La buhardilla era un espacio amplio con el techo inclinado y tragaluces.
En algún momento habían intentado hacerlo habitable y habían levantado tabiques
de baja altura, aunque eran burdos y dejaban pasar las corrientes de aire. Peter
estaba aplicando espuma aislante entre los tablones del suelo.
Arrodillado,
se disponía a cambiar el cartucho de masilla de la pistola cuando se quedó
inmóvil. Había visto algo en la pared... una sombra saliendo de un montón de
escombros y muebles rotos. Aquella sombra ya llevaba varias semanas con él. Peter
había intentado ignorarla, olvidarla bebiendo, dormir para no verla, pero no
había modo de escapar de su vigilante presencia. Últimamente había empezado a
sentir cierta animosidad proveniente de ella. Eso quería decir que, o él estaba
loco, o la sombra lo estaba acechando.
Cuando
la sombra se le acercó más, Peter notó la descarga de adrenalina en todas sus
venas. Por puro instinto, se dispuso a defenderse. En un arranque, le lanzó la
pistola de masilla. El tubo se rajó y la masilla salpicó la pared.
La
forma oscura desapareció.
Peter
seguía notando cerca la hostil presencia, esperando, observándolo.
—Sé
que estás ahí —le dijo con voz gutural—. Dime lo que quieres. —Una película de
sudor le cubría la cara y le empapaba la camiseta. Tenía el corazón desbocado—.
Y luego dime cómo demonios librarme de ti.
Nada
más que silencio.
Motas
de polvo en descenso flotaban en el aire.
La
sombra volvió a aparecer. Poco a poco adquirió forma humana, transformándose en
un ser tridimensional.
—Eso
mismo me he estado yo preguntando, cómo librarme de ti —dijo.
Peter
notó que palidecía. Se sentó en el suelo para no caer de bruces.
«Dios
mío, me he vuelto loco.»
No
se dio cuenta de que lo había dicho en voz alta hasta que el desconocido
repuso:
—No,
no te has vuelto loco. Soy real.
Era
un hombre alto, vestido con una chaqueta de cuero de aviador y unos pantalones
color caqui. Sus rasgos eran marcados, sus ojos oscuros y calculadores. Parecía
un secundario de una película de John Wayne, el rebelde figura que tiene que
aprender a obedecer órdenes.
—¡Hola!
—dijo con desenfado el desconocido.
Despacio,
Peter se puso de pie, tambaleándose. Nunca había sido una persona espiritual.
Solo creía en cosas concretas, en la evidencia de los sentidos. Todo en este
mundo estaba compuesto de elementos producidos en su origen por una explosión
de estrellas, lo que significaba que los humanos eran básicamente polvo de
estrellas consciente.
Cuando
te morías, desaparecías para siempre.
Así
que, ¿qué era aquello?
Algún
tipo de espejismo. Peter hizo una tentativa de agarrarlo y su mano atravesó el
pecho del hombre. Momentáneamente, todo lo que pudo ver fue su propio puño
envuelto por el plexo solar del desconocido.
—¡Dios!
—Peter apartó la mano de golpe y se miró la palma y el dorso.
—Es
imposible que me hagas daño —dijo el hombre—. Ya me has atravesado un centenar
de veces.
Tentativamente,
Peter estiró el brazo y atravesó el del hombre y su hombro con la mano.
—¿Qué
eres? —consiguió preguntarle—. ¿Eres un ángel? ¿Un fantasma?
—¿Acaso
tengo alas? —le espetó el otro, sardónico.
—No.
—Entonces,
diría que soy un fantasma.
—¿Por
qué estás aquí? ¿Me has estado siguiendo?
Aquellos
ojos se clavaron en los suyos.
—No
lo sé.
—¿Tienes
alguna clase de mensaje para mí? ¿Te falta hacer algo y necesitas que te ayude?
—No.
Peter
quería creer que aquello era un sueño, pero parecía muy real: la rancia calidez
del aire del altillo, la luz amarillo limón que entraba por las ventanas y en
la que flotaba el polvo, los productos químicos de la masilla, que olían un
poco a plátano.
—¿Y
por qué no te vas y me dejas en paz? —le preguntó al fin—. ¿Cabe esa opción?
El
fantasma lo miró exasperado.
—¡Ojalá
pudiera! Verte caer sin sentido todas las noches junto a un vaso de Jack Daniel’s no es precisamente mi idea de la
diversión. Llevo meses mortalmente aburrido. Es increíble que digas esto, pero
era más feliz cuando vivía aquí con Gastón.
—Tú...
—Peter fue hacia un montón cercano de planchas de parqué y se sentó
pesadamente, sin dejar de mirar al fantasma—. ¿Gastón puede...?
—No.
De momento, tú eres el único que me ve y me oye.
—¿Por
qué? —le preguntó Peter, indignado—. ¿Por qué yo?
—No
lo he elegido yo. Estuve aquí atrapado mucho tiempo. Ni siquiera cuando Gastón
compró la casa pude marcharme, por mucho que me esforzara en hacerlo. Luego, el
pasado mes de abril me enteré de que podía seguirte al exterior, así que lo
hice. Al principio fue un alivio. Estaba encantado de salir de aquí, aunque
implicara tener que andar pegado a ti. El problema es que estamos unidos. Yo
voy donde tú vas.
