CAPÍTULOS 48 y 49

Anonadado, Peter intentó sacar partido de la situación. Obviamente, aquella chica había sido amante de Pablo. Pero su hermano no era el típico hombre que se liaba con las sirvientas. Pablo siempre se había sentido atraído por chicas elegantes, no por jóvenes como aquélla.

Mientras una parte de su mente especulaba sobre el grado de intimidad que habría alcanzado con Pablo, otra parte se preguntaba por qué apenas lo excitaba. Él solía disfrutar de los prolegómenos con una joven atractiva, y en ese caso incluso le habría enseñado un par de cosas sobre cómo besar. Pero aunque sus labios eran suaves y dulces, aquel beso no le produjo ninguna excitación; se sintió como si estuviese hambriento y le ofreciesen una taza de té. No era culpa de la chica. Sólo había una mujer a la que desease.

—Querido mío... —dijo ella en voz baja y apasionada, tocando los vendajes a través de la camisa—. Cuando me dijeron que habías muerto, una parte de mí también murió. Sé que ahora no hay sitio para mí en tu corazón, pero sigo enamorada de ti, Pablo, y lo estaré el resto de mi vida. Sólo quiero unas migajas para mí. Jamás me entregaré a otro hombre. Te esperaré siempre, aunque tú no quieras nada de mí. Si quieres algo, yo te lo daré de corazón. Es pecado amar al marido de otra mujer, pero no me importa. No puedo negar lo que siento. —Volvió a besarle, pero en esta ocasión intuyó que algo iba mal, y retiró la cabeza para mirarle—. ¿Pablo? ¿Qué sucede?

Su cara llorosa quedó lívida, y con dedos temblorosos le rozó los labios, el mentón y las mejillas. Después dejó caer la mano.

—Tú no eres Pablo... —jadeó. Se balanceó y él la tomó por los hombros. Ella lo miró con los ojos como platos—. Eres su hermano Peter.

Peter se quedó inmóvil, consciente de que no había negación ni mentira que pudiese hacerla creer que él era su hermano. Ella tragó saliva antes de intentar hablar.

—Pablo hablaba de vos a menudo —dijo al fin.

—Peter: ¿En serio? —repuso, sorprendido. Creía que su hermano no le había hablado a nadie de él, ni siquiera a Lali.

Los hombros de la chica temblaron bajo sus manos.

—¿Dónde está Pablo? —preguntó con voz rota—, Está... muerto, ¿verdad?

Peter asintió ligeramente. Ella sofocó un gemido y se mordió el labio.

—Peter: ¿Cómo te llamas? —le preguntó él, y ella dejó de lloriquear.

—Rocío. Rocío Doyle.

—Peter: Señorita Doyle —dijo él—, ¿vas a mantener a salvo mi secreto?

—Rochi: ¿Por... por qué has ocupado su lugar?

—Peter: Hay hombres malvados que quieren quitarme la vida. Los mismos que mataron a Pablo. No puedo obligarte a guardar silencio, pero confío en que lo harás por respeto a Pablo. Él te habría pedido que me ayudases.

Rocío asintió despacio.

—Rochi: Lo ayudaré.

—Peter: Gracias —dijo, no muy seguro de poder confiar en ella.

—Rochi: Pablo lo quería —añadió ella suavemente—. Se preocupaba por usted todos los días de su vida. Mantendré su secreto, monsieur Vallerand... como si fuese mío.

—Peter: Bien. —la soltó, pero ella siguió sentada allí, con los hombros caídos.

Él sintió lástima por ella, pues comprendió que a pesar de ser sólo una muchacha, su pena era tan profunda como la de Lali. Quizás incluso más profunda, porque Rocío y Pablo habían sido amantes y su hermano había sido el centro de la existencia de aquella joven.

—Rochi: Le perdí cuando se fue a Francia para casarse con madame Lali —dijo con voz apesadumbrada—. Él me amaba. Yo lo hacía feliz, aunque jamás llegué a merecerlo. Soñaba con casarse con una elegante dama de manos suaves, alguien que entendiese los poemas que a él le gustaban. Yo nunca le pedí nada... Sabía que él tendría que dejarme algún día. Se lo di todo y no intenté atarlo. Un Vallerand y una muchacha irlandesa... —Sacudió la cabeza con una amarga sonrisa.

—Peter: Tonterías —dijo—. Yo creo que habrías sido buena para él.

Le habría gustado ver a su hermano con aquella impulsiva joven, alguien que habría puesto patas arriba sus sueños y la seguridad de su mundo interior. Alguien que le hubiese amado lo bastante para dejarse guiar por su corazón en lugar de por las convenciones. Lali había amado a Pablo, pero nunca habría supuesto un reto para él.

