te rechacé, Peter, no fue por Benjamin, sino porque cuando un hombre pide a una mujer que se case con él, normalmente no lo hace por sus hijas.

Peter parpadeó. Sus hijas. Lali nunca se había referido a las niñas así.

—Peter: ¿Nuestras hijas?

Lali asintió.

—Lali: Si te rechacé, fue porque no quiero que te cases conmigo por las niñas. Quería que me pidieras que me casara contigo porque me quieres —dijo ella, limpiándose las lágrimas.

—Peter: Pero Benjamín dijo que habían planeado pasar un fin de semana juntos para poder hablar de su futuro...

—Lali: Como tú mismo has dicho en varias ocasiones, Peter, ese hombre es un imbécil —le espetó ella, furiosa de nuevo con Benjamin. —Peter, te rechacé porque me pediste que me casara contigo por las niñas, para que las niñas pudieran tener un padre.

—Peter: Sí, claro, creo que ya es hora de que las niñas tengan un padre, su verdadero padre...

—Lali: Pero en ningún momento dijiste lo que sentías por mí — lo interrumpió ella.

Peter se lo quedó mirando en silencio, estupefacto.

—Peter: ¿Qué?

—Lali: En ningún momento dijiste ni una palabra de tus sentimientos hacia mí, Peter —dijo ella—. Normalmente, cuando un hombre pide a una mujer que se case con él, lo hace porque está enamorado de ella. Al menos eso es lo normal. Claro que entre nosotros nunca ha habido nada de normal, debido a las circunstancias.

Lali aspiró hondo, y después cerró los ojos durante un breve momento.

—Lali: Peter, te quiero —dijo por fin, cuando abrió los ojos—. Hace mucho tiempo que estoy enamorada de ti. Y no como un amigo, ni como el hermano de mi marido. Te quiero como una mujer ama a un hombre. Totalmente y con todo mi corazón —dijo ella, con los ojos nublados por las lágrimas.

El corazón de Peter dio un enorme vuelco. El deslizó los brazos alrededor del cuerpo de Lali y la abrazó.

—Peter: No puedo creerlo —susurró. Después se retiró unos centímetros—. No puedo creer que no te dijera lo que siento por ti. Te quiero, Lali, no sólo porque eres la madre de mis hijas, ni por ninguna otra razón, sino porque tú eres tú.

Peter vio la alegría reflejada en los ojos de Lali y sintió que le calaba hasta lo más hondo de su alma.

—Peter: ¿Te casaras conmigo, Lali? Porque estoy locamente enamorado de ti —aseguró él, apoyando la frente contra la de ella—. ¿Y serás mi esposa para siempre, y formarás un hogar y una familia conmigo y con nuestras hijas?

—Lali: ¿Sólo nuestras hijas? —preguntó ella, con picardía.

Peter tardó un momento en entender el significado de sus palabras. Después se echó a reír, y la tomó en brazos, haciéndola girar de alegría.

—Peter: Nuestras hijas. Nuestros hijos. Todos los niños que quieras.

La idea de tener más niños, más hijos de los dos a quienes amar y cuidar, era la guinda del pastel.

Lali lo miró y sintió que los largos años de esperar, desear y añorar habían por fin terminado.

—Lali: Sí, Peter —lo rodeó con sus brazos—. Claro que sí. Me casaré contigo.

Cerrando los ojos, Peter la abrazó con fuerza, ignorando a los ayudantes del sheriff que en aquel momento cambiaban de turno y les dirigían miradas cargadas de suspicacia.

—Peter: Te quiero —dijo él, en voz baja—. Más que a nada en el mundo. Y procuraré recordarlo y decírtelo todos los días de mi vida —Peter sonrió—. Te quiero tanto, Lali, que... bueno, ¿sabes el viejo garaje de carruajes en la parte de atrás del jardín?

—Lali: Sí. ¿El que querías alquilar?

Él sonrió.

—Peter: En realidad sólo quería mantenerte alejada de allí.

—Lali: ¿Por qué? —preguntó ella, sin entender nada.

Peter suspiró.

—Peter: Porque, Lali, tú has renunciado a muchos de tus sueños por todo el mundo, por amor a todos los demás, y las niñas y yo queremos darte uno de tus sueños.

—Lali: ¿Un garaje de carruajes que se cae de viejo? — dijo ella, echándose a reír.

—Peter: No exactamente.

Con los ojos brillantes por la emoción, Peter sacó una fotografía arrugada que llevaba en el bolsillo desde la noche que llegó a su casa y se la entregó.

—Lali: ¿Qué es esto, Peter?

—Peter: Es una foto de la cocina de tu nueva empresa de catering.

Despacio, Lali alzó los ojos hacia él. Peter le rodeó el hombro con un brazo.

—Peter: Lo he preparado todo con un arquitecto. Estará terminada dentro de una semana o diez días, pero tuvimos que tirar todas las paredes por dentro y levantarlo todo de nuevo. Estará equipada con todo lo necesario para una moderna cocina de catering. Incluso he contratado a una directora de cocina.

—Lali: ¿Una directora de cocina? —repitió ella.

Lali estaba tratando de asimilar todo lo que le estaba diciendo. Estudió la mirada de Peter, y de repente lo entendió.

—Lali: ¿Mi madre? ¿Has contratado a mi madre?

—Peter: Me dijiste que fue ella quién te enseñó a cocinar, y que ella es la persona que te animó y te inspiró. Por eso pensé que podía ser un sueño que las dos podéis compartir.

A Lali se le llenaron los ojos de lágrimas. Contempló la hermosa foto durante unos segundos, y después miró a Peter

—Lali: No sé qué decir —balbuceó, con la voz tomada— . Esto es... esto es como un sueño hecho realidad.

—PeteR: Lali, tú has estado haciendo realidad los sueños de los demás, así que creo que ya es hora de que alguien haga realidad los tuyos.

Lali apoyó la cabeza en su hombro y suspiró.

—Lali: Te quiero más que a nada en el mundo.

—Peter: Y yo a ti, La.

Apoyando la cabeza en su hombro, Lali deslizó un brazo por la cintura masculina y se apoyó en su seguridad, su estabilidad, su amor.

—Lali: Vamos a casa. Con nuestras hijas.

Peter sonrió. A casa. Siempre había sabido que para él su casa era con Lali y las

niñas.

—Peter: Sí, vamos a casa.

Y abrazados por la cintura salieron de la comisaría y caminaron juntos hacia su futuro.

Continuará...

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Lo siento! me tardé un poquito :D

Se viene el epílogo!!! quién quiere leerlo??!!!

+15 y el FINAL!!