Lali
llenó la bañera y se metió en el agua caliente con un suspiro. Le habría
gustado quedarse en remojo un rato, pero solo se permitió diez minutos de baño,
reacia a dejar a Elena sin vigilancia por más tiempo. Mientras la bañera se
vaciaba, se secó y se puso un camisón y una bata.
—Mucho
mejor —dijo sonriendo mientras entraba en el dormitorio principal.
Nadie
le respondió. La cama estaba vacía.
—¿Upsie?
—Lali buscó en la silenciosa cocina y corrió hacia su dormitorio. Elena no
aparecía por ninguna parte.
El
pulso se le aceleró. Hasta entonces, Elena todavía no había empezado a
deambular sin rumbo, uno de los rasgos de un estado más avanzado de la
demencia. Sin embargo, ese día había tenido un bajón seguro. Además, había
insistido mucho en ver a aquel misterioso Fermín y en que Peter se lo trajera...
Peter corrió hacia la puerta de entrada y vio que estaba abierta. Salió
precipitadamente, con la respiración agitada.
—Upsie,
¿dónde estás?
Peter
acababa de terminar un paseo por su parcela de Dream Lake con un agente
inmobiliario y un abogado que trabajaban para Inari Enterprises. Habían quedado
para cenar en el pueblo y luego se habían llegado a la propiedad.
Habían dado una vuelta por una pista hasta la orilla del lago,
aparentemente para hacerse una idea de lo que era el terreno, pero sobre todo para
hacerse una idea de qué clase de tipo era Peter. La reunión había ido bien en
opinión de este último.
Se
hacía de noche cuando se subió a la furgoneta. En cuanto le dio al contacto, su
teléfono vibro y miró la pantalla. Ver el número de Lali le causó un tumulto de
impaciencia. Estaba hambriento del sonido de su voz. Contestó sin pensárselo.
—Hola
—dijo—. He estado...
—Peter.
—Lali parecía desesperada, temblorosa—. Lo siento. Yo... por favor, ayúdame.
Necesito ayuda.
—¿Qué
pasa? —le preguntó de inmediato.
—Elena
ha desaparecido. Acabo de darme un baño y... No puede haberse ido hace más de
quince minutos, pero deambula por ahí y la he estado llamando. —Sollozaba y
hablaba al mismo tiempo—. Yo estoy fuera ahora. He buscado alrededor de la
casa, no me contesta y está oscuro...
—Lali,
estoy cerca. Voy enseguida. —No oyó más que el sonido entrecortado de su
llanto. Estaba tremendamente contento de que hubiera acudido a él en busca de
ayuda—. Cariño... ¿me oyes?
—S...
sí.
—No
te asustes. La encontraremos.
—No
quiero llamar a la policía. Me parece que se esconderá de ella. —Más llanto—.
Se ha tomado un sedante y esta noche ha estado hablando de ti y de un tal Fermín.
Quería que te pidiera que se lo trajeras. Creo que ha salido a buscarte.
—Vale.
Estoy a menos de un minuto de tu casa.
—Lo
siento —dijo ella con la voz entrecortada—. Perdona que te haya molestado,
pero...
—Te
dije que me llamaras si necesitabas algo, y lo decía en serio.
Lo
decía más en serio incluso de lo que creía. Hasta en aquellas circunstancias,
hablar con Lali era un alivio inconmensurable. Era como si fuera capaz de
respirar de nuevo.
Se dio cuenta de que esta vez no sería capaz de separarse de Lali. Algo
en él había cambiado o... no, algo no había cambiado. Esa era la cuestión. Sus
sentimientos por Lali no habían cambiado ni cambiarían jamás. Formaba parte de
él. Aquella revelación lo dejó asombrado, pero no era momento de pensar en
ello.
Iba
conduciendo y escrutando la carretera flanqueada del bosque en busca de algún
rastro de Elena. No podía haber ido lejos en tan poco tiempo, sobre todo
sedada. Lo único que lo tenía preocupado era que el lago estuviera tan cerca.
—Lali
—le dijo—. ¿Has ido ya a la orilla del lago?
—Ahora
voy hacia allí. —Parecía más calmada, aunque seguía resollando.
—Bien.
Estoy aparcando en el camino. Voy a echar un vistazo por el bosque del otro
lado de la carretera y volveré a la casa. ¿Qué lleva?
—Un
pijama de colores suaves.
—Pronto
la encontraremos, cariño. Te lo prometo.
—Gracias.
—Peter oyó un suspiro tembloroso—. Nunca me habías llamado así.
Ató
cabos antes de que él pudiera responderle.
Peter
saltó de la furgoneta y a punto estuvo de gritar cuando se encontró cara a cara
con el fantasma.
—¡Dios!
Fermín
le lanzó una mirada burlona.
—No.
Soy yo.
—A
buena hora apareces.
—Esto
no tiene nada que ver contigo. Solo quiero ayudaros a encontrar a Elena.
Llámala.
—¡Elena!