—Rochi: Pobre madame Vallerand —murmuró dándole voz a sus pensamientos.

—Peter: No te preocupes por Lali. Es una mujer fuerte —dijo y le hizo un gesto señalando la casa—. Será mejor que te vayas antes de que nos vean. —Se detuvo—. No vas a decirle a nadie quién soy, ¿verdad?

—Rochi: No —respondió— Nunca traicionaría al hermano de Pablo. —Tensando la espalda, se puso en pie y se alejó, frotándose los ojos con la manga.

Peter la observó alejarse y reflexionó sobre el hecho de que Pablo hubiese estado enamorado de dos mujeres, debatiéndose entre dudas e indecisiones, y tomando la inocencia de aquella muchacha porque la deseaba demasiado para prestar oídos a las advertencias de su conciencia. «Dios mío —pensó—, tal vez teníamos más en común de lo que yo creía, mon frére.»

Sintió un cosquilleo en la nuca y se volvió para descubrir que Lali se le había acercado. La miró a los ojos. Incluso en la penumbra habría apreciado que se había sonrojado.

—Peter: ¿Escuchando a hurtadillas? —preguntó—. ¿Cuánto has oído?

—Lali: Nada. Pero te vi besarla —dijo ella con rabia incongruente—. Vi cómo te acariciaba y el modo en que estaba sentada a tu lado, ¡pervertido!

Él hizo un gesto señalando el bastón.

—Peter: No creo que hubiese podido salir dando botes.

—Lali: ¡No pongas ninguna ridícula excusa! ¿Acaso supones que alguien creerá que eres Pablo si te comportas de ese modo? Pablo nunca se habría relacionado íntimamente con una sirvienta... ¡Y no me sonrías de ese modo!

—Peter: Vaya, vaya. Esta noche estás irreconocible—repuso sin alzar la voz—. ¿Acaso te sientes... celosa?

Dio la impresión de que a Lali la hubiesen obligado a tragarse un gusano. La lucha que estaba librando por mantener el control se hacía patente en su rostro.

—Lali: Jamás imaginé que tu vanidad fuese tan inmensa —replicó con aparente frialdad.

Nada en el mundo podría haber provocado una mayor satisfacción en Peter que los celos de Lali.

—Peter: No te gustó verme besarla. Admítelo.

—Lali: Admito que me sorprendió que tuvieses el descaro de intentar seducirla mientras nos esforzamos por convencer a todo el mundo de que eres Pablo.

—Peter: Y Pablo jamás habría flirteado o tonteado con una pobre costurera irlandesa, ¿no?

—Lali: No; tenía más honor y decencia en su dedo meñique del que tú tienes en...

—Peter: Tenía honor y era decente —concedió—. Y también mantuvo una relación con esa joven.

CAPÍTULO 49

Lali abrió la boca de par en par.

—Lali: ¿Qué...?

A pesar de la seriedad de la situación, Peter sintió un visceral disfrute.

—Peter: Una relación. No sé cuándo dio comienzo, pero duró hasta que se marchó a Francia para casarse contigo. Yo no intentaba seducirla. Se lanzó encima de mí al pensar que yo era Pablo.

—Lali: ¡No me tragaré semejantes mentiras! Oh, qué bajo puedes caer...

—Peter: Sobreestimé a Pablo —masculló—. Al parecer no era un santo, sino un hombre con sangre en las venas y debilidades como cualquier otro.

Lali sintió el impulso de estrangularle.

—Lali: ¡Te equivocas, absolument! ¿No crees que si Pablo hubiese hecho algo así Gimena y Nicolás lo sabrían?

—Peter: Sí, eso es precisamente lo que pienso —repuso poniéndose más serio—. Y por eso tú y yo vamos a ir a buscar a Gimena ahora mismo.

—Lali: ¡No iré a ninguna parte contigo!

—Peter: Pues no vengas —dijo él con indiferencia—. Si tienes miedo de la verdad... —Se encogió de hombros y alargó la mano en busca de su bastón para ponerse en pie—. Pero yo quiero obtener ciertas respuestas.

Mascullando entre dientes en francés, Lali lo siguió a la casa principal, con la espalda tiesa por la tensión. La preocupación hizo presa de su mente al pensar que se había sentido tan ofendida por ver a Peter abrazando a Rocío como por sospechar que Pablo hubiese mantenido una relación con ella.

Lali tenía que ser sincera consigo misma. Cuando había visto las dos cabezas juntas silueteadas contra un cielo violáceo, se había sentido traicionada. Pero eso era absurdo, ¡porque ella no podía sentirse así! No podía ejercer derecho alguno sobre Peter, y tampoco quería hacerlo. Era un fuera de la ley, un pirata. En el pasado había hecho cosas horrorosas. Si se permitía sentir algo por él, no obtendría más que dolor.