—Tiene
que haber un modo de que me libre de ti —murmuró Peter, frotándose la cara—.
Con terapia, medicación, un exorcista... una lobotomía.
—Yo
creo que... —El fantasma se calló de golpe porque oyeron pasos en la escalera.
—¿Peter?
—Era Gastón. Cuando llegó a lo alto de la escalera, vieron su cara, con el ceño
fruncido, por entre los barrotes lacados de beige de la barandilla. Se detuvo
al final de los escalones, con una mano en el pomo.
—¿Qué pasa? —preguntó.
Peter
miró a su hermano y al fantasma, que estaba a escasos pasos de este,
alternativamente. Estaba tentado de preguntarle a Gastón si podía verlo. El
fantasma era humano y sólido y su presencia era tan indiscutible que parecía
imposible que no lo viera.
—Yo
no lo haría —dijo el fantasma, como si le leyera el pensamiento—. Porque Gastón
no me ve y te tomará por loco. No me atrae la idea de compartir una celda
acolchada contigo.
Peter
miró de nuevo a Gastón.
—Nada
—le respondió—. ¿Para qué has subido?
—Porque
te he oído. —Calló, irritado—. Te había pedido que no hicieras demasiado ruido,
¿recuerdas? Mi amiga Rocio está descansando. ¿Por qué gritas?
—Estaba
hablando por teléfono.
—Bueno.
Deberías irte. Rocio necesita paz y tranquilidad.
—Estoy
en plena reforma de tu altillo, una reforma que te sale gratis, Gastón. ¿Por
qué no le pides a tu novia que posponga la siesta hasta que haya terminado?
Gastón
le lanzó una mirada de advertencia.
—Ayer
la sacó de la carretera un coche cuando iba en bicicleta. Hasta tú podrías
compadecerte un poco. Así que, mientras una mujer herida se recupera en mi
casa...
—Está
bien. No te alteres tanto. —Peter entornó los párpados mirando a su hermano. Gastón
nunca perdía los nervios por una mujer. Pensándolo bien, nunca permitía que sus
novias se quedaran a pasar la noche en su casa. Algo inusual pasaba con
aquella.
—Sí,
se está enamorando —dijo el fantasma, que estaba a su espalda.
Peter
echó un vistazo por encima del hombro.
—¿Eres
capaz de leerme el pensamiento? —le preguntó irreflexivamente.
—¿Qué?
—Gastón estaba desconcertado.
Peter
notó que se ponía colorado.
—Nada.
—La
respuesta es «no» —dijo Gastón—. Y estoy encantado de que así sea, porque saber
lo que piensas seguramente me daría miedo.
Peter
se dio la vuelta para recoger sus herramientas.
—No
lo sabes tú bien —repuso con brusquedad.
Gastón,
que ya bajaba la escalera, se detuvo.
—Otra
cosa... ¿Por qué hay salpicaduras de masilla en la pared?
—Es
un nuevo método de aplicación —le respondió Peter con brusquedad.
—Vale
—bufó Gastón, y se fue.
Peter
se volvió hacia el fantasma, que lo observaba con una sonrisa pedante.
—No
puedo leerte el pensamiento —le dijo—. Pero es fácil adivinar lo que piensas la
mayoría de las veces. —Lo miró especulativo—. Otras no tiene ningún sentido.
Como el modo en que te has comportado hoy con esa chica tan mona...
—Eso
no es asunto tuyo.
—Ya,
pero soy testigo de tu comportamiento quiera o no... y es irritante. Te gusta.
¿Por qué no hablas con ella? ¿Qué demonios te pasa?
—Me
gustabas más cuando eras invisible —dijo Peter, alejándose de él—. Se acabó la conversación.
—¿Qué
pasa si quiero seguir hablando?
—Habla
contigo mismo. Me voy a casa, a beber hasta que desaparezcas.
El
fantasma se encogió de hombros y se apoyó en la pared, tan ancho.
—A
lo mejor serás tú quien desaparezca —le dijo, y se quedó mirando cómo Peter
rascaba las salpicaduras de masilla.
Continuará...
+10 :o!!
Todo muy loco! Jaja
ResponderEliminarGracias x subir genia :)
ResponderEliminarQuién será ese "fantasma"?
ResponderEliminarMe encantan las noves que subis!
ResponderEliminarOtro cap!!!
ResponderEliminar+++++
ResponderEliminarSubi más porfaaaa!
ResponderEliminarTe leo siempre!!!
ResponderEliminarSubite otro, ��
ResponderEliminarnunca me canso de leer tus nooves! Beso
ResponderEliminarah, me olvidaba! Espero el próximo capitulo
ResponderEliminarMe reeee in tri ga!
ResponderEliminarMas :)
ResponderEliminarAaa me encabtaron los dos anteriores que subiemste y este al parecer va a ser igual de bueno
ResponderEliminar++++++
@x_ferreyra7
Jajajajaja,el fantasma y Peter tienen réplica para todo.
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