—gritó Peter—. ¡Elena! ¿Estás por aquí? —Calló al oír a lo lejos el sonido de
una voz de mujer, pero de inmediato la reconoció: era Lali. Se adentró en el
bosque para seguir buscando, llamando cada tanto a Elena.
Fermín
se alejó de Peter cuanto pudo, deambulando entre los árboles.
—No
puede haber ido mucho más lejos —dijo—. No creo que haya cruzado la carretera...
volvamos a la casa.
Caía
la noche, opaca y plomiza sobre el lago.
—Elena
—la llamó Peter—. Soy Peter. Estoy aquí con Fermín. Sal para que pueda verte.
Los
faros de un coche aparecieron tras una curva pronunciada de la carretera. Se
acercaba rápido, demasiado rápido por aquella carretera tan estrecha, así que Peter
se apartó hacia la cuneta para dejarlo pasar.
—¡Peter!
—oyó que decía Fermín con voz chillona, aterrado. Al mismo tiempo vio la menuda
silueta de Elena caminando a trompicones por el centro de la carretera.
Vacilaba, con los ojos muy abiertos y la piel brillante a la cruda luz de los
faros. El coche ya doblaba la curva. Cuando el conductor la viera sería
demasiado tarde.
Lali,
que acababa de volver del lago, se acercaba por el lado contrario de la
carretera. El horror se dibujó en su cara cuando vio a Elena de pie en la
trayectoria del vehículo que se aproximaba.
Peter
corrió hacia Elena. Una descarga de adrenalina dio alas a sus pies. La alcanzó,
le dio un empujón y notó un golpe tremendo que lo tiró al suelo. Todo le daba
vueltas, el mundo giraba a toda velocidad, su carne convertida en fuego. Sin
embargo, el dolor que presentía quedó en nada. No estaba herido. Había sido el
viento lo que lo había derribado.
Tardó
unos segundos en recobrarse. Se sentó, aturdido, miró a su alrededor y vio con
alivio que había conseguido empujar a Elena fuera de la carretera. La anciana
había ido dando traspiés hasta Lali, que la había agarrado. Las dos habían
caído al suelo, pero Lali ya estaba ayudando a su abuela a levantarse.
Todo
estaba bien. Todos estaban bien.
Iba
a decir que había faltado poco cuando Lali lo miró y soltó un grito angustiado.
Se echó a llorar y corrió hacia él, con las mejillas arrasadas de lágrimas.
—Peter,
no... no... —sollozaba.
—No
pasa nada —le dijo él, asombrado de que estuviera tan preocupada por él. Lo
invadió una oleada de ternura. Se puso de pie y caminó hacia ella—. El coche
solo me ha dado de refilón. Tengo unos cuantos golpes, pero nada más. Estoy bien.
Te quiero. —No podía creer lo que acababa de decir... por primera vez en su
vida, ni que hubiera sido tan condenadamente fácil—. Te quiero.
—Peter
—dijo ella, con la voz entrecortada por la emoción—. ¡Oh, Dios mío! ¡Por favor,
no...! —Pasó corriendo junto a él.
No,
no junto a él. A través de él.
Continuará...
+10 :O!!!
Dios!!!! Nooooo!! No se pudo haber muerto!! No!!sube mas !!
ResponderEliminarhayyyyy nooo quiero otroo!
ResponderEliminarnnooo espero que no haya muerto!
ResponderEliminarmassssssssssssssssssssss
ResponderEliminarotro plis...
ResponderEliminarmassss
ResponderEliminarno puede estar muerto, noo... espero más
ResponderEliminarmááááááááááááááássssss
ResponderEliminarespero con ansias el otro
ResponderEliminarotroooo mas por favorrr
ResponderEliminarsube mas por favor, no puede estar muerto nooo
ResponderEliminarotrooooo
ResponderEliminarque :o lo mismo que fermin :o omg
ResponderEliminaralkjdaskdljbs mas
Oooooh fuck me estas jodiendooooo!! Noo te la puedo creer O_O noo no puede estar muerto. Fermín hace algo caramba :'(
ResponderEliminarqueeee¡ porque muriooo? nooo mas porfavor masss
ResponderEliminarNo no no, no puede ser! Subi mas YA!
ResponderEliminarComo que atraves? es joda?! Otroplisssssssss! *-*
ResponderEliminarSe me cortó la luz. Me quedo sin batería. Lloro. Subí mas porfaa!
ResponderEliminarMaaaas porfa la ansiedad me esta matando :'(
ResponderEliminarPor favor sube otro
ResponderEliminarmaaaaaaasssssss
ResponderEliminar++++++++
ResponderEliminarMasss
ResponderEliminarVoy a soñar con la nove :D maldita ansiedad :(
ResponderEliminarNononono, no le puede pasar lo mismo que al fantasma, por favor!! Otrooo
ResponderEliminar+++++++++++
ResponderEliminarQuiero creer k pasó a través d Fermín
ResponderEliminar