Llegaron a la casa y Lali se percató de que la leve cojera de Peter mejoraba día a día. Qué rápido se estaba curando. No faltaba mucho tiempo para que se encontrase totalmente repuesto y pudiese marcharse. ¿Y entonces qué? Nicolás se había negado a comentar cualquier plan relativo a la marcha de Peter o las excusas que pensaba dar para justificar su desaparición.

—Nico: Lo mejor será que te centres en las preocupaciones del día a día —le había dicho a Lali cuando le preguntó—. Déjame el futuro a mí. —No había modo de discutir con un hombre de semejante arrogancia y confianza en sí mismo.

Peter le pidió a Julia que le dijese a Gimena que fuese al salón. Se sentó en el sofá y Lali se sentó lo más lejos posible de él. Sintiendo su mirada, se volvió hacia él. Aunque no sonreía, los hoyuelos se dibujaron en sus mejillas, y sus ojos lanzaban destellos maliciosos.

—Lali: ¿Por qué pareces tan contento? —le espetó—. Esperas que mi marido me hubiese sido infiel. Quieres verme humillada por sus indiscreciones, y tú...

—Peter: Attends —ordenó alzando la mano—. Si Pablo se acostó con esa chica, y apostaría mi pierna derecha a que así fue, fue antes de que te casases con él. No era tu marido, y por tanto no te fue infiel.

—Lali: ¡Era mi prometido! —exclamó en voz baja—. Esperé tres años su regreso.

Él le dedicó una sonrisa burlona.

—Peter: ¿Y esperabas que fuese célibe todo ese tiempo?

—Lali: ¡Naturellement! Me amaba. ¡Podría haber esperado por mí!

—Peter: Sabes menos de los hombres de lo que pensaba. Pablo era un hombre joven, no un sacerdote. Y por lo que sé, incluso los sacerdotes sienten necesidades físicas. Un hombre, o una mujer, no pueden negar ciertas necesidades básicas...

—Lali: ¡Eres tan desagradable!

—Peter: Necesidades básicas —repitió— que a veces tienen poco que ver con el amor. —La miró—. Como tú bien sabes.

Lali se quedó clavada en la silla y se sonrojó. Se llevó una temblorosa mano al pecho e intentó calmar sus palpitaciones.

—Lali: Oh... —boqueó—. ¿Cómo te atreves?

—Peter: Quieres que finja que aquella noche no pasó nada —dijo él con tranquilidad—. Pero si algo no he sido nunca es hipócrita.

—Lali: No, sólo un ladrón, un pirata desalmado, un hombre que rapta mujeres...

—Pardon. —La voz de Gimena llegó desde la puerta—. Estaba en el cuarto de juegos con Rafael. Dadme un par de minutos para... —Frunció el ceño al ver la rabia de Lali, así como el inescrutable rostro de Peter—. ¿Qu'est-ce que c'est?

—Peter: Queremos resolver un pequeño misterio —respondió, trasladando la mirada de Lali a su madrastra.

—Gime: Oh. —adoptó un aire distante y absolutamente inocente—. Tal vez deberíamos esperar a que llegase Nico y entonces...

—Peter: No, tú puedes resolverlo perfectamente —dijo—. Conoces la respuesta a nuestro misterio, ¿o no belle-mére? Puedes empezar explicándonos por qué Rocío Doyle se me ha echado encima hace unos minutos.

—Gime: ¿Rocío? Ella... ¡Oh, querido! —La consternación demudó sus delicados rasgos—. Le pedí que se mantuviese a distancia de ti. Creí que eso sería suficiente para... Oh, mon Dieu... Entonces... ¿lo sabe?

—Peter: Lo sabe —confirmó sin más—. Belle-mére, dinos una cosa a mí y a mi encantadora esposa. Exactamente ¿qué clase de relación mantuvieron Pablo y la señorita Doyle?

Continuará...

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Hola linduras! 

bueno como pueden ver la nove esta on-fire... los personajes también jajaja no creo que Lali o Peter puedan negar lo que sienten por mucho más tiempo y SE VIENEN caps LALITER super lindos, hermosos ;)

no se los pueden perder enserio! sé q siempre les digo q no se pierdan los caps siguientes pero ENSERIO NO SE PUEDEN PERDER LOS SIGUIENTES CAPÍTULOS!! 

Me gustaron mucho sus comentarios de ayer, veo q estan emocionadas con la historia y me alegra mucho... ASI QUE GRACIAS POR LEER! :D 

BESOS GRANDES! <3

Ah si! estaba pensando hacer algo con nuestro face, porque lo tengo super abandonado, TAL VEZ emm... recordar los mejores momentos de las noves anteriores o algo.... no sé.... alguna idea???...